Seguro que los habrá cobrado más de uno, pero el que nos ha puesto a todos las manos en la cabeza ha sido este hombre de la foto: José Luis Pego. Era un alto directivo de Novacaixagalicia. Decidió prejubilarse y esa fue la cantidad que cobró. Tiene 54 años, estudios y preparación. Trato de ponerme en su lugar y mirad lo que se me pasa por la cabeza.
“Todo el mundo se ha vuelto loco. Ahora va a resultar que mi indemnización es la única que es escandalosa; ahora me dirán que esto es una barbaridad; que nadie puede entender una cifra así. Ahora puede incluso ocurrir que me obliguen a devolverla...Se han vuelto todos locos. ¡Cuánta demagogia! Todo lo que leo, todo lo que escucho está manipulado, son opiniones sin fundamento. Mi prejubilación estaba acordada y es tan legal como la de cualquiera. Ahora va a resultar que van a dejarnos hacer lo que nos dé la gana cuando nos están vigilando mañana, tarde y noche. La gente habla sin saber cómo funciona esto. En todo caso que vayan a pedirle cuentas al Banco de España; a mí que me registren, yo no tengo nada que ocultar. Ni yo ni ninguno de mis colegas de Novacaixagalicia. Todos hemos cumplido escrupulosamente lo que decían nuestros contratos. Manda carallo que ahora me arrastren a mí por el barro...De esta voy a salir mal ¡voy a tener que disfrazarme para salir a la calle! Se han vuelto todos locos Ahora va a resultar que mi indemnización es la única que es escandalosaMi prejubilación estaba acordada y es tan legal como la de cualquieraManda carallo que ahora me arrastren a mí por el barro...De esta voy a salir mal ¡voy a tener que disfrazarme para salir a la callepero esto en cuatro días se habrá calmado y el dinerito en mi cuenta corriente
¿Os resulta verosímil? Creo que me acerco bastante a la cabeza de este ejecutivo y si no es así, que me demuestre lo contrario. Hoy, en una entrevista parala Agencia EFE, he comentado que, cuando conocemos cosas como éstas, propondría vaciar las cárceles y volverlas a llenar con estas gentes que tanto daño nos hacen. Y no creáis que son cuatro, son bastantes más. Si consiguiéramos saber las personas que sin que su trabajo lo haya justificado jamás, han recibido un trato parecido al Sr. Pego, reuniríamos a un grupo escandaloso de gentes. Cuando digo que vaciemos las cárceles no me parece que estoy exagerando demasiado, estoy cansada de entrar en prisiones a realizar trabajos con ‘Diario de...’ y ver que de los internos que cumplen condenas, excluyendo delitos de sangre, terrorismo y poco más, la mayoría han sido acusados de asuntos mucho menos escandalosos que el que nos ocupa. Ya sé que me dirán que esto es una barbaridad, que no se puede hablar así, que estoy mezclando churras con merinas; pero la realidad es que si preguntáramos a los ciudadanos uno a uno, me arriesgo a decir que nos encontraríamos con opiniones muy similares a la que aquí hoy os expongo. Se acabó la broma: las cosas están mal hechas y no las podemos admitir. Hay que poner pies en pared y pedir explicaciones y que devuelvan hasta el último euro.