Hoy viniendo hacia el trabajo casi me doy con un coche que se ha cambiado de carril sin mirar, a lo loco. Y entre ese incidente y las malas noticias que escupía la radio, me ha dado la sensación de que hay demasiada gente que conduce, que gobierna y que vive sin abrir el espejo retrovisor, sin atender a los que deja detrás. Milagrosamente sana y salva, he llegado por fin a la redacción y, casualidades del destino, me ha tocado hacer un video que tiene mucho que ver con cómo he arrancado el día... Se trata de un conjunto de imágenes reales que han grabado las cámaras que suelen llevar en el capó los coches en Rusia. Sorprendentemente son todas buenas acciones. Gestos desinteresados y espontáneos que nos devuelven la confiada en el ser humano, que demuestran que todavía estamos a tiempo de cruzar juntos al otro lado, que tenemos cualidades para frenar semejante desenfreno.... 58 segundos de reportaje que nos permiten soñar que, quizá, sí se puede... Aquí os lo dejo...
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