Hoy reflexiono sobre una pregunta que tantas veces ha sobrehilando nuestra mente sin apenas alcanzar respuesta.
¿Qué hacer cuando una situación te supera?
Querido Supervivient@...La verdad es que poco más que atravesarla; como los miedos Y, a poder ser, con tu mayor sonrisa.
No es tarea fácil, lo confieso. Hay veces que mis sonrisas han decidido escaparse del bolso y sólo encuentro el paquete de Kleenex. Paso de la desesperación, a la ira y de la ira a la tristeza más absoluta.
Es entonces cuando, después dar rienda suelta a los océanos que brotan dentro de mi, recurro a la única cosa que desde hace años me ayuda a sobreponerme. Decido que enmudecer el mundo; probarlo de sonidos, de ruidos que alteren más mi estado, de palabras necias o comentarios mas hirientes. Me enfundo mi escudo en forma de auriculares, me coloco mis mejores zapatillas...y echo a andar con la cabeza alta, observando las calles, las gentes, mi mundo enmudecido y dejando que brote la banda sonora de la vida. Aquella que hace que mis pensamientos logren colocarse, no ordenarse, pero si dejar de estar apelotonados para que vayan apareciendo escalonadamente. Mis pies no se detienen, mis lágrimas tampoco...y la música; esa que he seleccionado, que forma parte de mi tesoro sonoro terapéutico va cobrando fuerza hasta agarrarme el corazón y darle unas palmadas para que recobre los latidos que merece. Mis pies no se detienen, todo lo contrario. Despacio avanzan al ritmo de la música, pierden la vergüenza y deciden danzar y no caminar; dar saltos y no caminar. Mi boca deja de estar enfurruñada; mi frente se relaja y mis ojos comienza el proceso de achicamiento propio de una gran sonrisa.
Hay muchas canciones, muchas las que formar parte de mi terapéutica banda sonora, pero, como suele decirme un buen amigo mío, hay una que es un verdadero Himno. ¡Dale al play!
Cálzate unas zapatillas, unos buenos auriculares y nada ni nadie...¡Te detenga!
Y Como decía El Quijote a Sancho Panza... -" Ladran, luego cabalgamos"