Miguel Palomo, nuestro cocinero sin estrella de este domingo, regenta desde hace casi veinte años junto a su mujer Teresa Ortiz y su hijo, el restaurante “Alhucemas”, en Sanlúcar la Mayor. Su caso podría ser un aldabonazo a muchas conciencias y un ejemplo a seguir en estos tiempos que vivimos. Corría el año 1.994 cuando perdió su empleo, en la Peugeot. Con la indemnización y un préstamo decidió abrir el restaurante y dedicarse a su verdadera pasión, la de cocinar. Pasión y grandes dosis de talento han hecho de su establecimiento un lugar de referencia para los amantes de la buena fritura andaluza. A Miguel le gusta ir cada mañana al mercado de Sanlúcar la Mayor. Allí compra lo que el mercado le ofrece cada día. Pueden ser unas coquinas o unas castañuelas que son unas sepias pequeñas. O también unas puntillitas, los clásicos calamares, los boquerones o unos salmonetes. Da igual, lo que el mercado le ofrezca
Con la compra ya hecha se trata de elegir el mejor aceite oliva, para él de variedad picual y de Jaén, enharinar con exactitud, nunca en exceso y practicar cocciones breves y exactas que solo su medido conocimiento de los tiempos hace que se obre el milagro.
El programa de este domingo os permitirá conocer también el clásico aliñado de las aceitunas. Algo sorprendente por la gran cantidad de condimentos que lleva.
Y como no estando en tierra de toros, no pudimos evitar ver a los llamados “toros guapos” como se conoce a los antiguos Pablo Romero, en la actualidad Partido de Resina.
Y por no hablar del mosto, típico de todos los pueblos de esta zona. Y de esas tabernas, donde espontáneo brota el cante y la magia. Fue y espero sea para vosotros una verdadera experiencia. Os espero el domingo en “Cocineros sin estrella".