Sois ya varios los que habéis preguntado en los comments cuál es mi trabajo en ‘Supervivientes’. Pues bien, hoy desvelo el misterio (no como los creadores de 'Lost', que se han marchado sin aclararnos prácticamente nada). Mi trabajo aquí es, básicamente, observar todo lo que hacen los concursantes. ¿Que están dos horas seguidas intentando abrir un coco? Pues yo estoy dos horas viendo la trepidante secuencia para apuntar en la base de datos el minuto exacto en el que Carla, Mireia, Óscar o Javi consiguen abrirlo. ¿Que entre Rafa Mora y Bea La Legionaria se monta un buen pitote? Pues aquí estamos yo y mi compañero de departamento para transcribir con la máxima literalidad posible los improperios que se lancen, y el código de tiempo exacto en el que uno llama 'jeta' al otro. Todo, para que los editores y guionistas puedan localizar con la mayor rapidez posible los momentos claves del desarrollo de la trama. Lo que nosotros escribimos, al final queda reflejado en un documento como éste:
Mi trabajo es posterior al que realizan los cámaras y redactores. Ellos son los que están en el cayo, al ladito de los concursantes. Ellos son los que captan el contenido y realizan los partes de redacción de su puño y letra: el mapa, minuto a minuto, de lo que acontece en la isla. Nosotros apoyamos su trabajo, porque para ellos no siempre es fácil ir apuntando todo lo que hacen los famosos y los anónimos con un tromba de agua cayéndoles encima, una legión de mosquitos picándoles la pierna, o metidos hasta la cintura en el agua del mar para no perder detalle de la pesca de Miguel.
Pues ahí está. Eso es lo que me mantiene ocupado todo el día (los que trabajo, que también libro, lógicamente). Prácticamente todo lo que se ve en los resúmenes diarios de La Siete ha pasado antes por mis ojos. Lo divertido y lo aburrido. He llegado a pasar una hora, o más, viendo a nuestros concursantes dormir o vigilar el fuego. Apasionante, ¿eh? Pues la verdad es que sí. Porque además de verles dormir, me siento un privilegiado al poder observar a los concursantes desde todos sus ángulos. Veo las conversaciones enteras, sin exigencias de duración, ni cortes. Si María José explica durante cuarenta minutos cómo conoció a su marido y lo orgullosa que se sintió cuando su hijo fue el padrino de su boda, me trago toda la historia. Y yo, tan contento. Ese contenido probablemente no se utilice porque no aporta nada a las tramas ni a la historia de la isla, pero a mí me entretiene y me muestra a una María José más completa.
La finalidad de todo esto es que al equipo no se nos escape ni un sólo detalle de lo que acontece en Cayos Perlas. Se les graba las 24 horas del día. Se les observa las 24 horas del día. Precisamente hoy (será ayer para quien lea esto desde España), nuestro productor hablaba del trabajo continuo del equipo en el principal periódico de Nicaragua. Que, mira que es casualidad, me he comprado justo hoy por primera vez. En realidad iba con una compañera guionista (la misma a la que se le rompió el pedal de la bici), a encargar una tarta de cumpleaños porque aquí la amiga cumple años el jueves. ¡A quién se le ocurre ponerse a cumplir años en día de gala! La pastelería de Big Corn Island es como una casa particular con una mujer muy simpática que hace tartas muy buenas. Yo quería que la guionista encargara una de éstas con cubierta azul fluorescente y birretes de merengue rosa, todo muy del gusto de estas tierras, pero la aburrida de ella ha optado por el más clásico pastel de chocolate. El caso es que justo al lado de las tartas de fantasía y los pasteles aburridos, he visto en un estante La Prensa, que se subtitula como "el diario de los nicaragüenses" y asegura en portada estar "al servicio de la libertad y la justicia":
Por sólo 10 córdobas (que serían 7 sin el recargo que cobran a quienes vivimos en el litoral caribeño del país, yo ya como si fuera de aquí), te enteras de todo lo que pasa en Nicaragua y te pintas los dedos de un bonito color negro. En esto nos ganan: cualquier periódico español es más caro y, después de leerlo, no puedes pintarte rayas en la cara como si fueras Rambo. ¡Habráse visto! La verdad es que yo andaba un poco perdido porque no estoy muy puesto en política centroamericana. Donde me he entretenido un poco más es en la página de cumpleaños. Como suena: en lugar de esquelas, La Prensa tiene una página dedicada a felicitar a sus lectores por su cumpleaños, con foto del honorado y todo. Me ha parecido una gran idea y toda una innovación periodística. Si lo hubiera sabido antes, le podría haber puesto una felicitación a la guionista de los pasteles aburridos. Pero a lo que iba: hoy el diario dedicaba toda una página a la promoción de Nicaragua como paraíso de los reality.
Con declaraciones del productor ejecutivo de Magnolia aquí en Corn Island, el reportaje cuenta cómo este país ha sido elegido por la producción española para llevar acabo el reality. Cosa que también han hecho los italianos con su ‘L’isola dei famosi’, y que próximamente harán los americanos, que localizarán también aquí su espectacular ‘Survivor’. Vamos, que dentro de poco seremos un montón de extranjeros esquivando cabras y cangrejos mutantes por la carretera. Eso sí: yo el teléfono de mi taxista Julio no lo comparto con nadie por mucho que venga de la CBS.
Por cierto, en la próxima entrada prometo poner fotos que no sean letras.