Estamos cansados de famosos rebozados en photoshop anunciando cremas milagrosas o yogures para ir al excusado, de anoréxicos vendiendo productos para adelgazar, de guapérrimas jurando a cámara que sus pestañas postizas son fruto espontáneo de un rímel prodigioso o de familias que supuestamente compran en un supermercado de marca blanca pero viven en un pisazo de lujo en pleno centro de Madrid... Pues parece que esa publicidad de cartón piedra, de mentiras piadosas, de nombre y apellido (previo pago de una millonada) tiene los días contados. Quizá en estos tiempos de crisis, esta burbuja también ha explotado. Están arrasando spots como el de una limonada, en el que un niño se vuelve loco al recibir de regalo de reyes un simple palo. Aquí os dejo un precioso anuncio de telefonía rodado en Tailandia. Bien prodría ser una película... Aunque para vender (no nos engañemos), apela directamente a los sentimientos. ¿Vuelta a la realidad?... Porque nosotros lo valemos. ¡Que os guste!.