Los padres tienen miedo y los niños no juegan en los parques de Ciudad lineal donde fue secuestrada el jueves por la noche la pequeña de nueve años. La inquietud también invade a la policía que ya no busca a un sospechoso del entorno de la niña. Ahora busca a un depredador sexual, probablemente con antecedentes, que el jueves salió a “cazar” niñas.
Las tornas han cambiado al comprobarse que el individuo que creían sospechoso no es el agresor. Además ha llegado a policía otra denuncia de una menor que asegura que el mismo jueves por la tarde un hombre de las mismas características intentó raptarla, aunque pudo zafarse. Los hechos se están comprobando para verificar que se trata del mismo pederasta, pero la coincidencia es muy grande porque la calle donde ocurrió, Torrelaguna, está muy cerca del lugar donde a las 21:00 fue secuestrada la chiquilla de nueve años.
La niña llevaba todavía la ropa de danza y su nombre estaba grabado detrás por eso quizá creen que la llamó por su nombre. Todavía no está muy claro cómo consiguió llevársela si su madre aguardaba con otras mamás en una terraza a doscientos metros. Las amigas que acompañaron a la menor a comprar chuches a la tienda dijeron que el individuo se la llevó con el pretexto de que ya había hablado con su madre y tenía que probarle una ropa nueva. Pero resulta extraño que la pequeña confiara en él si no lo conocía de nada. Algunos amigos del barrio aseguran que también le ofreció hacerla fotos y que eso pudo despertar su interés ya que la niña ha trabajado en campañas de publicidad.
Los investigadores sospechan que buscan a una persona más joven de lo que dijeron las niñas, ya que los pequeños suelen ver más vieja a la gente. Por eso creen que tiene entre 25 y 30 años. Intuyen que es más alto, 1’75 de estatura y delgado, y puede que aun lleve barba como el pasado jueves. Revisan horas y horas de grabaciones de las cámaras de todo el trayecto que pudo hacer el captor. Desde Ciudad Lineal hasta Canillejas, en la parada de metro donde la liberó cinco horas después. Los encargados de un bar cercano la encontraron vagando desorientada sobre la 1.30 de la madrugada y dicen que lloraba y decía que su madre la esperaba en el metro.
También buscan insistentemente en el barrio de Hortaleza la casa del depredador sexual, en un bajo con barrotes en las ventanas, según la descripción que ha hecho la niña secuestrada. Y recuerdan a la opinión pública que lleva un turismo que puede ser gris oscuro en el que drogó a la pequeña para llevársela a su vivienda.