Algunos recordaréis la historia de Alex: un chaval de 15 años que fue protagonista de uno de nuestros “Diarios de...” En alguna ocasión os he explicado que para mí el periodismo no solo consiste en denunciar una negligencia sino en seguir preguntando, en conocer la evolución de los afectados. Mi compañera Teresa Gallo habló con la familia y este es el mail que me manda. Lo comparto con vosotros y lo acompaño de una foto que no es de Álex y su madre pero podría reflejar a la perfección la situación repentina que se vivió en esta familia.
“El 5 de junio de 2008 le intervinieron de dos quistes –uno en el hombro y otro en el tobillo- en el Hospital de Getafe. Se trataba de una operación que aparentemente no entrañaba ningún riesgo pero durante la intervención Álex sufrió una parada cardíaca y estuvo 45 días en coma.
En el informe emitido por el perito del Servicio madrileño de salud, SERMAS, se dice que durante la operación, la cirujana pinchó fuera del quiste y le introdujo burbujas de aire; de ahí la parada.
He hablado con Álex y con su madre. Álex se encuentra muchísimo mejor. Lo más importante de todo es que la cabeza le funciona muy bien y no veas cómo habla… Aún tiene problemas de movilidad con uno de sus brazos y no puede caminar pero en casa creen que sólo es cuestión de tiempo y rehabilitación.
Álex y su familia han llegado a un acuerdo con el SERMAS que ha reconocido el error y ha indemnizado a Álex con 600.000 euros. La familia no ha querido ir a juicio porque esperar unos años más supone que Álex no reciba rehabilitación adicional en estos momentos, que es cuando lo necesita.”
Los que en su día visteis nuestro programa quizá recordéis que el responsable del Hospital de Getafe, yo lo recuerdo con nitidez, “juraba sobre la Biblia” que nada anormal había ocurrido en ese quirófano; que todos los profesionales que realizaron esa intervención tan leve, hicieron a la perfección su trabajo y que había que asumir una desgraciada mala suerte para el chico...No tengo nada más que añadir.
En cuanto al anterior post, os colgué el texto de la prueba de GH de la semana pasada. Los que seguís el programa ya sabéis que ésta TAMPOCO la pasaron. Podría decir muchas cosas de su desidia pero prefiero hacerlo a los concursantes directamente cuando van saliendo de la casa: al fin y al cabo son ellos los que desconocen las palabras esfuerzo y constancia.
Aprovecho este breve comentario sobre el programa para deciros que las acusaciones de tongo que muchos internautas nos envían tras el programa del último Jueves, han sido respondidas por Pepa Alvaro, la super de los supers en un comentario en el blog oficial de Gran Hermano. Aquí os dejo el link.
A mí también me chocó que le dijera a Terry que en el recorrido de la derecha había más piedras blancas pero enseguida supe cuál había sido la razón. Podéis estar seguros de la absoluta honestidad de mis compañeros en todo momento. Es algo primordial para el funcionamiento del programa y si en cualquier momento dejara de serlo, se quedarían sin presentadora, así de claro. Cualquiera puede y debe dar su opinión de cómo se realiza GH pero no dicen la verdad si nos acusan de tongo: jamás lo ha habido.
Anoche acompañé a “mi suegra”, Lucía Bosé en su original fiesta de 80 cumpleaños. Sobre el escenario del Círculo de Bellas Artes, en Madrid, escuchamos canciones y poemas dichas en italiano y en español que forman parte de una gira que esta mujer tan potente, está a punto de empezar. Es decir: su fiesta de cumpleaños era una nueva apuesta por la vida y por el futuro; su fiesta gritaba que no quería sentarse, parar, que quería seguir haciendo lo que siempre hizo: encandilar y hechizar al público. Vestida de raso blanco, con un broche de brillantes bajo el pecho y su pelo azul, iluminó el escenario como un rayo de sol al amanecer, cuando esa luz está descubriendo la tierra y es limpia e intensa para que no nos olvidemos de que se trata del astro Rey.
Lucía tiene una mirada deslumbrante y esa nariz de aguilucho hambriento que ha heredado su hijo Miguel, mi amor, sabía dónde estaba el aroma de la amistad y por eso nos juntó a todos anoche. Yo le regalé unos guantes azules como su pelo, como sus uñas, que me gustaría saber que le han evitado el frío de los viajes que pronto realizará por nuestro país. En cada guante dejé un abrazo de nuera que la quiere desde hace décadas.
Se reestrenó una joya que Miguel Delibes escribió hace mucho años: “Cinco Horas con Mario”. Viví su primer estreno como la aventura mas apasionante de mí, para entonces, nueva vida en pareja. José Sámano fue el productor, Josefina Molina la directora y Lola Herrera su deslumbrante protagonista. Seguramente algunos de vosotros tuvisteis la suerte de disfrutar de esa joya en cualquiera de las decenas de ciudades donde triunfó a lo largo de muchos años. Cuando parecía que ya no tenía fuerzas para seguir haciendo gozar a los espectadores, Natalia Millán se ha vuelto a convertir en Carmen Sotillo.
La noche del estreno ocurrió algo especial y esta actriz que hemos visto tanto en televisión y cantando en musicales pero que nunca había hecho teatro como tal, captó al publico, lo agarró por el gaznate y se lo llevó con ella haciendo de todos nosotros sus seguidores apasionados. Reímos, lloramos, nos emocionamos otra vez frente a ese féretro que contiene el cuerpo de su marido a quien ella durante toda la noche en vela, le reprocha su vida matrimonial sin dejar títere con cabeza. No se puede hacer mejor. Os la recomiendo vivamente. Teatro Reina Victoria en Madrid.
Para terminar: Contador. Sigo creyendo que es inocente. No lo entiende él ni lo entendemos muchos. No entendemos como puede ser sancionado por una norma sobre el clembuterol que la Agencia Mundial antidopaje se está planteando modificar.
Sigo pensando que la mirada de Alberto es limpia como su sangre. Sigo creyendo que es inocente y mi esperanza es que no se derrumbe y logre demostrar su inocencia y así recuperar una dignidad que interesa echar por tierra. “Lucharé porque es una cuestión de honor” Yo sigo a su lado a muerte.