Penélope Cruz, de cerca
Por Ruth Méndez
Sacamos un micro en cualquier rincón del mundo para preguntar que qué saben de nuestro país... Y no, los forasteros ni mencionan nuestra prima de riesgo, ni el flamenco, ni la selección, ni el jamón. De lo primero que se acuerdan todos es de una jamona, nuestra jamona para ser exactos. Mañana aterrizará en San Sebastián pero hace tan sólo unos días he vuelto a comprobar que nada, ni nadie (con permiso de Banderas) encarna y dignifica la Marca España como Penélope Cruz (Pinilopi, al otro lado del charcoon permiso de Banderas Marca EspañaPinilopi, ). han desfilado De Niro, Robert Redford, Halley Berry, Tom Hanks... Pues bien, la estrella más aclamada y admirada ha sido ella. Y a pesar de todo (o quizá por todo), ella sigue siendo la de siempre.
...La espero en un lujoso club de la ciudad, rodeada de periodistas americanos, italianos y canandienses que también vienen a entrevistarla. Repasan compulsivamente sus preguntas, se les nota un poco nerviosos, hasta que de repente se hace el silencio... Penélope irrumpe en la sala, saluda en voz alta con tanta naturalidad que los colegas extranjeros, acostumbrados al frío protocolo, se quedan como los pastorcillos de Fátima. Llega más Sofía Loren que nunca con sus tacones, su traje de chaqueta y un café latte tamaño XXL en la mano. En un mundo en el que parece que el éxito de la actrices es inversamente proporcional a su peso, da gusto cruzarse con alguien que no encoge con el tiempo, que luce curvas, que está humanamente delgado y que no teme sonreír o gesticular por si se le escapa una arruga. Doy fe de que la mayoría de las veces no hay diferencia entre sentarse delante de una celebrity No ha perdido ni un ápice de frescura mientras se ha ido ganando a pulso el resto de las cosas.
Se muestra cercana, relajada... Contesta con una seguridad y una espontaneidad adquiridas a base de sangre, sudor y alguna lágrima... Quizá por fin ha aprendido que por mucho que mida las palabras no puede evitar que, de vez en cuando, algún sangre, sudorEduardo Manostijeras para vender más ejemplares o tener más audiencia. Ha venido a Toronto a presentar Volver a nacer, una película de Sergio Castellito ambientada en el asedio a Sarajevo en la que interpreta a una madre coraje. Se le empañan los ojos cuando habla del director italiano, del rodaje, de su papel y de cómo haber sido madre le ha ayudado a construir al personaje... Nos interrumpe el chico del cronómetro para decirnos que la entrevista se ha llegado a su fin, ella se gira y le comenta con educación que vamos a estar un poco más hablando y el chico acata deseos... El gesto, por absurdo que parezca, demuestra que ella y sólo ella se ha convertido en la dueña de su tiempo. Reanudamos la conversación y entre otras muchas cosas, confiesa que últimamente sus días más bonitos y frecuentes los pasa en el parque.
Por la noche, enfundada en su Versace rosa pisa una alfombra roja abarrotada de fans. A nosotros nos toca esperarla en la posición número tres, así que plantamos la cámara entre el Ken (engominado, con esmoquin y sin calcetines) de la tele canadiense y una Barbie Al pasar se para y nos concede unos minutos, al marcharse nos guiña el ojo y desaparece engullida por una nube de flashes, una avalancha de micros y gritos... La Penélope de cerca se aleja por exigencias del guión, ha roto su placentera rutina para ejercer de estrella, para pasear la auténtica Marca España
P.D:...Justo mañana vuelve a nuestro país, será la protagonista del festival donostiarra, a ver si la recibimos aquí como lo hacen allá o simplemente como se merece.