Entre el trabajo y la angustia de la guerra, la vida me está compensando con muestras de afecto que me llenan el corazón. Un amigo muy querido me sorprendió con un regalito que todavía no puedo creer: es un muñeco estilo funko de Sol Macaluso reportera. ¿Pueden creerlo? Lo guardo como un amuleto de la suerte para seguir adelante y no olvidarme de agradecer el cariño de los míos que llega por todos lados.
Mensajes, saludos, y acá también abrazos y reencuentros.
Max volvió a visitarnos estos días. Está ayudando en Kiev y trayendo mujeres y niños hasta Leópolis. Aprovecha el viaje para vernos y darnos su cariño de siempre. Cenamos juntos, brindamos, trabajamos y ya se volvió para Kiev porque, tal como les conté en un post anterior, él tiene sus padres allí. Estoy haciendo cuenta regresiva para vernos otra vez. Es mi figura paterna en el país.
Además, he recibido un mensaje de felicitaciones que todavía me conmueve: el gran Pedro Piqueras. Estaba a cuatro minutos de hacer el vivo en informativos con él, y de repente escucho que me habla: "Macaluso, cómo estás" y me puse muy nerviosa. Hablamos muy bien, me preguntó cómo me sentía, me preguntó por mis padres, y me dijo que lo estaba haciendo muy bien, así que fue superbonito.
En el vídeo, el testimonio de estos momentitos de alegría para recordar siempre.