Mallorca es sin duda uno de mis destinos favoritos, una isla que tiene prácticamente todo lo que buscas y con curiosidades que la mayoría desconocemos, como por ejemplo que la bóveda de la catedral Santa María situada en Palma es la tercera más alta de Europa, con un rosetón de trece metros de diámetro y compuesto por más de 1236 cristales. Otra curiosidad es el Castillo circular de Bellver, solo existen otros cuatro semejantes en el viejo continente. Construido por Jaime I de Mallorca a principios del siglo XIV, acoge el Museo de Historia de Palma. Anécdotas aparte, lo más agradable para mi además de aprender sobre los lugares que visito es encontrar hoteles especiales donde alojarme.
En esta ocasión he elegido dos hoteles en lugares muy diferentes de la isla. El primero es La Residencia, situado en la sierra de Tramontana en el precioso pueblo de Deya. Realmente es como trasladarse al pasado para adentrarse en un cuento de hadas.
El hotel está formado por dos fincas construidas en el siglo XVI y XVII. Han sido restauradas y amuebladas con antigüedades locales para mantener el encanto y no alejarse del maravilloso ambiente que desprende este pueblo. No puede haberse hecho con más gusto. A pesar de que a primera vista parece un hotel muy pequeñito, La Residencia consta de 71 habitaciones repartidas en diferentes edificios. Son Canals y Son Moragues están en frente del jardín principal, Son Fony tiene vistas a la piscina (donde yo me hospedo), y Tramuntana en el edificio situado en la cima de la montaña.
El hotel le presta una especial atención al arte, tanto es así que tienen 33 cuadros de Joan Miró, ahí es nada.
Si te gustan los animales como a mi, estás de suerte porque tienen unos burritos que campan a sus anchas por las montañas plagadas de olivos que rodean el hotel. Por cierto, también hacen su propio aceite de oliva, no los burros claro. Yo estuve a la búsqueda de los burritos dos mañanas pero no tuve suerte, mejor coordinar con recepción el encuentro con las criaturitas.
Lo cierto es que estando en este maravilloso hotel no apetece salir de él, pero puedes acercarte en coche o andando a una calita que está muy cerca y que es toda una delicia.
El hotel ofrece clases de pintura con su pintor oficial que reside en el hotel y si te apetece practicar el deporte del patrio Rafa Nadal tienes unas pistas donde poder hacerlo. La Residencia es sin lugar a dudas un lugar de ensueño del que nunca te querrías ir, no sólo es un placer para la vista, también el trato afable de sus empleados deja una marca que es difícil de olvidar.
Mi segunda parada es Cases de Son Barbassa, un hotelito monísimo que aúna lo rural y lo moderno. Está ubicado cerca de Capdepera. Un lugar rodeado de historia y naturaleza. El edificio principal del hotel se erige sobre un torreón defensivo que data del siglo XVI y las casas de piedra natural que conforman el complejo están rodeadas de olivos, algarrobos y almendros. El hotel tiene 20 habitaciones, lo que le hace especialmente privado.
Tengo que decir que mi estancia ha sido súper agradable, incluso teniendo en cuenta que un día me llovió a cántaros y lo mejor que se me ocurrió fue ir a jacuzzi, aunque a priori no parezca una gran idea, ver caer la lluvia metida en agua calentita es muy relajante.
Los huéspedes son en su mayoría alemanes, al menos esa fue mi experiencia y hasta con alguno establecí alguna conversación banal al encontrarnos durante el desayuno los tres días que estuve alojada, la novia no se tomó tan bien este intercambio conversacional. Aprovechando ese día de perros, fui a visitar la cuevas de Artá que están a unos poco kilómetros y que te adentran en un mundo de estalactitas y estalagmitas fascinante y el castillo medieval de Capdepera. El resto del tiempo ese sol mallorquín maravilloso me acompañó el resto de mi estancia en Cases de Son Barbassa. En resumen, un hotel muy mono, sin pretensiones para pasar unos días tranquilos.
Mallorca es sin duda un destino paradisíaco tan cercano que deberíamos considerar antes de irnos a lugares remotos, especialmente ahora que el turismo en España necesita más que nunca de nuestro apoyo. #Mallorca Turismo