por Ruth Méndez
El talento se ha convertido un don devaluado y reñido, demasiadas veces, con el éxito... Pero ¿está todo perdido?. Acabo de comprobar que no, que aún somos capaces de reconocer a alguien con arte si nos lo ponen delante. El milagro ha ocurrido en Cáceres, durante la gala de entrega de los premios Pop Eye. Un tipo con gafas de pasta, abrazado a una guitarra ha sido capaz de hipnotizar a todo un teatro. Silencio sepulcral desde que empezó a cantar, aplauso ensordecedor cuando terminó. David Fonseca, todo un descubrimiento, una especie en extición que deberíamos proteger.
Suena a Roy Orbison, a Richard Hawley...