Otro más y van...
Algo les pasa a los hombres. Algo les ocurre para que se conviertan en bestias sin control y ataquen. Da igual que se trate de un fraile, profesor de biología, un padre con hijos pequeños a su cargo, o el presidente del Fondo Monetario Internacional. A los tres casos les une lo mismo: la utilización forzada del ser humano que tienen delante.
Cuando Verónica Fernández tenía cuatro años su padrastro empezó a meterle mano y pedirle que le tocara sus partes. Con los años los abusos fueron a más de forma repugnante y atroz. Los jueces tienen desde hace 5 años la denuncia de esta chica encima de su mesa y no dan el paso para que ella pueda vivir en paz, sin miedo a que ese hombre al que finalmente tuvo el valor de denunciar, la dañe o incluso la mate.
Los dos chavales de 7 años que eran alumnos del hermano Lucio en el colegio de los Maristas de Badalona, se han atrevido a contar lo que ese profesor les hacía y les obligaba a hacerle a él pero ese delito ha prescrito y ahora solo les queda tratar de curarse hablando, contando lo que durante años ocultaron para poder sobrevivir. Los responsables de esa orden religiosa no están dispuestos a dar la cara, a recibirlos y tratar de compensar tanto abusos. Hablan con el medio de comunicación que les conviene pero no lo hacen con el programa que ha destapado el caso.
La camarera africana que acudió a la habitación 2806 debe estar horrorizada de leer lo que lee. Ella entró a arreglar esa suite y se encontró a un hombre desnudo que trató de violarla y la forzó a hacer lo que no quería. Se libró porque consiguió zafarse y denunciar los hechos. El hombre es un pez gordo y se defenderá pero nosotras sabemos que todo lo que esta chica cuenta es verdad; lo sabemos aunque no estuviéramos allí. Da igual que busque coartadas, da igual que su abogado sea el mejor y el más caro, todo da igual porque sabemos que esta mujer no miente: reconocemos todas sus palabras porque las hemos escuchado a muchas otras y siempre son las mismas: abuso y uso de la fuerza para lograr que otro ser humano haga lo que no quiere hacer. Sea mujer o niño: abuso muchas veces difícil demostrar.
Ojala los resultados del ADN dejen las cosas claras y este hombre tan poderoso, con un futuro tan prometedor, con tantas decisiones importantes para tantos países en su mano, pague por lo que sus instintos le llevaron a hacer. En éstos momentos, rodeado de presos como él, estará pensando que tuvo mala suerte, que maldita camarera, que total se trataba de una simple mamada, que no puede ser que le haya pasado a él, que todo es un inmenso error, que el dinero que tiene servirá para devolverle la libertad. Todo eso pensará con la cabeza un hombre que desnudo en la habitación 2806 se dejó llevar por eso que tiene entre las piernas y atacó a su víctima. Atacó igual que Ramón Nácar lo hizo contra Verónica y el hermano Lucio contra Marius, Toni y los que vinieron después.
Este además tiene el descaro de decir: “Sí, me gustan las mujeres, y ¿qué?”
Algo les pasa a los hombres y tenemos que defendernos.