Cuando llegué a EE.UU. hace ya unos cuantos años me di cuenta (bueno tampoco hacía falta ser muy espabilado), que los Americanos no tenían mucha idea de comer bien, pero lo que más me impactó fue las pocas verduras que comían, y cuando las comían las comían crudas.
Es decir, ibas a una fiesta y te encontrabas (aún sigue pasando) un plato con zanahorias, coliflor, brécol y apio todo crudo y en medio una salsa llamada ranch que está hecha con suero de mantequilla y mayonesa entre otras lindeces y que está plagadita, sobre todo la que compras ya hecha, de conservantes, colorantes y porquerías varias.
En fin que el panorama era desolador. Cuando ibas a un restaurante la cosa tampoco mejoraba, o te pillabas una ensalada César o te tenías que rendir a la grasaza del resto del menú. La verduras no tenían buena prensa (lógicamente porque no tenían ni idea de cómo cocinarlas) y pedir verduras en un restaurante era algo así como un sacrilegio. Aquí el concepto fue siempre “del restaurante hay que salir explotando”, sino no es un “gooddeal”.
Sin embargo con los años todo esto ha ido cambiando. Hoy en día la gente se preocupa más de lo que come, se han dado cuenta que la comida basura es como darse un tiro en el pie. También han tenido mucho que ver movimientos como el veganismo que ha puesto de moda entre otras verduras el kale o col rizada que ha aumentado su consumo en EE.UU. un 400% en los últimos cinco años.
También la cadena de telelvisión por cable The Food Network en donde algunos renombrados chefs ya no presentan la verduras como algo de tercera categoría ha ayudado enormemente. Ahora lo cool es tomarse una ensalada de kale en GJelinakale, uno de los restaurantes más de moda en L.A. y donde se dice que frecuenta mucho Pau Gasol.
Aqui podeis ver la cantidad de verduras que sirven en el menu. Desde alcachofas, pasando por nabos, coliflor o brócoli rabé.
Otra verdura que se ha puesto súper de moda son las coles de Bruselas. Las cocinan de muy diversas formas y cualquier restaurante modernete que se precie las sirve. Uno de esos restaurantes es Bar Amá en Dowtown L.A. donde las cocinan fritas consalsa de tomate y queso cotija (queso mejicano seco y con un toque salado).
Esta bar restaurante de cocina tex mex también le da cancha a las verduras en su menú.
Y es que hasta a Michelle Obama le entró la obsesión por comer bien y se puso a cultivar verduras y hortalizas en los jardines de la Casablanca, intentando de esta forma mandar un mensaje a la juventud sobre la alimentación equilibrada, que como bien sabemos en EE.UU. ha brillado por su ausencia y sigue sin brillar si tenemos en cuenta que todos estos cambios van lentos y tienen más repercusión en las grandes ciudades. Todavía no veo a la población de Kentucky metiéndose unas acelgas entre pecho y espalda. Pero todos estos pasitos sirven de algo y aunque esté siendo lento ahora se pueden comer verduras ricas y con fundamento como diría el amigo que ya conocéis en muchos restaurantes. Y eso es una bendición, aunque he de confesar, a pesar de ser gran fa de esta tendencia que sigue sin haber nada como unas verduritas rehogadas con ajo y pimentón. La patria que tira mucho.