La caseta técnica, territorio vedado para todos los concursantes
En las playas donde viven los concursantes existe un lugar prohibido para ellos: la caseta técnica. Se trata de una pequeña cabaña donde el personal del programa tenemos nuestra guarida. Los concursantes saben perfectamente donde está pero entrar en ella les conllevaría la expulsión inmediata. Algunos quizás la habéis visto en pantalla sin daros cuenta y es que está perfectamente camuflada con el entorno
La caseta técnica es un espacio multiusos donde los empleados del programa trabajamos sin tener que estar a la vista de nuestros robinsones. No estaría bonito que informásemos a nuestros jefes de que hemos oído que lsabel Pantoja está molesta con algo que ha dicho Fortu delante de Rubén, por ejemplo.
En otro orden de cosas sería una falta de respeto que Suhaila nos viese comer un sándwich de jamón y queso a media mañana. ¡Con el hambre que pasa! Así que si queremos comer algo se hace allí, sin que nos vean.
En la caseta es donde se guarda, además, el material técnico (de ahí su nombre). Allí están las cámaras de reserva, las pilas que hacen falta para los micrófonos de los sonidistas, los cables que se utilizan cuando hay conexiones en directo en ‘El Debate’ de los domingos y todo ese tipo de cosas.
Para mantener armonía con la playa la caseta está integrada en el ambiente. Sus paredes son de palma seca y sus dimensiones muy limitadas. Dentro tenemos una mesa de madera y una pequeña estantería donde podemos encontrar desde un bote con pilas usadas para llevar a reciclar hasta botes de protección solar y repelente de mosquitos para uso del equipo.
En la caseta técnica se encuentra también un pequeño botiquín de primeros auxilios: unas tiritas para un sonidista que se pincha con un erizo de mar intentando escuchar qué le dice Rafi Camino a Christopher mientras se dan un chapuzón, mercromina para la herida de un cámara que se ha resbalado en las rocas grabando una jornada pesquera de Fortu o un ibuprofeno para el redactor que tiene dolor de cabeza después de tres horas siguiendo a los concursantes a pleno sol… ¡Hay que tenerlo todo previsto!
La caseta tiene unas normas muy exigentes que el equipo respeta sin rechistar y que son una tríada de axiomas irrevocables que, para terminar, os revelo en exclusiva.
- Hablar entre susurros: Nuestras voces no pueden colarse en la grabación así que todo lo que se dice allí es casi imperceptible para el oído humano.
- Vigilancia permanente: Los concursantes saben que no pueden entrar pero hay que evitar tentaciones. En la caseta siempre hay alguien, generalmente el inspector de playa, que controla que algún Robinson curioso no intente curiosear donde no debe.
- Orden extremo: Se trata de un espacio limitado y exige un orden absoluto. Sería tremendo que el repelente de mosquitos del inspector se cayese sobre la comida del sonidista o que un poco de betadine del redactor cayese sobre el visor de la cámara. Eso solo puede evitarse siendo tremendamente cuidadosos, ordenados y escrupulosos.