Honduras es un jardín. Fuera y dentro del agua. Nosotros andamos y nadamos perdidos en él. Entre seres que vuelan a nuestro alrededor, mariposas gigantes, flores más grandes que nuestras cabezas y un zumbido de vida que nos deja recuerdos en forma de picaduras( el precio del paraiso). Pero es el paraiso si por ello entendemos ese Jardín perfecto que crece armónico en cualquier parte sin la intervención humana. ¡Cómo no vamos a sonreir!