A medio camino de la costa de Baja California, anidada entre la Sierra Gigante y el Mar de Cortez, se encuentra la ciudad de Loreto. Un lugar donde el científico y explorador marino Jacques Cousteau pasó gran parte su tiempo explorando este mar al que más tarde denominó “el acuario del mundo”. Si tienes la oportunidad de hacer buceo puedes disfrutar de una gran variedad de peces (incluyendo delfines) en un agua de temperatura perfecta. Loreto está rodeado de varias islas (Isla Del Carmen, Coronado, Catalina, Danzante) y uno puede perderse entre ellas observando como el agua cambia de color y los pájaros bobos pescan sin tocar el agua, es una verdadera maravilla.
Afortunadamente, y esperemos que así continúe Loreto es una zona poco desarrollada turísticamente, Cabo San Lucas (situado al sur de la península de Baja California) era así hace veinte años, ahora es un conglomerado de hoteles de tiempo compartido para americanos y canadienses.
La ciudad de Loreto fue fundada por jesuitas en el año 1697, su nombre anterior a la llegada de los españoles era Cochón. Hoy en día no supera los 15.000 habitantes, es tranquila y con encanto. En las montañas que la rodean se encuentran algunas de las pinturas rupestres más antiguas jamás encontradas, datan de hace más de doce mil años, ahí es nada. Tiene una historia muy interesante antes y después de ser colonizada por los jesuitas.
Cousteau fue atraído por Loreto debido a su variada vida marina, teniendo la mayor concentración de ballenas azules y humpbacks. En el 2002 la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad. Tras minutos dejando atrás la marina, pueden corroborar con sus propios ojos lo que quiso decir Cousteau al denominarlo el acuario del mundo. Según sus palabras, el agua que rodea Loreto y sus islas es lo más parecido a las Islas Galápagos.
Ahora se puede volar con vuelo directo desde Los Angeles en menos de dos horas. A la hora de hospedarte la oferta hotelera no es muy grande debido a que la zona, gracias a Dios, aún está bastante poco explotada. En el momento que las cadenas hoteleras vean el filón, su encantó desaparecerá y se convertirá en otro Cancún, llenos de restaurantes abominables y turistas pachangueros que no saben apreciar las tradiciones y viajan con cero interés en conocer las costumbres y la comida local.
La temporada alta va de enero a mayo. Durante mi estancia me alojé en el hotel Villa del Palmar, una cadena hotelera con seis hoteles repartidos por la geografía mejicana. El hotel se sitúa a unos 40 minutos en coche del pueblo de Loreto. El resort abrirá un campo de golf a finales de año. Algo que parece un poco contradictorio si nos paramos a pensar que la vegetación es la propia de un clima desértico. Aseguran que tomarán medidas sostenibles como diseñarlo de acuerdo al paisaje y la replantación, en la medida de lo posible, de toda la vegetación local que tengan que quitar para poner césped. El hotel también usa una desalinizadora para evitar el consumo de agua dulce en una zona donde escasea. Paneles solares y un sistema de reciclado.
Entre las celebridades que se comentan han visitado la zona se encuentran Cameron Díaz y Steven Speilberg.
Vista desde la habitación del hotel Villa del Palmar