Mi equipo de 'Diario de...'
Hoy, Lunes por la noche, volvemos a empezar una nueva temporada de 'Diario de...'; es nuestra octava temporada. Quizá a muchos de vosotros eso no os parezca nada especial: a nosotros nos parece importantísimo. Somos un equipo humilde que hacemos lo que más nos gusta hacer: periodismo en televisión.
Algunos recordaréis que durante años emitimos una vez al mes en Telecinco y que desde hace un año lo hacemos semanalmente en Cuatro. Yo soy la más vieja con diferencia y estoy rodeada de gente que conocí muy jóvenes pero que ya van cumpliendo años y teniendo hijos. Algunos dicen que eso es posible porque existe nuestro programa, porque hay horizonte y se puede confiar; porque hay futuro. Esa tranquilidad es lo que a mi me hace realmente feliz. Eso permite tener un equipo fuerte, entusiasta, entregado y que nunca baja la guardia. Para que eso sea posible hoy quiero hablaros de Alberto Muñiz y de Nino Fontán.
Alberto es este chico guapo y tímido de la foto que sostiene la Copa del Mundo como si la hubiera ganado él. Cuando hoy me lea, se pondrá colorado y no será fácil conseguir que se quede quieto; es un hombre nervioso, muy nervioso. Es un jefe modélico, es de esos que controla el equipo sin gritos ni enfados; de los que consigue que cada uno haga bien su trabajo y encima, sea feliz. Tiene a su lado a Nino Fontán, el subdirector, que es quien debería salir en esta foto. Nino ama el fútbol por encima de todas las cosas y quizá se enfade cuando vea que es Alberto quien sujeta la famosa Copa, pero es buena gente y se lo perdonará. Son el tándem perfecto para que nuestro programa funcione como un reloj.
Cuando esta noche veáis en Cuatro cómo hemos pillado con las manos en la masa a personajes sin escrúpulos, pensad que conseguir esas imágenes es producto de muchas piezas del puzzle; que solo se logra si los que dirigen el tinglado mantienen firme el timón del barco y nunca atraviesan la raya de la información rigurosa y honesta. Mis jefes de 'Diario de...' son obsesos de contrastar lo que vamos a emitir, vigilar que no se dañe a nadie por un error, escuchar a todos los que tienen algo que decir y ser valientes a la hora de que no les tiemble el pulso ante denuncias complicadas y, a veces, peligrosas.
Muchas veces me preguntáis si paso miedo haciendo los reportajes que veis en nuestro programa. Siempre digo que no pero me temo que voy a tener que empezar a cambiar mi respuesta.
Estamos recibiendo más denuncias que nunca. Muchas de ellas llegan con la esperanza de que atrapemos a gentes que se escurren de la policía y de la justicia. Para poder hacer bien esos reportajes hay que entrar en sus terrenos y hacerlo con discreción y mucho tiento. Cuando llega el momento de intervenir, de hacer un asalto, como lo definimos nosotros, el resultado es una gran incógnita y, aunque yo no lo perciba, el peligro está siempre presente.
Esta noche veréis a un hombre pillado en una trampa cuando creía poder “disfrutar” de una chiquilla que tenía la misma edad que su hija adolescente. No os perdáis su cara de espanto cuando, tras cerrar su cita por Internet para tener sexo con ella y pagarle, espera que sea ella la que salga por la puerta y la que sale soy yo. Aún corre.
Confiamos que el compromiso de una concejala, dado por escrito delante de nuestras cámaras, cuyo plazo expira precisamente hoy, se cumpla y las doscientas familias que denunciaron a nuestro programa el engaño, vean la luz al final de túnel. Todas habían matriculado a sus hijos en una guardería que se iba a construir para estar lista tras el verano. Cuando llegó el principio de curso se encontraron sin lugar para llevar a sus hijos, sin explicaciones, sin soluciones y con un panorama negro. Algunas de las madres, sin saber a dónde más acudir, hicieron caso de esa frase que repetimos sin cesar: “tu denuncia, nosotros respondemos” y mandaron un mail al programa. Ese mail puso en marcha nuestra maquinaria que nos llevo hasta el Ayuntamiento donde no tuvieron más remedio que encontrar una solución al problema. Espero poder anunciar que esos niños están donde les corresponde.
Alberto Muñiz y Nino Fontán llevan muchos años haciendo periodismo en televisión. Han trabajado con muchas personas en su vida pero me gustaría poder pensar que cada vez que empieza una nueva temporada de 'Diario de...' se sienten tan felices como nos sentimos todos los que lo hacemos. Felices porque fue posible doblar el equipo y pasar de ser 14 a 28 personas. Felices porque crear puestos de trabajo en un momento en el que a nuestro alrededor todo son noticias de cierres y crisis, es para estarlo. Felices porque nos permiten investigar que es lo que más nos gusta.
La redacción de 'Diario de...' , sus 28 miembros, damos la bienvenida a nuestra octava temporada con toda la ilusión y esperanza del mundo. Ahora solo faltáis vosotros ¡no nos vayáis a fallar!