Valeria es el nuevo objetivo a abatir
Primero lo fue Melyssa y ahora Valeria. La italiana es el nuevo objetivo a abatir en cayo Paloma. Si no es porque hace pis cerca de la letrina (no dentro) es porque pone su cepillo de dientes donde no debe (y tiene un herpes en la boca) o se lava sus partes íntimas de una manera que no le gusta a Marta, más que nunca imbuida en su papel de capataz. Ahora el problema es que derrocha champú y lo hace cuando no debe. El pacto entre los concursantes es solo usarlo en días de gala (no sé si se refieren a la gala del martes, del jueves, del domingo o incluso la nueva de los lunes). Nadie tiene pruebas de que haya sido Valeria quien terminó con la escasa dotación de champú de la que disponen, pero no les hace falta para echarle a ella las culpas.
Valeria rechaza la acusación, pero también negó haber hecho pis a la puerta de la letrina y luego pudieron comprobar que era cierto. No me termino de creer tanta torpeza por su parte, por lo cual manejo dos teorías. Teoría primera: es una de esas personas a las que todo le da igual, van a lo suyo y les resbala la reacción de sus compañeros. Teoría segunda: está intentando poner a prueba la paciencia de todos, proponiéndose sacarles de quicio con pequeñas cosas, pero repetidas. Como estrategia de concurso esta segunda opción no parece de lo mejor. Ponerse al grupo en contra significa salir nominado con total seguridad, salvo si fuese líder. Y eso supone un riesgo excesivo. Pero también puede ser poner a su favor a la audiencia votante.
Prefiero pensar que Valeria es una cabeza loca a que está estirando la cuerda hasta ver si se rompe. Tampoco me agradaría que buscase tener su cuota de protagonismo en el programa. Se agradece al concursante que sea consciente de dónde está y nade a favor de la corriente, pero es preferible que no se note. Se está insistiendo mucho en que Marta se lo está currando porque es una profesional del reality y sabe que su obligación es dar contenido. Lo compro si logra que no me entere, si no son evidentes sus esfuerzos por mover el cotarro.
Esto es como cuando en una película se cuela la imagen de un micrófono de jirafa por la parte superior de la pantalla. Aparece un instante, es tan solo un error fugaz del microfonista que ha pasado inadvertido por montador y director. Ahora bien, como espectador, me saca de la ficción. Claro que soy totalmente consciente de que estoy viendo una imitación de la realidad, pero pongo de mi parte para meterme en la acción y vivirlo como algo casi real. El fallo técnico, sin embargo, me saca de la ficción y me distancia de esa falsa realidad. Si me doy cuenta de que Marta está exagerando la nota con el fin de dar vídeos para las galas me distancio del reality y solo pienso en que alguien está bastardeando esta simulación de realidad. Los estajanovistas en este formato son bienvenidos siempre y cuando no se note. Igual que está permitido copiar en un examen mientras el profesor no se dé cuenta.
Como dije ayer, lo malo de la actitud hacia Valeria es el tono constante de desprecio y la nula preocupación porque la concursante no quede ridiculizada cuando se quejan por sus actitudes. Tienen muy poco tacto, como si hubiera en contra de ella un cierto rechazo por ser mayor y, a pesar de ello, despreocupada y, en cierto aspecto, desinhibida. Tampoco veo mucha diferencia entre las actitudes posiblemente egoístas de Valeria y robar a un compañero parte de una recompensa. Es precisamente Marta, aliada con Tom, quien le quita a Gianmarco parte de su enorme hamburguesa. ¿Cuál es la diferencia entre usar más champú del que le debería corresponder o birlar comida de una recompensa a Gianmarco? Muy simple, la primera hace un uso privativo de un bien común, mientras que estos le están quitando algo a un compañero.
No sé si es peor una cosa u otra, que las víctimas sean muchas o solamente una. En todo caso, no veo mucha diferencia como para poner el grito en el cielo por el jabón y apenas dudar si hacían la pillería de agarrar trozos de hamburguesa. No fue algo inapreciable porque Gianmarco hacía el siguiente comentario cuando fue a terminar su rica recompensa: “Creí que me quedaba más”. Claro, lo que se comieron Marta y Tom, con la complicidad del resto. Vi entonces a Omar dejando claro que él no participaba del robo y no quería saber nada, pero evitó censurarles por lo que estaban haciendo. Sin embargo, a Valeria bien que le censuró haberse lavado el pelo con abundante espuma. La vara de medir, amigos.
