Tejido conjuntivo
Me gusta Leo Messi. Me gusta mucho como jugador y admiro su personalidad, su manera de estar en el fútbol. Cuando he visto esta foto del último partido he tenido ganas de compartir con vosotros la fragilidad de lo que parece más duro. Si os fijáis, el jugador que le embiste, sabe perfectamente dónde tiene que colocar su bota para inutilizar el pie de Messi. Es angustioso observar cómo se retuerce ese tobillo y uno teme que semejante entrada, hubiera podido apartar a nuestro querido argentino por semanas de la Liga. Parece que no va a ser así y que la recuperación no tardará en llegar pero la imagen hacía temer lo peor.
Nuestro cuerpo tiene una barrera que nos defiende de golpes como ese: el tejido conjuntivo. Sabemos muy poco de él; la mayoría de los médicos ni lo consideran pero ese tejido, bien tratado, bien trabajado, puede evitar operaciones y devolver al lesionado a la normalidad sin entrar en un quirófano. En San Agustín de Guadalix, en la sierra de Madrid, trabaja una doctora que está haciendo un gran esfuerzo por demostrar las cualidades de una parte de nuestro cuerpo que la mayoría de sus colegas ni considera. Menchu Sacristán ayuda a diario a encontrarse mejor, sanar, recuperar movimiento y suprimir el dolor, a sus pacientes. Su fe en la potencia del conjuntivo es inmensa. Antes de dedicar su vida al estudio de este tejido, fue cirujana, especialista en traumatología, muchos años. A base de observar su propio cuerpo, las reacciones que conseguía manipulando su tejido conjuntivo, logró resultados espectaculares. Llegará un día en que todo ese empeño, esas cientos de horas de especular y estudiar, darán sus frutos y sus colegas tendrán que rendirse ante la evidencia. Ella no tiene prisa y sabe que lo que se trae entre manos es un camino sin retorno.
Si Messi hubiera puesto su tobillo dañado en manos de la Doctora Sacristán, como han hecho ya muchos deportistas, quizá saltaría al campo antes de lo previsto; pero Menchu es una mujer discreta, pocos la conocen todavía, a la que se llega sólo por el boca oreja; es una científica que como tantas hace su trabajo en silencio y ayuda, a los que dan con ella, sin hacer ruido.
Conozco varios enfermos de ELA, esclerosis lateral amiotrófica, esa dolencia criminal que va paralizando el cuerpo del enfermo hasta matarlo, que han puesto sus deteriorados cuerpos en sus manos y , hoy por hoy, es uno de sus trabajos más exitosos y los que mayor felicidad le dan. Estos hombres y mujeres, jóvenes la mayoría, hacen kilómetros desde toda España para que Menchu Sacristán busque ese conjuntivo dañado y trate de sanarlo para parar un proceso irremediable. Ellos saben que su doctora, tan sólo con sus manos, no parará hasta lograr arrancarlos de sus sillas de ruedas.
Si esta información os ha interesado y queréis saber más podéis entrar a la web: http://www.leonorsacristan.com/