Una actriz guapa que se resiste a ser carne de cañón de photocall, de anuncios de lencería y portadas de revista de moda. Quizá no es algo voluntario y ella mataría por engordar su cuenta corriente con algún bolo facilón (aunque lo dudo) pero el caso es que, al menos servidora, lo agradece. Esta no sobreexposición ha permitido a la camaleónica no sobreexposiciónBárbara Lennie
Para empezar, no necesita subtítulos para hacerse entender y no recita los guiones. Dos requisitos a priori imprescindibles para dedicarse a la interpretación pero que, por desgracia, en el oficio pocos los cumplen. Para seguir, posee un talento innato capaz de otorgarle profundidad a cualquier personaje o de hablar con la mirada. Y para terminar, es consciente de que sólo con esfuerzo uno se gana el respeto y si hay suerte, la gloria.
Lleva trabajando desde los quince años, curtiéndose en las tablas al calor de los clásicos, al servicio de salas alternativas… Deslumbró en Obaba de Montxo Armendáriz (que ya le supuso una nominación al Goya) y ha seguido exprimiendo cada oportunidad, rodando películas y series con tanta paciencia como dignidad. Sin buscar atajos, ahora ha llegado su momento. Ahí están esas dos nominaciones a los Goya. Una, a actriz de reparto por bordar a la compañera policía de Luis Tosar en El Niño de Daniel Monzón. La otra, a mejor protagonista por hechizarnos en Magical Girl de Carlos Vermut . En esta película original e inquietante se sale haciendo de chica siniestra. Para mí, sin duda, la actuación femenina del año.