Empecé a desinteresarme por si Antonio Canales mintió o no al decir que solo había visto a Fidel Albiac un par de veces cuando me enteré de que el bailaor tenía viviendo en su casa a diez personas de servicio ¡Diez personas, diez! Esto sería en los buenos tiempos, me imagino. Pero muy buenos. No se me ocurre qué tareas mandar en mi casa a tanta gente, mucho menos tendría dónde meterlos. Esto ha pasado a ser mi preocupación primera en lo relativo al primer expulsado de la temporada. Pero soy un profesional, me debo a mi público (que tanto me quiere y al que tanto quiero) y estoy obligado a analizar este espinoso tema. Me pongo folclórico porque toca hablar de Canales, el profeta. No se gasten dinero en artículos Mr. Wonderful, mejor hagan por ser amigos del profeta. El profeta habla como si se hubiera tragado un libro de frases de Paulo Coelho. Por cierto, teniendo en cuenta que el escritor brasileño vive en un palacio en Suiza, mi gran duda es: ¿tendrá más o menos personas de servicio que Canales?
A ver, cuando Jorge Javier le preguntó si era amigo de Fidel, Antonio dijo: “Le he visto dos veces en mi vida. No estuvo viviendo en mi casa. Solo que cuando vinieron de lo del collarín cenaron en casa, pero luego ellos se fueron a La Moraleja, a su casa”. Tras esto, su defensora en plató hizo esta importante afirmación al presentador: “Yo no te voy a decir si ha mentido o no ha mentido”. Sin embargo, en una gala posterior reconoció que había mentido y Fidel había pasado unos veinte o veinticinco días en casa de Canales. Esto es como el guardia local aquel que dando un testimonio en televisión por el incendio en un hogar dijo: “No se sabe todavía los motivos del incendio, pero… vamos, ha sido el brasero”. No te voy a decir si mintió o no, pero… vamos, mintió.
Anoche Canales dijo que Fidel ha estado en su casa “en tres ocasiones nada más”. De haberlo visto dos veces en su vida pasa a estar en su casa tres veces. Añade Canales: “Lo que cuenta Rocío Carrasco de que se iba al hospital y comía en mi casa no es cierto, lo digo aquí y en Pekín”. Y si no, en Pokón. Suma y sigue: “Yo no soy ni padrino de Fidel ni nada de eso, y me he encontrado con ellos cuatro veces en mi vida”. Bueno, pues empezamos por dos, luego eran tres y ya van cuatro. Si la entrevista dura un par de horas igual salen varios meses de intensa convivencia.
Un poco después, y ante el testimonio de su defensora, decía Canales: “No estuvo tantos días en mi casa. Fidel sí estuvo unos días porque me lo pidió Rocío Jurado. Estuvo varios días viniendo, un día comió, otro cenó, pero en mi casa no llegó a dormir”. Hmmm. Empiezo a no entender nada. ¿No era mentira lo de que iba al hospital y comía en su casa? Cuando Jorge Javier recuerda que su amiga contó que igual estaba de gira esos días, Canales recula: “Ah, puede ser. Que durmiera no lo puedo negar”.
Por cerrar esta comedia de enredo plagada de contradicciones, anoche Canales dijo del exmarido de Rocío Carrasco: “Con Antonio David no he tenido una relación en mi vida, creo que le he visto una vez”. Empezamos otra vez con el conteo de días. Pues bien, el día que Canales nominaba al lado de Olga y Jorge Javier le preguntó por Fidel dijo esto: “A Antonio David y a Rocío les conozco desde sus inicios. Es muy buena gente, y aunque muchos piensen que va de sobrado luego tiene el corazón de un niño”. Pues para haberlo visto solo una vez tiene una vista de lince porque le ha visto incluso el corazón.
Mucho más reconfortante que el asunto anterior es ver las imágenes de Melyssa y Tom tristes el día de la madre. Se tratan con cariño y son capaces de pasar por encima de las dificultades habidas entre ellos, alguna complicada de perdonar y mucho más de olvidar, para darse apoyo mutuo. Los dos están impecables, pero me deja rendido a sus pies con su dulzura Melyssa. Su tono de voz se me antoja curativo, además de transmitirme tranquilidad y paz. Alejada de las exageraciones de folclórica que siempre he visto en Canales, Melyssa es ejemplo de educada contención, absolutamente falta de estridencias. Qué bien ver cosas tan de verdad y tan poco forzadas en un reality.
Moleskine del gato
El novio de Lola será la primera visita que reciba un concursante en esta edición. Anoche ya estaba en los cayos y parece que se producirá el encuentro en Tierra de nadie. También veremos movida entre Tom y Olga.