Todo lo que Edward Snowden denunció, se ha quedado corto. Este americano escondido en Rusia, está viendo estos días cómo su gesto de valentía vuelve a cobrar vida, frente a la realidad de los métodos seguidos por los gobiernos para espiar todo lo que les permiten las actuales tecnologías. Las leyes no cuentan. La protección de datos, es una broma de mal gusto. Nuestra intimidad, no existe. Cuando se trata de elegir entre seguridad o derecho a la intimidad, el miedo se hace poderoso y, al parecer, muchos ciudadanos del mundo no tienen dudas: escogen la seguridad.
Mi sentimiento frente a esta realidad es que poco podemos hacer, por no decir que nada podemos hacer.
Cuando leo que los alemanes y norteamericanos están trabajando en un acuerdo para evitar que ni las autoridades ni los ciudadanos alemanes sean investigados por los servicios secretos de los Estados Unidos,y viceversa, me da la risa ¿a quién quieren engañar?
Decir la verdad ha pasado a ser un crimen. Decir la verdad, si lo que estás denunciando es demasiado serio e importante, es un peligro para tu vida. Ese debe ser el sentimiento que acompaña a Snowden y con el que duerme cada noche.
En momentos así suele cobrar vida la vieja imagen de David contra Goliath. Esa imagen habrá sido inspiración para los que creyeron que era posible luchar con la verdad porque, decir la verdad no era un crimen. Pero hoy Goliath ha aprendido y esa piedra que salió de la honda de David y destrozó su frente haciendo que el gigante cayera al suelo y el pequeño David pudiera cortarle la cabeza con su propia espada, como dice el Antiguo Testamento, esa piedra ya no sirve: el gigante ha aprendido.
Los inventos de la técnica, las nuevas tecnologías que definen, de momento, este siglo XXI, dan a los gobiernos poderosos del mundo todos los datos necesarios para que ningún David pueda volver a demostrar que lo grande, lo fuerte, no es invencible.
Somos seres humanos controlados sin remisión. Pero lo más doloroso es que esa destrucción de nuestra intimidad no sirve para lograr la seguridad como muchos creen, sirve para aumentar el poder sin caretas de los que jamás tendrán suficiente.
Es cierto que la información es poder pero ahora se trata de información global y total, sin defensa ninguna.
Snowden es un chico bajito que ha creído que podía dar con su piedra en la frente del Imperio pero, de momento, vive escondido y su vida corre peligro. Solo el paso del tiempo nos dirá si de su honda salió una piedra que ayudó a que los ciudadanos del mundo lleguemos a ser de nuevo dueños de nuestras vidas, de nuestra intimidad.
De momento, decir la verdad sigue siendo un crimen.
P.D. Os pongo a continuación la carta que Edward Snowden acaba de enviar a la canciller alemana, Angela Merkel, a la Fiscalía federal y al Parlamento germano.
"Me han invitado a escribir sobre su investigación sobre espionaje masivo.
Me llamo Edward Snowden, y estuve empleado de diversas maneras como técnico en la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y en la Agencia de Inteligencia de Defensa.
Durante el tiempo en el que trabajé en estas organizaciones fui testigo de violaciones sistemáticas de la ley realizadas por mi Gobierno, lo que me llevó a actuar por deber moral. Como resultado de las revelaciones de estos hechos, he hecho frente a una campaña importante y sostenida de persecución que me ha obligado a dejar mi familia y mi hogar.
Vivo actualmente en el exilio con asilo temporal concedido por la Federación Rusa y de acuerdo con la ley internacional.
Estoy conmovido por la respuesta que mi acto de libertad de expresión política ha tenido, tanto en EEUU como en otros países. Ciudadanos de todo el mundo así como funcionarios de alto rango, incluso en EEUU, han considerado que estas revelaciones sobre la existencia de un sistema de vigilancia masiva, era un servicio público.
Se han propuesto nuevas leyes y políticas para combatir los abusos cometidos con la confianza del público. Los beneficios para la sociedad son cada vez más claros y al mismo tiempo los riesgos que comporta se están mitigando.
A pesar de que el resultado de mis esfuerzos se ha demostrado positivo, mi Gobierno continúa tratando esta disensión como deserción y busca criminalizar el discurso político con cargos de traición. Sin embargo, decir la verdad no es un crimen. Confío en que con el apoyo de la comunidad internacional, el Gobierno de EEUU dejará de comportarse de forma tan dañina.
Espero que cuando se resuelvan las dificultades de mi situación personal, podré cooperar de forma responsable para esclarecer los hechos ante los medios de comunicación, en particular sobre la verdad y autenticidad de los documentos, siempre de acuerdo con la ley.
Estoy deseando hablar con ustedes en su país cuando la situación se resuelva, y agradezco los esfuerzos para conseguir que las leyes internacionales nos protejan a todos.
Con todo mi afecto,
Edward Snowden
31 de octubre de 2013"