Hugo e Ivana sobreviven a su manera
Que Hugo e Ivana anden de tonteos, arrumacos y besos bajo el poderoso influjo de la luna significa que han preferido que hablemos de ellos por su repentino romance en lugar de hablar de supervivencia. La verdad es que estamos a lo que estamos, y en Supervivientes 2020 la supervivencia se mezcla con las historias personales de los náufragos. No hay que ser hipócrita y negar lo que es sabido. Sucede que, personalmente, prefiero a esa otra parte del concurso en un segundo plano (importante, no cabe duda). Que asuma semejante protagonismo el “hamor berdadero” entre estos dos concursantes no puede hacer sino perjudicarles. Sobre todo a Hugo. No tenía ninguna necesidad de entrar en el que parece ser el juego de Ivana. Mucho menos de hacerlo con tanta premura.
Canta mucho que hayan congeniado tan pronto. Ni siquiera estuvieron en el mismo grupo durante los días de la preconvivencia. Hugo coincidió con Pavón, Nyno, Ana María y Bea; mientras que Ivana estuvo con Jorge, Vicky, Elena, José Antonio y Barranco. Recordemos que los tres grupos estuvieron aislados unos de los otros. “Conocerse es el relámpago”, dice en un poema Pedro Salinas. El problema es que este rayo pueda dejarles petrificados a los dos. Elena dice que no le interesa nada lo que haga el padre de su nieto. O “el abuelo de mi nieto”, como dijo el primer día. La exsuegra del uruguayo a veces no sabe bien dónde se anda. Igual se comporta con Hugo con amabilidad casi excesiva que se muestra desdeñosa con él. El otro día lo demostró cuando tras abrazarse decía: “Pero no te vengas arriba”. Claro, claro, porque debe creer que sus abrazos llevan cafeína. O algo.
A Fani la he visto mirar con envidia a la nueva pareja mientras Bea se mostraba comprensiva con la situación. Sea más o menos verdadero ese amor, lo cierto es que se debe sobrevivir mucho mejor junto a alguien. Muy juntos, quiero decir. La principal objeción de Fani es que, según ella, Ivana había mostrado previamente algún interés por Nyno. Debe referirse a los diez primeros minutos en la isla. Por su lado, los dos tortolitos tienen sus consejeros del amor. Nyno aconseja a Hugo que se deje llevar (y traer, no te fastidia). Y Vicky recomienda a Ivana que no se controle (no es broma). Me parto si le llega a decir que en cuanto pueda vaya a mil y termina con un “olé, olé”. José Antonio pronosticó: “Esta noche arrilan, como dicen en mi pueblo”. Mi Word subraya “arrilan” en rojo, lo cual no es cosa buena. Entre el resto de los habitantes de playa Uva aprecio estupefacción generalizada ante esta versión descafeinada y caribeña de ’50 sombras de Grey’.
Se salvó Fani al ser la más votada hasta anoche. Una novedosa ceremonia de la salvación hace que los dioses vomiten barro sobre quienes siguen estando nominados. A Fani algo le salpicó, no obstante. Pero ella estaba encantada de saber que no corre peligro. La salvación es un arma de doble filo porque si bien garantiza quedarse una semana más puede despertar ciertos recelos, envidias y resquemores entre los compañeros. Ya no van a ver igual a Fani sabiendo que tiene cierta ventaja sobre el resto por tener el favor de la audiencia. Es posible que no todos se den cuenta de que la audiencia puede valorar cada semana de una manera, y el que se salva hoy puede verse expulsado bien pronto. A pesar de que seguir nominado hasta el jueves prolonga el nerviosismo ante un posible final fatal, puede que sea preferible seguir nominado y así no poner en alerta a los demás, lo cual se puede traducir en alguna que otra nominación.
Yiya no paró de preguntar mientras se celebraba la ceremonia de la salvación. Los dioses deseando vomitar barro y ella con sus dudas sobre si se vota para salvar o para expulsar o si el hecho de que le cayese barro a José Antonio (el primero en salvarse) significaba que estaba salvado o que seguía nominado. Por favor, la próxima vez que le hagan un croquis a Yiya a ver si deja de interrumpir. Sigue pasando que algunos concursantes se olvidan de ver un programa antes de volar hacia Honduras. Con un programa (¡tan solo uno!) que vieran, elegido al azar entre las ediciones de las dos últimas décadas, les bastaría para saber que en este reality se vota para salvar. Es así desde siempre. No entiendo que no lo hagan solo por el propio interés personal.
