Se acercaban los 40 y ella quería tener un hijo. Estaba metida en una relación inestable, pero quiso seguir adelante. No aceptó los consejos que le daban: esa palabra que escuchan tantas mujeres que se encuentran en esas circunstancias: aborta. Ella quería que naciera su hija por encima de todo y así fue. Olivia vino al mundo y su madre le puso ese nombre porque como un olivo tendría que aguantar todas las dificultades que la vida le iba a poner por delante para sobrevivir. Ana Toro, exconcursante de Gran Hermano de la edición de 2008, se convirtió en la mejor madre del mundo para esta niña que hoy nos mira con ojos tristes.
Ana Toro ha sido de las mejores concursantes que han vivido en la casa de Guadalix de la Sierra; de las mejores personas que forman la lista de valientes que un buen día, contra viento y marea, contra la opinión, a menudo, de la familia, deciden probar suerte y meterse a convivir con compañeros desconocidos. Ana Toro nos hizo sentir de todo y por encima de todo nos hizo reír, reír mucho.
Ya sabéis que siento la obligación moral de estar al tanto, todo lo que puedo, de la vida de mis concursantes fuera de la casa; que jamás podré conseguir agradecer suficiente su participación en el concurso que nos da tanto a tantos desde dentro y desde fuera de la televisión. No siempre consigo lo que necesitan, pero si puedo, lo intento.
Ana Toro está viviendo una situación difícil. El Lunes entrará con su hija a vivir en una casa de acogida. Ese rayo de esperanza iluminará su vida que en los últimos meses, desde que nació su hija, ha sido un camino lleno de dificultades y carencias. Muchas mujeres sabrán de lo que hablo. Muchas mujeres sabrán lo que se siente cuando ese hijo que llevas en el vientre, que tuvo un padre que le ayudó a ser concebido, desaparece y es la madre, solo la madre, la que tiene que seguir viviendo pero ya en soledad. En muchos casos la familia ayuda y esa ausencia paterna se alivia. En otros, el Estado, bendito Estado, pone en funcionamiento los mecanismos necesarios para que ese hijo y su madre puedan vivir decentemente en casas de acogida donde comparten la vida con niños y madres que necesitan ese apoyo temporal sin el que no pueden seguir adelante.
Mañana por la noche Ana Toro irá a 'Sálvame Deluxe'. Mucha gente podría pensar que una concursante de GH tiene la vida asegurada, que el paso por la televisión es una certeza de tranquilidad económica para siempre jamás. Muchos de ellos os dirían lo equivocados que están quienes así piensan; lo difícil que muchas veces es salir adelante habiendo sido un "granhermano"; el peso que ese título lleva consigo y lo injusto que puede llegar a ser no ser aceptado en un trabajo porque te reconozcan la cara y te encasillen para siempre.
Mañana por la noche Ana Toro nos hablará de Olivia, de la niña de su vida, de la niña de los ojos azules que mira a la cámara y parece que nos dice que está cansada de ver a su mamá pasándolo mal, buscando la manera de salir adelante, incluso de comer, en estos tiempos difíciles para tantos millones de personas. Nos contará lo importante que es sentir que tienes una familia que te apoya, lo duro que es saber que llegará la Navidad y tus hermanos y tu padre no estarán cerca, ni cerca ni lejos. Que no habrá regalos, ni llegará una ayuda para coger un tren y sentir el calor de tu gente. Ana Toro nos dirá cuáles son sus esperanzas, sus planes y sueños de un futuro que, hoy por hoy, es solo eso: futuro, pero no existe más que en su imaginación.
'Salvame' tendrá mañana un titulo de programa prometedor, sálvame, aunque sea momentáneamente, para recuperar algo de dignidad y compartir con la gente una soledad no buscada.
Ana Toro es una madre como tantas, una madre que no busca una pareja para la vida, que busca un trabajo que le permita dar a su hija una casa y una vida digna. Ana es un ejemplo de muchas otras mujeres que mañana la escucharán y la entenderán. Yo espero que ella se explique con la claridad y la rotundidad que he escuchado por el teléfono antes de ponerme a escribir éstas líneas. Espero que se la entienda y no se la juzgue. Espero que la acojáis como lo harán el Lunes en Alicante todas las personas que la recibirán en esa casa compartida con mujeres y niños que necesitan cobijo.
Ana Toro es granaína. Es la tercera de seis hermanos. Su madre murió cuando ella tenía 15 años y supo enseguida que la vida iba a ser complicada. Es una mujer libre, independiente hasta ahora, con inmensa fantasía, creadora, publicista, muy graciosa y culta. Habla varios idiomas y ahora quiere aprender noruego, la lengua del padre de su hija, para probar suerte en ese país donde disfrutan de tan pocas horas de luz pero donde, si conoces su lengua, puedes ganarte aun la vida.
Ana Toro está sufriendo el color de la impotencia y el sabor de la soledad cuando creía que la vida le iba a traer buenas noticias. Ana Toro es, por encima de todo hoy, una madre extraordinaria que conseguirá que Olivia sea una niña feliz y sana y crezca fuerte como el árbol andaluz por excelencia del que ella sacó su nombre. ¡Qué ganas tengo de que llegue mañana!
Después será tiempo de convivencia nueva. Después llegará el Lunes. Entonces será el momento de agradecer a los servicios sociales que la hayan escuchado, que le tiendan una mano y que las cuiden.
Esa niña, esa preciosidad de niña tiene un espléndido futuro por delante, estoy convencida.