La gota que colmó el vaso
Mohamed Bouazzi se prendió fuego y fue la gota que colmó el vaso. Así ocurren las cosas en muchos momentos de la Historia: un gesto brutal que puede parecer pequeño desencadena el cambio de vida de millones de personas. Seguro que jamás pensó cuando se prendía fuego que su cuerpo sería la mecha que correría a toda velocidad por los rincones mas inesperados.
Mohamed, tenía 26 años. Era diplomado en Informática y estaba en paro. Se ganaba la vida con un pequeño puesto de fruta y verdura. La gota que colmó su vaso fue que la policía se lo confiscara. Ese puestecillo daba de comer a su familia, era su único ingreso. No soportó la injusticia, la humillación y se prendió fuego delante del Ayuntamiento de su pueblo para llamar la atención. Tras días de agonía, murió.
Pero su muerte varió el destino de Túnez, de su país. Esa muerte e Internet fueron letales para el dictador de Túnez y acaban de serlo para Mubarak, en Egipto.
Los dictadores huyen de esos países que han destruido y la población contagiada de entusiasmo y esperanza sale, por fin, a la calle sin miedo.
La mecha que empezó en Sidi Bouzid, el pueblecito tunecino donde Mohamed vendía cada día sus frutas y sus verduras, acaba de incendiar el Cairo.
Hay momentos históricos emocionantes y este es uno de ellos.
Estamos viviendo y experimentando la fuerza nueva e imparable de Internet. Esa fuerza que hace que, como en esta foto, un alambre tumbe un gigante de granito porque...aunque parezca mentira, lo acaba tumbando al suelo aunque su vida se quede en el camino.