Vivir en plena naturaleza es especial. Puedo tirarme en tirolina y saborear los frutos que ofrece la tierra, como las 'corosas' que son como los cocos pero más pequeños, saben igual y están riquísimos. Honduras tiene una planta que se parece mucho a mí, es la 'planta dormilona', cuando la tocas, se cierra y hasta dentro de cinco minutos seguirá dormida... ¡es de las mías! Y cómo no, también disfruto bañándome en sus cascadas.