Adriá lo venía madurando hace tiempo
Antes de nada, quiero disculparme por haber faltado, desde hace tiempo, a la cita permanente que tengo con vosotros para despertar vuestra curiosidad sobre la buena gastronomía, llámese de vanguardia o no. Entre mi nuevo horario laboral, que me tiene mucho más limitado en cuestión de tiempo, las fiestas navideñas y los catarros que me vienen castigando desde hace más de dos meses, la verdad es que he descuidado, no sólo los post para el blog, también mis experiencias gastronómicas, a las que nunca renunciaré.
El pasado 26 de enero, en un marco de lo más apropiado, el de Madrid Fusión, Ferrán Adriá puso fecha a su retirada temporal, para "reiventarse" y de paso, ya lo veréis, reiventar la gastronomía del siglo XXI. Esa parada, asociada a la reflexión, ya me la comentó, personalmente, durante la celebración del Congreso de la Verdura que la pasada primavera se celebró en Pamplona. En un post que hice por entonces lo conté. En un auditorio completamente abarrotado, Adría a una pregunta que le hice sobre el futuro de la llamada cocina de vanguardia, me comentó que era necesario "parar y reflexionar". En privado, me dijo que tal vez habíamos ido demasiado deprisa y que era necesario replantearse algunas cosas que no me detalló. Seguro que "esas cosas" serán las que ocuparan su reflexión durante los años que "El Bulli" va a estar cerrado, los años 2012 y 2013. Aunque no me lo dijera, estando con él todo un día, entendí que no hay persona que pueda llevar un ritmo de actividad semejante. Ejercer de líder, de numero uno durante tanto tiempo ya, agota a cualquiera. Esta en su derecho de ralentizar su ritmo vital, estar más con su familia y como el mismo ha reconocido, "pararse para pensar y seguir siendo feliz".
Estoy convencido que solo siendo feliz, podrá haciéndonos igualmente felices a los demás. Tanto, como que de la reflexión, surgirá un nuevo impulso creador, en un artista que ya es un mito viviente. Estamos ante una buena noticia. UN buen augurio y una manera de reafirmar esa máxima que suelo llevar a gala, vital y positivista, de que lo mejor está por venir.