¿Cómo aguantar más tiempo sin decirle a Adara el cirio que hay montado con lo suyo? La impaciencia es uno de los pecados capitales que engendran todos los demás, junto con la indolencia, según Franz Kafka. Y el espectador de Gran Hermano es impaciente por naturaleza. Había que darle el chivatazo, y quién mejor que su padre. Lástima que no fuera provisto de papel y lápiz para poder hacer un croquis, porque no estoy seguro de que se haya enterado bien. “Lo estás haciendo muy bien, pero hay un pequeño problemilla”, empezó diciendo el padre de Adara. Es como en los chistes esos que rezan: “Tengo una cosa buena y otra mala que decirte, ¿por cuál quieres que empiece?”. Pues el padre de Adara prefirió empezar por lo bueno.
Mientras señalaba el pecho de Adara decía lo siguiente: “Esto que tienes aquí se escucha todo”. No se refería al corazón, sino al micrófono que llevan colgando todos los concursantes. Ese que los más fanáticos querían convencer a otros tan fanáticos como ellos de que entran al ‘confe’ tras habérselo quitado. Es de primero de Gran Hermano que no es así, entran siempre con el micrófono. Si se escuchará lo que dicta el corazón tal vez habríamos entendido antes a Adara. Lástima que dependemos de lo que sale por su boca.
Adara ponía cara de circunstancias y parecía entender ahora que hemos escuchado todo lo que le dijo a Joao, o incluso a Gianmarco, estando sentados en el suelo del ‘confe’. De todas las maneras, por si acaso pido solemnemente a la dirección de GH VIP que me deje subir a mí las curvas de la carretera hasta la casa para verla la próxima semana. Delante de Adara tendría el placer de decirle: “Adara, mírame a los ojos. Mírame, Adara y abre bien los oídos. No te lo voy a repetir más veces, que ya van. Verás, hemos escuchado todo lo que has dicho, también cuando susurrabas. Llevas un micrófono colgado del cuello y estás rodeada de cámaras durante todo el día. Adara, despierta. Lo vemos y lo escuchamos todo”. Eso le diría, más o menos.
Como todavía no me quedo tranquilo de que así y todo lo fuera a pillar, propongo que el mensaje salga en la pantalla del jardín. No serían rechazables unos neones estratégicamente distribuidos por toda la casa, y si es preciso que venga Leo Bassi con una avioneta, como en la primera edición. Adara se debe enterar de que se escucha todo como yo me apellido Encerrado. Espera, que algo falla. Bueno, es igual, creo en realidad que Adara se está haciendo la sueca, lo cual siendo de Alcobendas no cuadra. “Se escucha todo. ¡Todo!”, enfatizaba su padre, y seguía: “Lo sabe todo el mundo todo, Adara”. Más alto se puede decir, pero más claro no.
No quiero decir que Adara sea tonta, ni mucho menos. Pasa que también le dijo Gianmarco hace tres semanas que se escucha todo. Tres semanas, nada más y nada menos. Tiempo perdido si Adara ha necesitado que suba su padre para decir lo mismo. Que fuera él y no otra persona quien se encontrara con ella es lo único nuevo, porque por demás parecía el día de la marmota. Aunque igual de novedoso hubiera sido si sube Hugo Sierra y eso sí que es para reventar audímetros. Este señor estuvo muy correcto hasta que le traicionó el subconsciente. Primero dijo: “No sabemos si te irás hoy, porque no lo sabemos”, aunque luego se le escapó que igual sí lo sabía. De momento, ya mosquea un poco la insistencia. Es como cuando Antonio David, el otro protagonista de la noche, algo deslucido al sufrir la contraprogramación de Adara, termina las frases diciendo “créeme”. No sé si reclama que le crean o es un recurso para intentar creer él mismo en lo que dice.
El posible desliz del padre de Adara no fue cuando le dijo: “Empezaste muy bien”. O quizá también, pero no me refería a eso. No obstante, parece que hasta su padre cree que empezó bien y luego la ha fastidiado bien. “Tienes que ser sincera”, decía luego. Esto tampoco es el fallo a pesar de parecerme igualmente revelador. También en eso coincidimos. Su padre y este humilde gato junta letras reclamamos a Adara la sinceridad que no ha tenido en muchas ocasiones. Me refería a esto: “Además, me ha dicho Hugo que el día que salgas va a estar aquí con el niño”.
