Menorca es una isla en la que uno se sumerge en un ritmo pausado y sosegado, repleta de escondites naturales de belleza extrema y en la que su población y costumbres van de la mano de esta atmosfera de paz y calma. Para esta aventura he elegido tres hoteles maravillosos, muy diferentes entre si, pero todos muy apetecibles. Todos los que me seguís sois conscientes de mi pasión por los hoteles boutique. El primer hotel en el que me hospedo es Sodium Hotel en Ciutadella. Marcello y Pierangela han convertido esta casa en el área de Contramurada en un hotel muy especial de tan solo seis habitaciones, todas diferentes y con balcón privado.
Al llegar me recibe Maite, el hotel es una auténtica joyita, de decoración moderna y sencilla. Unas escaleras maravillosas me llevan a la habitación en el último piso, la estancia es súper amplia y con un balconcito monísimo.
El hotel está súper bien ubicado, muy cerca del puerto. Una de mis cosas favoritas cuando viajo es el trato con el personal de los hoteles, por eso siempre me decanto por lo pequeñitos porque el trato es más cercano. En este caso para el desayuno me recibe Marcello con el que tengo ocasión de tener una conversación súper amena donde me explica como empezaron en este mundillo. Marcello es italiano y cuando visitó Menorca por primera vez fue amor a primera vista, con su mujer Pierangela descubrieron que era un lugar perfecto para aventurarse en el negocio de los hoteles boutique. De hecho 971 fue el primer hotel boutique de Menorca, su apertura fue hace diez años. Con anterioridad ambos se dedicaban al negocio de la restauración y cansados, pensaron que lanzarse al hospedaje de calidad sería una buena idea. Para Marcello que está a cargo del Hotel Sodium (su mujer regenta Cheap and Chic también en Ciutadella), lo más importante es el trato con el cliente, ser capaz de hacer su estancia más agradable y servirle de guía recomendando sus lugares favoritos. Sin duda, este hotel es muy recomendable.
Mi segunda parada en Ciutadella es en el Hotel Tres Sants, lo que más me ha gustado de este viaje es la oportunidad de estar en tres hoteles súper diferentes entre si pero a la vez todos con un encanto especial. Hotel Tres Sants, es un hotel interior situado en el casco antiguo de Ciutadella junto al palacio episcopal, y en una de las calles con más encanto del centro histórico de esta ciudad tan mágica.
El hotel Tres Sants es una casa señorial de mediados del siglo XVIII que ha sido rehabilitada respetando la arquitectura original de piedra y los elementos típicos menorquines. Consta de 8 habitaciones, siendo cada una de ellas diferente. Es realmente como estar alojado en una casa señorial que te transporta en el tiempo.
Lo más interesante es el baño turco, la piscina y jacuzzi que se encuentran en el sótano, donde en su día la casa original tenía el almacén, y por supuesto la terraza, desde donde se puede observar la ciudad y la catedral (de noche es absolutamente increíble, sobre todo por la iluminación de la catedral y la calles). El desayuno me pareció de una calidad buenísima, y el trato de Lorena y Catalina (que me recibieron) inigualable. El hotel está lleno de detalles rústicos que te hacen transportarte en el tiempo. Muy bucólico y romántico.
Tras pasar unos días en Ciutadella mi siguiente destino es un hotel rural situado en Es Migjorn Gran, en la zona meridional de la isla. A diferencia de los dos hoteles anteriores, este está totalmente aislado de la civilización, lo cuál me apetecía bastante. Básicamente me encuentro en el medio del campo menorquín.
A mi llegada al hotel me recibe Andrés y me explica un poco el origen del hotel, para seguidamente llevarme a la habitación. La vista desde mi cuarto es espectacular, veo la piscina, los árboles y la inmensidad del paisaje menorquín que es una auténtica delicia. Una pena que el tiempo no está acompañando y que no me pueda meter en la piscina, aún siendo bastante tentador, sólo imaginarme el frío al salir se me quitan las ganas. Lo mejor de ir a principios de abril es que no hay prácticamente nadie y me siento como la capataz de una finca. Este hotel es perfecto si no te gustan las multitudes y sueles evitar la presencia de muchos humanos juntos.
Se compone de seis habitaciones dobles, nueve dobles superiores con terraza, cinco junior también con terraza y siete junior suite deluxe una de las cuales tiene piscina privada. A unos tres kilómetros (unos 45 minutos a pie), se puede llegar a la playa virgen de Binigaus y a veinte a la espectacular Cova des Coloms, una cueva natural que ha sido declarada bien de interés general.
El hotel Binigaus Vell es perfecto para aquellos que buscan un lugar tranquilo para desconectar, su arquitectura es la tradicional menorquina siguiendo la estética de las casas prediales. En su momento fue una finca de 89 hectáreas dedicada a la producción de leche y cereales. Su origen se remonta al siglo XVI ya que hay constancia de unos escritos donde aparentemente estaba regentado por un tal Agustí Piris, sin embargo el nombre de Binigaus Vell tiene probablemente procedencia árabe, ya que estos dominaron la zona desde el 903 y durante cuatro siglos. En el siglo XIX, perteneció a una prestigiosa familia noble de Mahón, Los Olivares, que en 1844 recibieron de manos de la reina Isabel II la Baronía de las Arenas (se puede ver en el escudo de armas situado en el hall de la entrada del hotel). En 1893, tras la muerte del Barón de las Arenas, la finca Binigaus Vell se vio envuelta en unos asuntos judiciales que derivaron en la subasta de la misma. Desde entonces a pasado por diferentes manos, entre ellas, el Barón de la Arenas, del cuál se comenta que la perdió debido a su afición al juego. Durante gran parte del siglo XX perteneció a Bartomeu Sturla Portella y finalmente fue adquirida por sus actuales dueños, la familia Triai Barber, que continuaron con la explotación agrícola hasta que en el año 2016 decidieron hacer realidad un sueño que albergaban hacía tiempo, transformarlo en un hotel rural. Tras años de conseguir permisos y afrontar una gran reforma, finalmente esta joyita de hotel vio la luz. Con esta historia tan interesante la estancia en este hotel se hace aún más placentera.