Ya lo he dicho más veces, ir a un festejo de José Tomás, tiene algo de ritual iniciático, algo de sobrenatural, de extraordinario. La excepcionalidad tiene mucho de acontecimiento. Es ir a ver extractos de las mejores esencias que, a mi humilde y seguramente indocumentada opinión, ha dado la historia del toreo. Ese carácter único que tienen las solemnes y artísticas actuaciones de José Tomás, obliga a seguir las pautas que rigen esos momentos ligados a la épica y la excepción. Me reuní con buenos amigos para comer en “la Barca de Salamanca”. Esta en el Puerto Olímpico muy cerca del Hotel Arts (Moll de Gregal, 13-14. 93-2211837).
Es imprescindible reservar porque suele estar lleno. Y los sitios no se llenan por casualidad. Esta especializado en pescados mediterráneos y arroces y nunca falta el buen embutido de Guijuelo. El servicio es esplendido y los precios más que ajustados. No lo dudé y tras constatar lo frescos que estaban los pescados del día, me decanté por una lubina salvaje pescada esa madrugada.
El lugar es un buen partido para ir paseando a la mítica Monumental de Barcelona. Allí se iba cerrar el ciclo taurino de la Fiesta de la Mercé, con la presencia del ídolo de miles de aficionados a los toros en Cataluña. Llegas a la plaza y enseguida percibes la enorme expectación. Vislumbras la sensación de que va a ser una gran tarde.
El ceremonial del paseíllo, el murmullo de la plaza abarrotada…empiezan a humear los cigarros habanos, se atisba la grada, la barrera, nadie quiere perderse nada….empieza el run run de lo que termina siendo una atronadora ovación al torero que tantas tardes de gloria ha dado en Barcelona.
Julio Aparicio ofrece detalles muy toreros con el capote, Morante de la Puebla esta sublime con la mano izquierda, pero José Tomás es otra cosa. Es la quintaesencia del mejor torero. Le veo artista y absolutamente dominador. Domina la lidia, la técnica, reinventa cada faena, cada capotazo, cada pase con la muleta, no permite que te distraigas un segundo, porque esta sobrado de recursos para emocionarte. No quieres que esa danza que define con el toro acabe nunca. Que hermoso acontecimiento. Cuatro orejas y broche de oro para una temporada cumbre. No pertenece, ni está en ningún escalafón. Es un espíritu libre que convierte en historia cada una de sus faenas. José Tomás pertenece a la historia del toreo, a la mejor historia y hace históricos tus propios momentos cuando tienes el privilegio de verle, de sentirle torear.
Barcelona fue sol de otoño y brisa de mar azul que acarició la espiritual tarde del maestro. Gracias maestro...