Encuentro Guadalupe es uno de esos hoteles que no te deja indiferente. Situado en El Valle de Guadalupe, Baja California, a tan solo 4 horas en coche desde Los Angeles, forma parte de un región que de unos años a esta parte se está convirtiendo en el Napa Valley de México. El hotel Encuentro es el lugar ideal para ir a disfrutar de unos días de desconexión. Es un hotel construido con la intención de formar parte de la naturaleza por el arquitecto de Tijuana, Jorge Gracia. Su visión era construir un espacio donde el huésped pueda disfrutar de espacios abiertos y vistas panorámicas del valle de Guadalupe.
El hotel abrió sus puertas en el 2012 y su construcción fue siempre tener en cuenta que debía formar parte de la naturaleza del lugar, sin ser invasivo, respetando su entorno, es precisamente este el motivo pro lo que las habitaciones están suspendidas a través de unas vigas de hierro. Son 22 habitaciones colocadas en los cerros y acompañadas de una terraza privada, el lugar perfecto para poder disfrutar de una copa de vino producido en los viñedos del propio hotel.
Para Alfredo Acosta, propietario del hotel, era muy importante el tema de la sostenibilidad. No solo en lo que se refiere a la arquitectura del mismo, sino también la filosofía detrás de hotel. La mayoría de los empleados son gente de la zona, el hotel tiene su propia huerta de la que el chef Omar Valenzuela se surte en la medida de lo posible. El resto de los alimentos provienen de zonas locales. El objetivo es provocar el menor impacto al planeta y de esta forma también apoyando a la economía local. El restaurante ofrece una gran variedad de vinos del valle, eso si, sin faltar lo que ellos producen, que son para uso exclusivo del hotel. Producen unas mil botellas al año de diez variedades diferentes; Cabernet Sauvigon, Cabenet Franc, Merlot, Malbec, Nebbiolo, Carignan, Garnacha, Syrah y por supuesto tempranillo, uno de mis favoritos. El único de uva blanca es Voigner. Sus vinos se pueden degustar en su bodega todos los días de la semana de 10 de la mañana a 5 de la tarde.
En cuanto a las habitaciones son pequeñitas pero perfectas para pasar unos pocos días de relax. La decoración es moderna, de líneas limpias y simples. La vistas del valle son espectaculares y la piscina y el jacuzzi un auténtico lujazo.