Anoche disfruté de nuevo viendo la mini serie que nuestra cadena nos ofreció. Me ha gustado mucho "Felipe y Letizia". Me ha gustado porque en ningún momento me ha rechinado y no era fácil; porque me parece verosímil que algo parecido fuera la historia real; porque creo que es sano que se cuenten estas cosas y porque ha logrado emocionarme. Anoche me encontré con lágrimas subiendo por la garganta.
Conozco a Joaquín Oristrell, su director desde hace muchos años. Hemos pasado muchas horas trabajando juntos, pensando juntos qué hacer y cómo hacerlo para que los programas que teníamos entre manos os gustaran. Es un catalán cariñoso y muy currante. No pierde un segundo. Observa y recoge todo lo que escucha o ve. Es muy bueno en su trabajo y yo me alegro infinito que su trayectoria haya sido tan exitosa y ascendente.
Ayer le llamé para darle las gracias por esta serie y me contó que andaba metido con los de La Trinca haciendo una comedia. Que estaba contento de tener la mente en otro proyecto y así ahorrarse los comentarios negativos sobre la serie. Es verdad: a mucha gente que escribe no le ha gustado. También os habrá pasado a algunos de vosotros. Es igual, yo os cuento lo que a mi me parece y lo hago colgando esta belleza de fotografía que guardo desde hace tiempo. A mi me gustó mucho la serie.
En ella, como si una Dolorosa sevillana se tratara, vemos el alma de Letizia Ortiz. Su hermana Thelma la sostiene, se sostienen mutuamente, en esos días horrendos del suicidio de Erika, su "hermana pequeña", como escuchamos decir en su día a la propia Letizia.
Lo he dicho varias veces e incluso me he peleado en público y en privado por defender a la Princesa de Asturias, sin irme nada en ello, por cierto. Creo que a poco que se tengan los ojos limpios la serie de Telecinco nos enseña la suerte que hemos tenido. Esta mujer es un inmenso regalo para todos los españoles. Yo les deseo a los dos que la vida siga haciendo su unión fuerte y feliz como nos demuestran todos los días, a pesar de trallazos privados y públicos. ¡Gracias Joaquín!
Hoy quiero haceros un regalo: en La Vanguardia, en Cataluña, se publicó el Martes una entrevista que os reproduzco porque merece mucho la pena.
La Contra es una sección de ese periódico que sigo con especial afición; siempre hacen hablar a gente interesante; siempre te enseñan facetas inesperadas y, en general, suelen dar un sentido positivo a los testimonios, me gusta, me gusta mucho La Contra.
Dr. José Antonio Signo, experto en medicina familiar, psicosomática y antiestrés"Nuestro gen no se ha adaptado al siglo XXI"IMA SANCHÍS - 27/10/2010
Nací en Mallorca en 1953, resido en Sant Cugat del Vallès. Estoy casado con Nati y tengo dos hijas: Sara (24) y Eva (22). Debemos recuperar los tres pilares de la sociedad: medicina, educación y jurisprudencia, además del trabajo digno. Creo en la solidaridad
¿Conoce las zonas blue?
No.
Son las más longevas del planeta, donde hay menos cáncer y patologías cardiovasculares y el índice de obesidad es el más bajo. Cerdeña (Italia), Loma Linda (California) y Nicoya (Costa Rica).
¿Y qué hacen?
Su dieta es rica en frutas, legumbres, verduras, muy poca carne roja. El resto consiste en buenos horarios, placer, amigos e, independientemente de la edad, todos tienen tres horas de reto al día, algo fundamental.
¿Qué es eso?
Hacer algo que te apasiona, que es atractivo y que no tiene rendimiento. Al ser humano se nos mueren continuamente neuronas, pero el cerebro no envejece, se regenera, mientras mantenga retos.
Debe de ser la excepción...
Hay una fórmula que lo refleja con precisión: C más P igual a I (curiosidad más pasión igual a inteligencia).
¿Y para que proliferen mis neuronas?
Duerma, hay que regular la hormona del sueño. Ya conoce la ecuación: 8 horas de rendimiento (tres de las cuales entre amigos) 8 horas de nada, y 8 horas en la cama. Mire, yo llevo 35 años visitando pacientes y mi conclusión es que nuestro gen no se ha adaptado al siglo XXI.
Vivimos estresados.
