Calentando motores en la redes sociales antes de las galas en directo

Cada vez somos menos, amigos de ‘La Voz’, pero ni eso nos quita la sonrisa de la boca. Algo se tiene que respirar en este programa para que los artistas tengan siempre este buenrollismo, hasta después de batallar en el último asalto. No tiene que ser fácil verte las caras con un amigo en el ring sabiendo de antemano que eso va a suponer el fin del sueño para uno de los dos. Y es más, que después de eso, siga el buen rollo. Vean dos ejemplos.

Bien es cierto que la iniciativa en ambos tuits la toma la que se queda, pero supongo que será pura coincidencia. El caso es que así da gusto competir, porque no se nos olvide que solo va a ganar uno. Ahora una adivinanza, ¿quién es quién?

¡Puede ser posible que madre e hija sean tan exactamente iguales! Lo es. Un dato más que sabemos, Dina, además de fan de Amy Winehouse y David Bisbal, también lo es de Manuel Carrasco. Todo muy por el estilo…

Cambiando de tercio, vamos con una de solidaridad. Jaume y sus amigos con la tragedia de Filipinas. Rastas, carteles y redes sociales, un clásico, este año, también en ‘La Voz’.

Y hablando de carteles, atentos al que te puedes encontrar en el pueblo de Ainhoa.

Así nos gusta, esos pueblos de España apoyando a sus artistas. Queremos ver ya polideportivos y pantallas grandes con gente vitoreando sus nombres. Loco estoy por ver ya esas fotos en Twitter. Pero este post lo había empezado con el buenrollismo generalizado y aquí va otra muestra. Una de chicas.

Y los coaches no van a ser menos, ellos también disfrutan y se lo pasan en grande durante las grabaciones.

Estoy de acuerdo con lo de la originalidad de Tania, como ella ninguna, pero lo de que Bisbal se guarde cosas con Cali & Dandee… Eso ya me gusta menos, ¿ves?

Aunque para genuino, ese Orozco cortándose el pelo.

Terminamos con Gabri y las nuevas generaciones. Así presentaba en sociedad al que, supongo, será su sobrino o similar. ¡Apunta maneras!

Y ya me agradeceréis algún día esta imagen con la que pongo punto y final a esta entrada. Lo sé.