La última vez que hice una inmersión fue también en el Caribe, concretamente en Jamaica, hace más de doce años. No volví a bucear por una mala experiencia relacionada directamente con una mala instrucción. El buceo es maravilloso pero entraña riesgos, por eso es muy importante hacerlo de una forma responsable y no dejarse llevar al mar después de un par de vueltas a una piscina y poco más. Supervivientes me ha traído hasta una zona de fondos marinos privilegiados. A una hora y media en barco de donde estamos, está Roatán, una histórica isla pirata que vive para el buceo. Aquí no podía decir que no. Había llegado el momento de aprender bien y en buenas manos. He empezado este fin de semana mi curso Open Water de buceo recreativo. He vuelto a sentir lo que sólo se puede sentir buceando: la paz absoluta. Quiero vivir bajo el agua.
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