Si a esa gastronomía, tradicional, curtida a base de experiencia y buen producto de la zona, unes una excepcional tarde de toros, el resultado es una tarde para el álbum de tu memoria. Se celebraba el Festival Taurino de Chinchón y decidí acercarme a este pueblo único por su singularísima Plaza Mayor. Elegí el restaurante La Columna (c/ Morata, 1-3. 91-894 0502) para almorzar. No tenía referencias, salvo la generosidad y amabilidad de la anfitriona, Dª Paqui, hija de taberneros que junto a su hermana, propietaria de “La Balconada”, dan lustre a la gastronomía local.
De aperitivo y entrantes tomé unos sensacionales pimientos y unos huevos rotos con lonchas de jamón.
“La Columna” es un establecimiento que presume de servir dosis de tradición en los platos. Ese trabajo bien hecho, que heredan los hijos de los padres, y que se mantiene con el paso del tiempo. Los típicos callos madrileños me dejaron un magnífico sabor de boca
En la tierra del ajo, todo el sureste de Madrid produce unos excelentes ajos, no podía prescindir de una carne de ternera, acompañada, únicamente por este aromático y sabroso condimento para casi todos los platos.
En Chinchón, no sólo te alimentan los platos. Las balconadas que dan a la plaza, recién restauradas, son bellísimas.
Y si a todo ello unes el mejor Festival en la historia de Chinchón pues, que decir. El rejoneador, Manuel Manzanares, El Juli, José Maria Manzanares, Talavante, El Fundi, Dávila Miura y el novillero, Miguelin. Nunca antes se habían sumado a esta fiesta benéfica a favor de las monjas clarisas de Chinchón un ramillete semejante de figuras del toreo. Todos brillaron a un gran nivel, aunque me quedo con el extraordinario momento con el que Alejandro Talavante ha terminado la temporada. El y Manzanares se llevaron los mayores trofeos, dos orejas y un rabo ambos. En total doce orejas y dos rabos, tremendo.
Hay pocos lugares en España, tal vez únicamente Ronda, donde los toros se pueden ver en un marco tan especial. Años atrás, el cartel no estaba a la altura de tan excepcional lugar, pero este año, el primero al que asisto, si, de lo que me congratulo. Ojala en el futuro sea igual. Os animo a disfrutar de un día de tradiciones, gastronómicas y taurinas. Una perfecta simbiosis, de verdad.