Aún no saben si es macho o hembra. Tendrán que esperar varias semanas a que esta criatura se separe de su madre y empiece a aprender a sobrevivir. Ha nacido en cautividad y ha dejado asombrados a muchos. La madre tiene cara de felicidad y eso es lo que hoy me mueve a colgarla en mi Bolo.
Esta entrada no necesita muchas palabras más. Aprovecharé que queda sitio para añadir un comentario con tranquilidad.
Acepto con respeto todas vuestras críticas. Espero que se me permita decir que algunas de ellas van cargadas de rencores que jamás conseguiré que no me arañen. Espero no hacerme nunca impermeable a esos comentarios aunque duelan. Escribir y hablar frente a la gente es un privilegio apasionante y arriesgado. Si uno no acepta que todo lo que llega tiene derecho a llegar, lo pasa peor. Todo sirve para aprender aunque sea a que la manera de expresarse de algunos, no será nunca la que yo utilizaré.
Este Bolo es libre, pero, como tantos, tiene unas normas. Cuando alguien se las salta, desaparece. A los que dejáis vuestras opiniones, datos, informaciones o lo que os dé la gana, os lo agradezco. A los que depositáis insultos no os queremos.
La política siempre me ha interesado y aunque vivimos momentos dolorosos y complicados, sigo creyendo en su imprescindible trabajo. Escribiré y denunciaré lo que me parezca oportuno; este blog nunca ha pretendido ser objetivo, más bien todo lo contrario: completamente subjetivo.