Por Ruth Méndez
¿Cómo están ustedeeees?... Parece que cuando Almodóvar y Amenábar no estrenan película, las nominaciones a los Goya pierden interés... Pues nada más lejos de la realidad, este año los premios de nuestro cine prometen ser todo un circo. Álex de la Iglesia, además de Presidente de la Academia, se posiciona como el gran candidato de la noche; su Balada triste de trompeta acapara 15 nominaciones. La peli que conquistó al jurado de Venecia (Tarantino quiso darle una palmadita en la espalda a su proyecto de discípulo y fan incondicional) genera división de opiniones: hay a quien le encanta y quien sale del cine convencido de que se ha metido entre pecho y espalda una payasada ( y no en sentido figurado). Su principal rival promete ser También la lluvia de Icíar Bollaín con con 13 nominaciones ( mucho más que la apuesta española para los Óscar). Si los académicos se ponen más alternativos ( como el año en el que ganó la película La Soledad) Pa Negre, con 14 opciones, y el pelotazo de Buried, con 10, pueden llevarse el premio gordo. Apetecible es el duelo entre nuestros dos titanes : Tosar- Bardem. Me alegra la nominación de Elena Anaya por la soporífera Habitación en Roma (y eso que soy fan de Medem) porque ya se la merecía el año pasado por su papelón en Hierro. Que el niño de Entrelobos era toda una revelación estaba más que claro... De la puesta en escena de las nominaciones me quedo con la resurección en vivo y en directo de Jorge Sanz ( ¡pero qué buena es la serie ¿ Qué fue de Jorge Sanz? de David Trueba!). Los Goya serán en el hermosísimo Teatro Real (por fin, nos libraremos de las goteras de otras ediciones), se rumorea que Álex de la Iglesia está haciendo equilibrismos para que ilustres varios como Vargas Llosa o Rafa Nadal entreguen los galardones ( El triple salto mortal ya sería que Garci- el que falta- fuese por sorpresa a la ceremonia, tal y como lo hizo Almodóvar). Lo dicho, el mayor espectáculo del mundo: El circo.