Siguen nominados Vicky, Yiya y José Antonio. Estos dos últimos, aparte de estar nominados se habían quedado el jueves sin salto del helicóptero. O sea, encima de cornudos apaleados. Anoche tuvieron su oportunidad junto a Pavón, que fue el primero en tirarse y cayó tan tieso que parecía como si se hubiera tragado un palo de la escoba. Pavón va más bien tieso, aparte de ser ese tipo de persona capaz de pedirte que no grites a voz en grito. Se queja de que José Antonio grita y él no se queda atrás. Aunque el periodista dice que no grita, que él habla fuerte. A veces me parece que estuvieran midiendo sus fuerzas con la voz.
Yiya debió temer que en el salto se le volase la peluca y se la metió entre sus pechos antes de saltar y tras haber soltado un discurso infumable sobre sus dos caras o no sé qué. Imagino a la pobre Yiya hace un par de meses en su casa pensando en las trascendentes palabras que pronunciaría justo antes de tirarse del helicóptero. Me temo que no le salió tan bien como había imaginado. Tampoco su entrada al agua fue muy ortodoxa porque se le olvidó cerrar las piernas. No debió ser un momento agradable para ella. Pues arreglado, ya no se pueden sentir concursantes de segunda por no haber tenido esta experiencia. Y José Antonio pudo dedicárselo a toda la lista que tenía prevista sin que se le acabase el combustible al helicóptero.
José Antonio y Pavón han vuelto a discutir, como de costumbre entre gritos. Del autor de “trapera”, “sucia”, “escandalosa” y “loca de remate” ahora viene “cabrero”, el nuevo insulto. Al menos esta vez Pavón no lo puso en femenino. Los cabreros de España se plantean denunciar a este concursante por utilizar su oficio como insulto. Que se sumen a la cola donde deben estar los periodistas para denunciar a José Antonio por decir que es periodista. También se ha puesto a esa cola recientemente San Valentín contra los que llaman amor a lo de Ivana y Hugo. La audiencia nacional (como diría Jordi González) va a tener trabajo con esta edición. Por mi parte, quedan todos condenados, que ya los salvaremos después de bañarlos en barro.
“No tengo ganas de discutir contigo”, aseguró José Antonio. Ya se ve que es lo último que desea hacer. Lo mismo pasa al contrario, porque apenas se nota que Pavón está deseando tener un motivo para meterse con José Antonio, al que ha cogido como muñeco de pim, pam, pum. El pirata Morgan los reclamó por ver si limaban asperezas y por lo menos suavizaron un poco su enfrentamiento al verse los dos solos acarreando el baúl de ida y vuelta. Para colmo, no comieron nada porque decidieron renunciar a dos porciones de pizza para que tuvieran pollo el resto de sus compañeros. Al final va a resultar que son los dos un trozo de pan. Aunque yo me decanto por el no.
A la prueba de recompensa se presentó Barranco con la palabra TEO escrita en la frente. Me acordé entonces de ese chiste en el que un tipo va a alistarse al ejército y le preguntan su nombre. “Pues unos me llaman Teo y otros Doro”, dijo. “Pues será Teodoro”, concluyó el militar. “No, Doroteo”, respondió. Bueno, el chiste no tan bueno, pero es que tengo un amigo que los cuenta muy bien. Al contrario que otras, esta prueba de recompensa tenía emoción y era realmente dura. Tenían que tirar de una cuerda para mover un martillo hasta que explotase un globo. Para remate, los globos parecían hechos de acero porque les costaba una barbaridad explotarse. Creo que en una de las pausas para resetear el juego (como le gusta decir a Lara Álvarez) pusieron unos clavos saliendo del martillo, pero ni por esas.
Se vieron luchas titánicas. Entre todas me quedo la que libraron Barranco y Jorge. Este se dio unos buenos costalazos contra el suelo, pero no logró inclinar de su lado el martillo en ningún momento. En todo caso, bien resuelto que a quienes quedaron en tablas les dieran la hamburguesa del premio a los dos. También se la llevó Hugo, quien debía apostar por el ganador de cada uno de los duelos y acertar cinco. Solo acertó tres, pero de sus ganadores hubo otros dos que quedaron en tablas. Por cierto, no entendí si cuando apostó por Ivana (y contra Elena) dijo “por mi preciosa rubia” o “por mi princesa rubia”. Podría repasar el vídeo, pero prefiero no hacerlo no me vaya a subir el azúcar.
Moleskine del gato
Dice Oriana anoche en ‘Tierra de nadie’ que Fani está ahí por haber participado en otro concurso (concretamente en ‘La isla de las tentaciones’). Pues ella debe estar por abandonar varios realities antes de haber pasado una semana. Este, en concreto, un par de veces.