El fenómeno de la barba que en los últimos tiempos ha sido asociado al movimiento hipster parece tener más cuerda de la que en un principio parecía. No cabe duda que una buena barba mejora hasta al menos atractivo. Nunca el pelo facial había estado tan de moda. Recuerdo de pequeña que la barba me parecía algo asqueroso en los hombres (en las mujeres ya ni te cuento), me echaba para atrás, me parecía de tío feo y probablemente algo guarrete.
Gracias Dios eso ha cambiado, bueno los guarretes imagino que seguirán pero la forma de llevar la barba y el estilo es completamente diferente al recuerdo que hospeda mi cabeza de mi tierna infancia. Según Perry Patraszewski cofundador de la peluquería londinense Blue TitSalon la moda de la barba tiene carrete para rato. Para el New York Times la tendencia de llevar pelo facial comenzó hacia el 2005, será considerada como una moda visual de principios del siglo XXI al igual que el bigote lo fue en los años setenta. Tras el boom de los dotcoms y los ataques del 11 de septiembre se volvió a un look más idílico y rural donde lo artesanal y la música folk se empezó a extender por zonas como Brooklyn o Portland. También lo asocian a una mejoría económica por parte del sector femenino provocando al hombre demostrar su masculinidad ante esta amenaza.
El fotógrafo Jonathan Daniel Pryce vió un filón a esta moda y se lanzó con un proyecto llamado “100 Beards, 100 Days” o lo que viene a serlo mismo “100 Barbas, 100 Días” en los que ha fotografiado a hombres de lo más variopinto al que les une su amor por el pelo facial.
La barba está imparable y para las amantes de la misma ha salido una aplicación llamada Bristlr, un tanto friki, porque te conecta con tipos que llevan barba y que les gusta que se la toquen (la barba, me refiero). Es una especie de Tinder en la que puedes encontrar el chico con la barba ideal. En vez de preguntarte si estás soltero o casado o si estás buscando una mujer o un hombre la pregunta es si tienes barba o si estás interesado en conocer a gente que la tenga. Además tiene un sistema de puntuación en los que se clasifica las barbas más interesantes. Lo raro de esta aplicación es que no haya salido antes con el boom que las barbas llevan dando los últimos años. A diferencia de otras webs de ligoteo en las que te preguntan hasta el numero de lunares, el cuestionario de Bristlr es simple y centrado en la barba, así que no hay necesidad de extenderte explicando lo maravillosa y buena persona que eres. Eso si, si quieres ver a quien le gustas tienes que comprar un café online por unos 3€ para acceder a los posibles candidatos. Vamos que no es gratis llegar a tu barba favorita por la cara. También hay que tener en cuenta que la barba puede gustar no sólo a mujeres sino también a otros hombres por lo que hay que andarse con ojo a ver si le das un “me gusta” al barbudo equivocado. Sinceramente y tras echarle un ojo a los posibles candidatos pocas barbas merecen la pena. La aplicación ha sido creada por John Kershaw, un inglés de Manchester de 28 años al que se le vino la idea como una especie de broma, pero al parecer la gente se lo está tomando muy en serio. La mayoría son canadienses, imagino que el frío ártico y el look leñador tendrá algo que ver en esto.
Hablando de leñadores e insistiendo en la barba, el nuevo término de moda para definir al hombre con barba y limpito (esto último es siempre de agradecer) es lumbersexual, atrás quedó el metrosexual con ramalazo femenino tipo David Beckham. El metrosexual ha muerto, ya no se comen un colín. Ahora el leñador estiloso recién salido de un bosque canadiense es el último grito. En San Francisco la tendencia lleva ya un tiempo, allí también se le denomina “metrojack”. Un lumbersexual que se precie debe llevar camisa de franela, pantalón de pana todo con estilo y ser gran amante de las actividades al aire libre, llámese senderismo, escalada, bici, etc... Es un retorno al hombre masculino pero del siglo XXI, modernizado y limpito pero con testosterona.