En los primeros días de Julio, Mario Vargas Llosa escribió un largo artículo en el diario El País: "La querencia del maestro". Su lectura me llevó de inmediato a la Casa del Libro donde compré la edición de Austral de un libro que, por suerte para mí, aún no había leído y que él definía como obra maestra. Siempre he pensado que no hay mejor camino para llegar al lector que contagiarle tu propia pasión; eso fue lo que hizo Mario Vargas con "Guerra y Paz" y conmigo.
Digo que por suerte no la había leído porque es una novela tan importante que no creo que pueda ser valorada de igual forma si se lee en la adolescencia, como habrá hecho mucha gente, que si se hace cuando la vida ya te ha dado algunas pistas de cómo somos los seres humanos. Ahora, tras su lectura casi arrebatada, sería el momento ideal para estudiar a Tolstoi, para profundizar en este autor gigantesco que describió a la perfección lo más íntimo de nosotros mismos. De hecho eso es lo que, si el tiempo me lo permite, haré.
Gracias infinitas Mario por compartir tus sentimientos sobre este autor que escribió obras imprescindibles para la literatura universal, pero que fue, además, un hombre poliédrico, con múltiples facetas, como tú le describes. Un hombre que luchó por construir una nueva forma de educación para los niños, una nueva moral que se acercara lo más posible a esas palabras cristianas de "ama a tu prójimo como a ti mismo", un hombre que sufrió por sus adicciones, sus remordimientos y arrepentimientos; un hombre que fue apartado, condenado, exaltado, adorado y odiado; que, como tú dices, probablemente nunca fue consciente de su logro, de las obras maestras que salían de sus manos porque "estaba siempre demasiado entregado a sus proyectos revolucionarios".
Gracias infinitas Mario porque tu artículo me acercó a este libro y a su autor de una manera tan atractiva que no pude dejar de seguir tus pasos y leer sin freno hasta terminar sus 1460 páginas. Todavía estoy impregnada de sus metáforas y de la más sencilla y perfecta literatura. Todavía no he digerido la vida y milagros de los casi 600 personajes que llenan las páginas de un libro que como tu dices es "total": "una novela que ha materializado el anhelo de todo novelista: recrear un mundo a su imagen y semejanza, en su totalidad" .
Cuando iba al colegio mi profesora de Literatura no consiguió jamás contagiarme tantas ganas de leer un libro como hizo Vargas Llosa al principio de este verano que está agonizando. Recuerdo que para ella era muy importante memorizar fechas, títulos de libros y nombres de autores; todo lo contrario de lo que este artículo me entregó a manos llenas. Sé que la Literatura sigue siendo una asignatura complicada para darla y para recibirla. Me entristece que los estudiantes no vean en los libros las cualidades que para mi son diáfanas: compañía, conocimiento, aburrimiento, pasión, liberación, curiosidad, emoción en definitiva. Cuando tienes la suerte de que un libro te atrape, los días ya no son del todo tuyos: le pertenecen a él.
Leyendo "Guerra y Paz" este verano he gozado de momentos de felicidad tan profundos que dudo que pudieran ser superados por otra actividad. Al terminar hoy este libro, me he lanzado a leer lo que recomiendo no hacer jamás antes de empezarlo: los prólogos, las cronologías y cualquier texto que preceda a la novela misma. En este caso ha sido Eduardo Mendoza el que con un conocimiento admirable ha saciado mis dudas y ha colmado los deseos que la lectura del texto iba acumulando. Los datos que recoge son vitales para los lectores que han leído el libro, pero destrozarían su lectura si lo hubieran hecho antes de disfrutar de esta obra ingente. También la cronología de José Luis Gómez es una linterna mágica que ilumina la vida de Tolstoi y recoloca todas las fichas que un lector apasionado necesita para cuadrar el puzzle de este autor excepcional. A los dos mi agradecimiento por sus escritos y a su lado a José Laín Entralgo que lo traduce con el esmero y delicadeza que la obra necesita. Su mano no se percibe, se agradece. Leer "Guerra y Paz" en ruso debe ser un placer aun mayor pero tener entre manos una traducción respetuosa, es un regalo a los lectores y lo digo porque no siempre ocurre algo así.
Gracias Mario, en definitiva, por haberme abierto un mundo inmenso, un mundo que Google me ayudará a descubrir y que de no haber sido por ti, por tu entusiasmo y tu conocimiento, por tu curiosidad y tu viaje al origen del mundo de Leon Tolstoi, jamás hubiera llegado tan profundamente a mi corazón.
Creo que no necesito deciros que os recomiendo cada una de sus palabras porque sé que ellas os conducirán, como me han hecho a mi, a una "obra maestra absoluta" .