Javier Bardem, nuestro cisne blanco en los oscar.
Por Ruth Méndez
Ya ni nos acordamos de cuando en España éramos patitos feos incapaces de cruzar el charco... Una jamona de Alcobendas, un Alejandro Magno que estudiaba periodismo, un Quijote manchego y un ex jugador de rugby dispuesto a robarle el alma a cualquiera nos han dado alas. Esta vez, y ya van tres, ha sido Javier Bardem el que nos ha convertido en cisne y por cierto, very biutiful. Sus increíbles transformaciones tienen perplejos a los de Hollywood y la última (y no me refiero al dificilísimo papel de ser padre- hoy hemos sabido la buena noticia), la mutación desgarradora en todo un perdedor bajo las órdenes de Iñárritu, la han premiado con una nominación a mejor actor. Ojalá, pero Bardem lo tiene complicado. Colin Firth, bordando al rey tartamudo, puede ir preparando su discurso porque se perfila como primer bailarín de la noche. El discurso del rey parte como favorita, aunque le pueden robar protagonismo La red social e incluso, Valor de ley. La historia sobre la creación de facebook me entusiasmó, sobre todo el soberbio guión de mi admirado Aaron Sorkin, pero para mí la mejor película del año es un pas de deux (un paso de dos): Toy Story 3 y El cisne negro. Los juguetes de Pixar me hicieron reír y llorar en esa especie de western magistral que habla de la amistad, la soledad, la lealtad, el valor y el miedo a crecer... El cisne negro me parece una obra maestra. Siempre he pensado que el ballet El lago de los cisnes encerraba la esencia de la vida, ahora no me cabe ninguna duda. Esta película nos calza una zapatillas de punta y nos asoma a la verdad: ¿podemos ser nuestros peores asesinos?, ¿dónde se esconde nuestro lado oscuro?, ¿a qué le llamamos éxito?... La moraleja (odio esta palabra) que he sacado se parece a la que mi amigo Patxi me descubrió un día, que el secreto de la felicidad reside en gestionar nuestras expectativas. Y sobre expectativas... Natalie Portman (por muy bien que esté de lesbiana Annette Bening) debería llevarse el tutú a mejor actriz haciendo de bailarina, anoréxica, frígida, esquizofrénica y humana que sueña con convertirse en cisne blanco.