En el diccionario dice que se trata de perseverar y tener constancia. A mí me parece que esta palabra es el secreto de cualquier victoria. El niño de la foto que os cuelgo hoy podría ser el perfecto ejemplo de lo que quiero decir. Para llegar a correr con esas “piernas”, hacerlo bien, competir y seguramente ganar alguna vez, tuvo que ser muy constante, perseverante y tener tesón. Él y sus padres pero sobre todo él.
En momentos difíciles como los que vivimos quizá sea útil recordar ésta palabra: tesón.
A veces llegan días que amanecen como una planta seca: una de esas plantas que nadie diría que pudieran reverdecer jamás. Pero lo hacen. Lo hacen y es entonces cuando el tesón es la mejor herramienta para hacerlas crecer. Hay personas expertas. En este blog, sin ir más lejos, sois muchos los que sabéis lo imprescindible que es perseverar, no dejar de ser constante. Hoy quiero hablaros de mistakemakers. Según ella nos contó ayer (comentario 77), su madre utilizó nuestro blog para ayudarse a aumentar sus fuerzas. Su testimonio ha sido un regalo para mí. Esa vida que está por delante, le ayudó a entrar a la consulta del médico con otro espíritu. Esa fuerza que entre todos nos damos en este rincón puede hacer cambiar no solo nuestro ánimo sino incluso nuestros males físicos.
Pero a veces la vida nos vence y tenemos razones para tener miedo, tenemos derecho a sentirlo. Ante esas personas es ante las que me atrevo a decir que su ejemplo de tesón, de perseverancia, de paciencia incluso, ayuda a otros a hacer menos sangrientos sus miedos. Un blog como éste también sirve para empequeñecer nuestros terrores. Sentirse acompañado, sentirse leído y comprendido, es otra de las herramientas que nos da la vida. Hasta hace pocos años esos pozos negros que se hunden en nuestros corazones tenían pocas posibilidades de ser compartidos, de ser conocidos por personas que pudieran entender el lenguaje que utilizásemos. Hoy, gracias a Internet, sin conocerte te conoces, sin verte te ves y te sientes y sin saber casi ni lo que dices, llegas a ayudar a pasar el puente del dolor a una persona que te lee.
No son momentos fáciles para que crezcan los objetivos. Ni siquiera sabemos con qué contamos para seguir caminando pero hay algo que se ha demostrado fuerte: la solidaridad, la ayuda a cambio de nada. Los que lo viven lo saben.
El niño de la foto se puso un día sus piernas metálicas y como si jugara, comenzó a andar y después de caerse cientos de veces, intentó correr y a base de tesón y perseverancia, lo logró. Acabaron poniéndole un dorsal en el cuerpo y una meta a la que llegar. Hoy él, con su tímida sonrisa, me ayuda a mí y por eso lo comparto con quienes de vosotros lo necesitéis.
P.D. Cuando acabo de escribir este post leo el relato estremecedor (comentario 82) de marroneta a la que mando desde aquí toda la fuerza y el ánimo para que logren superar esos horrores vividos en medio del fuego. Aquí queda mi abrazo para ella y para todos los que lo habéis sufrido en un final de verano envuelto en llamas.