Las tortugas
En el post anterior os hablaba de una escritora de 14 años: Iria Fariñas que en las últimas horas de la Feria del Libro de Madrid empezó a hacer realidad su sueño. Le he pedido que nos cuente cómo lo vivió, que lo comparta con nosotros. Solo le he dado el titulo: “Caseta 96”. Aquí os dejo su texto junto a una foto que me sirve de metáfora: el nacimiento de un ser que deberá luchar mucho para llegar vivo al mar, a ese mar que hueles y me dedicas, Luisillo y una vez en él no le será fácil hacerse grande. Las tortugas son unos animales que me gustan especialmente. Tengo una amiga que sabe lo útil que es fijarse en ellas cuando las circunstancias no te permiten correr como tú desearías. Ella, como muchas tortugas, en estos momentos está gozando de la felicidad de haber logrado llegar a la meta. Ojala algún día podamos decir lo mismo de la autora de “Bereshit, el origen”.
Caseta 96
Caseta 96… ese ha sido el lugar de mi primera firma en la Feria del Libro de Madrid. Un pequeño espacio abarrotado de libros, de historias que aguardan a ser leídas, de personajes escondidos… de sueños y esperanzas.
Con los nervios sujetos en una mano y un bolígrafo en la otra, me coloqué en aquel sitio especialmente reservado para mí durante una hora y media. Un tiempo para presentar mi obra, para compartirla, para firmarla. Para ser reconocida como escritora por personas que no me conocen de nada.
Mucha gente pasó por delante de la caseta, echaba una ojeada a los libros, me miraba, comentaba en voz baja quién soy yo, me preguntaban cosas. Al final no se vendieron muchos libros, pero no me importa. La razón es tan obvia que casi me parece ridículo explicarla, pero voy a hacerlo: ahí estaba yo, en la Feria del Libro, y no como lectora, sino como escritora. Hace un tiempo me habría parecido imposible y sin embargo…
En ese rato que viví, hubo muchos momentos geniales: unos graciosos, otros curiosos, algunos inolvidables.
Uno de los momentos que más me gustaron fue el de los mellizos. Un niño y una niña de unos diez años, de enormes ojos verdes llenos de ilusión, vinieron a que les firmase un libro. Me contaron que ellos también querían ser escritores, que escribían sus propias historias sobre dragones y las ilustraban. Deseaban llegar a estar un día en el mismo sitio en el que estaba yo en aquel instante.
Fue una sensación muy especial. Porque me reconocí en su mirada soñadora, que había sido la mía hacía no mucho y que, a menudo, lo sigue siendo todavía hoy.
Estoy comenzando a vivir mi sueño. Es todo lo que puedo decir. Gracias a todos por ayudarme a conseguirlo.
P.D. Este es un mensaje para un bolero admirable: Rauljunquera. Tus palabras desde el Hospital Insular Grancanario son un ejemplo de valentía, fuerza y reconocimiento a los profesionales que te tratan. Ellas hablan de un ser humano muy especial; se percibe verdad por todos tus poros. Me uno de corazón a todos los boleros que te mandan cariño y esperanza. Es un inmenso privilegio tenerte en nuestro rincón y espero que entre todos logremos ayudarte cuando lo necesites. Te preguntabas cómo le habría ido a la niña en la feria: ahora ya lo sabes.