Verde y con asas. Hugo no estaba aquí con el niño. Ergo Adara no iba a salir anoche. Luego vi a Helena, la madre, incómoda y poco conforme con lo dicho por su exmarido. Igual se dio cuenta también de este desliz. Adara quiso saber si estaba ella en plató y le preguntó a su padre quién la estaba defendiendo. “Eso no sé si te lo puedo decir”, le respondió. Entonces Adara concluyó: “Mi madre”. Y recibió un rotundo e inequívoco sí por respuesta. Es como ese vídeo de un policía local contando ante la cámara un incendio en una casa que dice: “No se sabe todavía qué ha provocado el incendio. Pero, vamos, que ha sido el brasero”.
Luego quería asegurarse el visitante si su hija le había entendido. “Lo entiendes perfectamente, ¿no?”, le dijo, a lo que Adara respondía: “Sí, por qué no he dicho la verd… por qué no he dicho mis sentimientos en todo momento”. Era más correcto lo primero, Adara: no has dicho la verdad. Su explicación de que quería primero hablar con Hugo Sierra es creíble para quienes dan por bueno que realmente pensaba no estar siendo grabada diciendo pestes de él, confesando su intención de separarse y declarándose a Gianmarco. Su versión de anoche es también contradictoria con lo que ha contado su madre en plató, porque afirmaba que se ha dado cuenta de todo estando ahí dentro porque antes creía que era feliz con Hugo y por eso hasta escribió que quería tener otro hijo con él. Pero su madre contó que ya tenía dudas y problemas de antes. Incluso anoche dijo que estaba siguiendo tratamiento psicológico.
Adara piensa que podría arreglarlo con Hugo Sierra y no tiene claro si está o no enamorada de él. Lo mismo le pasa con Gianmarco: no sabe si está enamorada. Todo es entendible. Hay ocasiones en las que no tenemos las cosas claras y es necesario un poco de tiempo para que en nuestra mente se haga un poco la luz. Dice un proverbio escocés: “No permitas que tus pies vayan por delante de tus zapatos”. Creo que algo así le está pasando a Adara. Ahora bien, esto me hace pensar que volverá con Hugo. Que ya no tenga claro su amor por el italiano y se muestre dispuesta a poner toda su fuerza de voluntad para recomponer lo que esté roto con su pareja es muy significativo, aunque todavía necesite replantearse muchas cosas y aclarar lo que desea hacer.
Cuando Adara vuelve con sus compañeras y se vive la convulsión de conocer oficialmente la especial relación que mantuvo con Gianmarco, sus excusas pierden fuerza. Expresando sus dudas y la necesidad de aclarar su cabeza me resulta más convincente que excusándose después ante las chicas. De nuevo volvió a argumentar que la frialdad de Hugo en los mensajes desde plató ha sido primordial para tener claro que debía cortar la relación. Curiosa vara de medir utiliza quien se pone ultranerviosa en los directos y no le salen las palabras. Sin embargo, al padre de su hijo parece exigirle mensajes perfectos e intachables.
Veamos lo que dijo Hugo en esos mensajes. El primero fue en la gala 5 y decía así: “Amore... Decirle a toda la audiencia que te tienes que quedar porque has demostrado ser una gran persona, leal a los tuyos, fiel a tus valores y a tus principios. Has defendido las injusticias de los tuyos y de la gente que no era de tu lado. Eres una mujer auténtica, una gran persona. Sobre todo vas de frente, dices todo a la cara y muy divertida. Haz muchas más fiestas de la uva, que estamos todos contigo. Ta amamos. Orgullosos de ti”. Adara inquiere: "El bebé, el bebé". Y Hugo Sierra se queda sin tiempo por lo que solo acierta a decir: "No te preocupes, que está todo bien”.
En su reproche no tiene en cuenta Adara que no era tanto un mensaje para ella como un alegato dirigido a la audiencia para convencerles de no votarla. El segundo mensaje fue en la gala 7 y en lugar de un alegato con imagen fue en este caso una conversación telefónica. Empezaba Hugo así: “Amore mío. Escúchame bien, no te preocupes por nada. Entiendo que te hayas venido abajo, pero el bebé te quiere con locura. Ya te mostraremos cuando salgas las bellas imágenes cuando te ve en la televisión. Ya se sienta solito y aplaude. Toca las palmas, mira a su mamá y grita como un loco. Sigue así”.