Sí, y hay que dominar el ya y el todavía.El estrés puede dar hasta 170 síntomas distintos y cuando nos adaptamos a él estamos perdidos. Hay dos tipologías de personas que responden a él de forma distinta.
A saber.
Está la que nunca falta al trabajo, es competitiva, trabaja con objetivos, y el cuerpo tiene que avisarle con algún síntoma para que pare. Luego está el tipo de personas más febriles y absentistas.
¿Y cómo avisa el cuerpo?
Contracturas musculares, alteración de la segunda fase del sueño, del ciclo hormonal tanto en hombres como en mujeres, y alteraciones de la tensión arterial, en la memoria e inmunológicas, inflamación crónica que puede implicar tumoraciones. Estoy convencido de que los mismos neuropéptidos que controlan las emociones controlan todo el eje endocrino, inmunológico y hormonal. La piel y el intestino tienen emociones.
¿Cómo mide usted el estrés?
Mediante la neuroimagen, neurofisiología, genética, saliva y sangre, y determinando dos neurotransmisores: la noradrenalina (motivación directa), cuya elevación implica estado de alerta, busca permanente de las cosas atractivas y retos, y baja tolerancia a la frustración; y, por otro lado, la dopamina (motivación incentivada): su déficit produce depresión inhibida.
...
Otra patología del estrés es el desarrollo de la grasa abdominal, que produce inflamación, diabetes y tensión arterial diastólica.
El maldito michelín.
La clave es mantener el índice glucémico: comer cinco veces al día, porque si te baja el azúcar, la grasa que ingieres va directa a la barriga. Es patológico más de 102 de perímetro de abdomen en varones y 88 en hembras independientemente del peso y la talla. El desorden horario afecta a la inmunidad, la masa muscular, favorece el envejecimiento precoz y disminuye el crecimiento en niños.
¿Más orden y menos pastillas?
Hay que incorporar sociólogos, psicólogos y dietistas a la salud pública. Un 40% del absentismo laboral se debe a síntomas que regulando las pautas de vida desaparecerían. Hay que comer frugal y ordenado, no para adelgazar, sino para ser eficaz. El estómago puede robar hasta el 80% de la sangre. Creo en la relación mente-cuerpo.
¿Sana el estrés con pautas de vida?
La medicina empieza en la cama y en la cocina y termina en la farmacia. La nueva patología del siglo XXI es el cambio social permanente; hay que incorporar la psicoterapia, el yoga, la meditación: todo lo que sea aprender a parar de pensar.
¿Es malo pensar?
Pensar gasta 40 gramos de energía permanentemente mientras estamos en incertidumbre, pero si aplicamos el pensamiento a una dirección gastamos 10 gramos.
La incertidumbre es difícil de manejar.
Cierto, casi nadie la maneja. Hay mucha gente que padece estrés crónico y no lo sabe, hace un trabajo que le gusta, alta autoexigencia y no escucha su cuerpo.
... Pero es relativamente feliz.
Sí, pero si uno se levanta cansado, su cuerpo para ser eficaz segrega una hormona trampa, el cortisol, y se inicia un círculo vicioso: llegas a la noche agotado, duermes mal... Tenemos un ritmo biológico, la mejor hora para tener una reunión de trabajo son 11.30 de la mañana; para hacer deporte cardiovascular, primera hora; musculación, de 16 a 20 h; competición, a partir de las 13 h.
Nos falta sabiduría.
El sabio induce al crecimiento social; el listo amasa dinero en detrimento de la sabiduría (aprendizaje personal de cosas aparentemente inútiles que nos ensanchan la mente), esa ha sido la desubicación de este siglo.
Usted que ha sido médico de colegio durante décadas, ¿qué pasa con los niños?
Demasiada agenda, mucha info para su infra; es decir, demasiada información para su cerebrito. El niño ha de aprender a no hacer nada, no se pueden manejar tantos cambios, nuestro organismo no sabe adaptarse.
Sabias palabras las mi querido Pepe Signo a mi compañera Ima Sanchís.
Hoy termino con la segunda parte del titular de este post: "carencia de él". Carencia de respeto es lo que le atribuyo al Alcalde de Valladolid. Cuando a un ser humano se le escapa el subconsciente suelen aparecer sus monstruos más íntimos. Este hombre de la Riva lo ha dejado diáfano. ¡Hágaselo mirar amigo! A los compañeros del PP también les hemos visto el plumero; ¡qué duro debe ser pedir excusas; pedir perdón cuando no se tienen claras las cosas! Muy mal.