0.00: Buenas noches niños y niñas, queridos todos.
0.10: Le doy al play y me encuentro con la fiesta de los martes. La fiesta de los martes es el desierto de los tártaros. Beatroz y Rodrizontal hablan de nosotros. Es una de esas conversaciones sobre inseguridades susceptibles de convertirse en un marrón en cualquier momento: qué va a pasar entre ellos cuando estén fuera. Lo que Beatroz espera de la conversación es una garantía. Quiere que Rodrizontal diga que van a estar juntos y que todo va a ir bien. Lo que Rodrizontal espera de la conversación es no garantizar nada sin que la cosa se le vaya de las manos, ya veremos, esperemos que sí, por mí que no quede, pero ya veremos.
0.20: Godard decide cortar al vestidor. Thundercat llora sola melodramáticamente. No mucho.
0.30: Cuando Godard vuelve con Rodrizontal y Beatroz, la conversación ya no avanza por el camino de las inseguridades y todo parece que va mejor.
De vuelta en el vestidor, Migueles se une a Thundercat. Suelta una reflexión de esas del todo a 100 que me parto el pecho inmediatamente.
-Yo siempre dije que puedes estar en una discoteca rodeado de 1000 personas y te sientes solo.
El caso es que Migueles se siente solo. Están Beatroz y Rodrizontal, pero ellos se tienen el uno al otro y:
-Pues te sientes solo -repite Migueles.
Con la necesidad innata que tiene él de cariño, de que le toquen:
-Con lo que necesito que me toquen.
Thundercat le abraza. Los dos se ponen a llorar. Thundercat se siente sola también, pero además:
-Me siento afortunada de estar aquí y eso, pero...
-No estoy disfrutando -completa Migueles.
-No estoy aprovechando al 100%.
Y diría algo sobre el la enfermiza y radical relación entre concepto de experiencia y la sociedad contemporánea, pero qué pereza ¿no?
0.40: Volvemos con Rodrizontal y Beatroz. Los miedos de Beatroz se reducen a si perderá o no perderá a Rodrizontal cuando salgan fuera, sigue buscando una garantía. Rodrizontal ya está menos a la defensiva y contenta a la muchacha. No hay nada de qué preocuparse. Su madre pasa de todo. Su padre es un poco más serio, pero nunca se entromete. Vuelta al vestidor. Antes de que pueda anotar nada, vuelta al salón. Y antes de que pueda anotar nada, vuelta al vestidor. Y si yo fuese Thundercat, pensaría que Godard lo está haciendo para molestarme a mí, pero creo que es porque están mencionando a sus padres, yayas, amigas y exnovias.
0.50: Godard decide quedarse en el vestidor. Migueles ha pasado de llorar porque se siente sólo y no está disfrutando, a animar a Thundercat a base de repetir clichés (casi todos contradictorios entre sí) sobre la importancia relativa de la soledad y lo importante que es aprovechar la experiencia. Nótese que dice lo de aprovechar la experiencia mientras se suena los mocos de la llorera.
El caso es que el mongólogo de Migueles va evolucionando de la soledad a la experiencia a la transformación. Porque resulta que GH es una máquina de transformar a las personas, aunque a uno le parezca que Migueles es exactamente la misma persona (sin peluquín) que antes de empezar GH, él tiene otro punto de vista:
-Lo que yo pensaba de mí... mal. Yo era una puta mierda pinchada en un puto palo. Un capullo, gilipollas. Pero viví una pequeña metamorfosis. Pasé de polilla a mariposa. Se supone que ahora tengo alas pero no las ven, estoy deseando salir para volar.
Por lo visto, el primer aterrizaje de su vuelo va a ser en una tienda de tatuajes, ya sabemos que a él le gusta lo diferente (a pesar de que pertenece a una generación en la que es más diferente no tener tatuajes que tenerlos).
Por su parte, Thundercat no hace caso a Migueles y se limita a esperar su turno para hablar (que es justo lo mismo que hace Migueles). De lo que Thundercat quiere hablar es de que ya dijo ella en el casting que lo que peor lleva en la vida es:
-Estar sola.
-Ya. Yo siempre dije que llegar solo a la vejez y ver todo lo que has construido y estar solo es terrorífico.
1.00: Vuelta al salón. La conversación sobre los miedos de Beatroz termina. Rodrizontal quiere ir al baño a lavarse los dientes y le pide a Beatroz que le acompañe, pero Beatroz se aburre y va a ver a Thundercat que está sola en el vestidor con el Programa de Melodramatización de la Realidad encendido. Beatroz le pasa la mano por el lomo.
1.10: Migueles y Thundercat bailando.
1.20: Thundercat va a fumar y Migueles baila solo.
1.30: Vuelve Thundercat. Bailan los dos. Migueles va a fumar. Thundercat baila sola. Godard se entretiene utilizándo la cámara con grúa del jardín, tratando de enfocar a Thundercat desde el exterior.
Llevo 20 minutos sin escuchar una sola frase.
1.40: Vuelve Migueles de fumar. Habla con Thundercat sobre vestidos. Como sobresaltado por la conversación, Godard corta al dormitorio: Beatroz y Rodrizontal ya están acostados.
1.50: Migueles y Thundercat deciden prepararse algo de cenar. Un bocata. Intentan buscar temas de conversación: la casa, los días que faltan de concurso.
2.00: Al final terminan encontrando el tema de los exinternos. Montse, en concreto. Ninguno de los dos la ha conocido bien, dicen. Thundercat cree que es por el exnovio de Montse, pero Godard está rápido y corta al dormitorio antes de que Thundercat lo cuente.
Rodrizontal y Beatroz haciéndose cucamonas medio dormidos.
2.15: Vuelta a la cocina. Thundercat y Migueles ya han dejado de hablar de Montse y ahora hablan de Ficus Magnificus. Thundercat sostiene que ella y Ficus Magnificus son "complementarios" que es la versión thundercatiana de la palabra real, que sería "incompatibles". El caso es que Thundercat, a su manera desordenada, se remonta a los principios, a cuando le empezó a gustar pero no decía nada por la diferencia de edad, hasta la noche de difuntos cuando Thundercat tocó la zambomba de Ficus Magnificus tres noches consecutivas. Migueles se acuerda de aquella noche. Cómo les miraba Clara. El ruido de fornicación que imitan golpeándose el antebrazo con la palma de la mano. Las dudas sobre lo que habría ocurrido realmente debajo del edredón. Qué vergüenza, declara Thundercat.
-En la vida no hay que arrepentirse de nada, de lo bueno y lo malo, de todo se aprende -declara Migueles, por mucho que arrepentirse de las cosas que uno ha hecho es signo de salud mental.
En lo mejor, justo cuando Migueles aprovecha la diferencia de edad que tanto le preocupa a Thundercat para hablar de sus cosas de la edad pero termina metiéndose en un jardín por el tema de la incompatibilidad, Godard corta al dormitorio para que comprobemos si Rodrizontal y Beatroz están dormidos.
2.16: Sí, están dormidos. Roncan y todo.
2.30: Beatroz y Rodrizontal dormidos.
2.35: Thundercat entra al dormitorio y se acuesta.
2.50: Luces fuera.
3.00: Migueles entra al dormitorio y se acuesta.
4.00: Las cuatro y sereno.
5.00: Sin novedad.
Mañana más. Andad por lo segao.