Seguía Hugo Sierra: “Tu familia está muy bien. La familia paterna, la materna. Te manda saludos mi mamá, Jimena. No te olvides de que te amo con locura, sigue disfrutando. No te preocupes por nada, de verdad. Sonríe un poco más que te estoy mirando y estás muy seria". Entonces se abre breve diálogo. Adara: “¿Me echas de menos?”. Hugo S.: “Sí, mucho. ¿Tú me echas de menos un poquito?”. Adara: “Sí, mucho”. Hugo S.: “Te amo mucho, la casa no es lo mismo sin ti, pero como te dije antes de ir no te la abro antes de diciembre mínimo, ¿vale?”. Adara: “Te amo mucho”. Hugo S.: “Por favor, no cambies nada. Te amo con locura, amor”. Adara: “No te olvides de mí”.
De verdad, una vez leídas las transcripciones íntegras de ambas intervenciones, pregunto: ¿consideras lógico, justo y normal que Adara siga diciendo que está decepcionada con los mensajes de Hugo durante el encierro? Yo no. El mismo desconcierto que tiene siempre Adara cuando habla con Jorge Javier lo pudo tener Hugo Sierra haciendo sus mensajes. Por eso no debería seguir repitiendo ciertas explicaciones. Sin ir más lejos, ayer Jorge Javier expresó que a veces estar mal está bien y es necesario. Con la cabeza más centrada podría Adara haber recordado entonces la respuesta que le dio a Pol cuando estaba pasando un mal día. Dijo así: “Permítete estar mal”. Pues eso era.
Tras la gala se sinceró un poco con sus compañeras, pero creo que para hacer lo sugerido por su padre tendrá que pasar algo más de tiempo. De momento, se esfuerza en contar que ha soñado con Gianmarco y también soñó que Hugo lo pasaba mal, lo cual le hace pensar si no ha sido todo un sueño. Como en el monólogo de Segismundo. “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Final del primer acto.
Lo de Antonio David transcurrió en un solo acto, no demasiado extenso aunque se me hizo interminable. El concursante apocado y falto de energía que vimos en la casa se transformaba en una bestia hipervitaminada en plató. Parecía dispuesto a comerse a cualquiera que osara meterse con él. Fue el caso de Kiko Jiménez, ante quien vimos a otra persona. Que este no es mi Antonio David de llanto frecuente, que me lo han cambiado. No me gusta ni uno ni otro, pero puestos a escoger prefería al de la casa que al menos estaba bastante menos subidito.
Observatorio de nominaciones
Sin prueba de jefe de la casa (que no fuera un fake) y, por tanto, sin privilegios de ningún tipo, nominaron de esta manera anoche:
Noemí > Estela (1), Mila (2) y Adara (3)
Estela > Noemí (1), Adara (2) y Mila (3)
Mila > Adara (1), Alba (2) y Estela (3)
Alba > Estela (1), Mila (2) y Adara (3)
Adara > Noemí (1), Estela (2) y Alba (3)
Nominadas: Adara, Estela y Mila. De nuevo saldrá quien se enfrenta a Adara y a Mila porque no se atreven a enfrentarse antes de la fase de votos en positivo. Las aficiones juegan sobre seguro, aunque en este caso creo que la fase final que comenzará pasada esta semana beneficia más a Adara que a Mila. Estela me parece una rival más débil que Antonio David. O sea.
Moleskine del gato
Al final, Antonio David recibió un 55,9 % de los votos frente a Adara, que tuvo el otro 44,1 %. Poca diferencia teniendo en cuenta el ejército de adaristas que tanto ruido hacen en redes y la poca entidad que ha tenido Antonio David, más conocido como “el penas”. Me sigo preguntando qué habría pasado en un duelo en negativo entre Adara y Mila.
Noemí y Alba son ya finalistas. Un mueble y la bella durmiente. Al menos esta última me entretiene cuando está despierta. Y así las cosas, casi la prefiero como ganadora.
La cariñosa despedida entre Antonio David y Adara, dos enemigos durante todo el concurso, me pareció un momento sincero y emotivo. Emociones y sentimientos. Eso es Gran Hermano.