Llevamos días intensos de trabajo, sí. Nos ven al aire mañana y tarde mostrando la realidad que se vive en las calles. Pero no estamos permanentemente con la cámara encendida. Hay momentos de trabajo de campo, de entrevistas para informarnos, de consultas telefónicas, de llamadas a nuestras familias, de largas esperas para un nuevo vivo en Telecinco, y algo de diversión y ocio, también.
En una guerra, el ocio no es salir a turistear, claro está. Es ponerse lo más a salvo posible (ahora mismo estamos en un hotel-bunker, porque se ubica en un subsuelo) y descansar. Y charlar. Reír. Comer. Maquillarme con paciencia. Cantar. Cada día tengo una canción nueva en la cabeza que no paro de reproducir hasta agotar a mi público.
¿Dormir? Un poco, sí. Hay que recuperar fuerzas y sobre todo mantener el buen ánimo porque de otra manera esta tarea sería imposible, ¿no creen?
En el videopost de hoy, un poquito de nuestra intimidad cuando no estamos trabajando.