Tensión por la cocina (y el almacén)
Cada semana se vive la tensión en el momento de determinar quién se encarga de la cocina y quién hace la compra. El resto de las tareas se reparte sin problema, pero esto es siempre objeto de discusión y centra larguísimas reuniones en las que no resulta fácil averiguar sus conclusiones. También se vive tensión, aunque de otro tipo, en el almacén. Sí, me refiero a ese pequeño cuarto que comunica con la cocina y al que el equipo del programa tiene acceso directo para poder dejarles la compra o intercambiar algún objeto.
El almacén fue elegido de manera improvisada por Luca y Cristina para darse otro pequeño lote. Simulando hacer recuento de espaguetis y otros alimentos, la pareja disfrutaba ayer de un momento de intimidad en ese cubículo. Es un sitio perfecto para estar lejos de los ojos ajenos. Solo le encuentro una pequeña pega: hay una cámara que todo lo ve. Y es que en esa casa resulta complicado encontrar un lugar que ofrezca completa intimidad. Mi impresión de la poco memorable jornada de ayer tiene relación con la imagen de ese encuentro furtivo en el que llegó el momento que Cristina consideró zafarse, pero Luca volvía a agarrarla para alargar la faena.
Frente a la imagen del almacén, en mi retina tengo fija la de tres personas con un punto importante de amargura que se pasaron casi todo el día criticando a Cristina Porta. Es una imagen dinámica pues no fue un solo momento ni en el mismo lugar. En realidad fue una constante entre Miguel, Sandra y Julen. Ninguno de los tres parecía dispuesto a soltar la presa, que zarandearon sin piedad hasta dejarla inconsciente. Tal vez fuera eso lo que rondaba sus mentes, o tal vez pensaban que esta noche hay salvación y en un par de días otra importante expulsión. Puede que penúltima de la temporada.
También he de decir que si no fuera por esa rabia contenida que aprecio en esos tres concursantes contra aquella a la que consideran posible ganadora el día hubiera sido un aburrimiento total. Dice Julen que igual gana el concurso, pero es quien menos se lo merece. El merecimiento se lo debe atribuir él mismo por haber sido el concursante de un reality que más tiempo permaneció en posición horizontal. Lo suyo es de Libro Guinness de los Récords, algo a lo cual no podrá aspirar jamás Cristina. ¡Pues faltaría más! Le atribuye Frigenti ciertas “provocaciones sutiles”, como haber comentado tras una ventosidad de Julen: “No tengo que aguantar los pedos de nadie”. ¡Uy, qué provocación más tremenda! Julen remataba: “Me da igual. Ese pedo tenía un nombre, me lo tiré por ella”. Esto se puede considerar guerra química.
La reunión para repartir tareas fue esta semana más tranquila. Se aprecia que no esté ya Adara, la nota discordante de cada martes a la hora de planificar la semana. Tan poco agradable terminó resultando ese momento que les imagino pasándolo por alto si no fuera porque en el cubo les apremian cada semana para que celebren la reunión. Así sucedió ayer y Frigenti tomaba la palabra casi el primero para expresar su deseo de cocinar algún día pues no lo hecho nunca en todos los días pasados ahí dentro. Como él piensa que se marcha el jueves no le gustaría dejar pasar la oportunidad.
Resultó bastante fácil llegar a un acuerdo para repartir la labor de la cocina entre tres parejas que se rotarán durante la semana porque Frigenti no pretendía provocar una discusión sin fin, sino simplemente lograr su objetivo. Esa es la diferencia entre este y la otra repescada. También digo que tal vez no pensó que si realmente sale el jueves, lo cual es mucha presunción, y rotando tres parejas le va a tocar cocinar un día o ninguno. Si no espabila puede terminar en la sala de expulsión sin haber cocinado con Sandra, como pretende hacer.
Dani propuso que en lugar de tanta rotación en el almuerzo podría Frigenti encargarse de la cena. En realidad, si no ha cocinado nunca es porque no ha querido. No en vano hemos visto a Sandra haciendo pizza, momento que provocó los celos de Cristina porque la terminó ayudando Luca. Ambos estaban preparando una cena y nunca hablaron de que Sandra cocinase alguna vez preparando una cena. Todo consiste en tener la iniciativa o, más simple, pedirlo al resto de compañeros. Nadie hubiera impedido que Frigenti se metiese en la cocina para preparar algo de cena. De hecho, él afirma que sabe cocinar de todo. No creo que sea el momento de recordar su menú en la edición gourmet de ‘Ven a cenar conmigo’. Ese es otro programa y no conviene mezclar los temas.
Espero que Frigenti sea feliz en la cocina y no se queme con la vitrocerámica porque bastante quemado le veo ya. El Miguel de su primera fase del concurso transmitía alegría y entusiasmo por lo que estaba viviendo. Era así a pesar de su inseguridad, las rayadas de cabeza y ciertos arrebatos en las galas que le pusieron tan pronto de patitas en la calle con casi toda la casa en contra. Con todo, prefiero aquel a este Frigenti en tensión, contrariado y con cara permanente de amargado. Tan radical ha sido su cambio que empieza incluso a reescribir su propia historia.
Dice ahora Frigenti que cuando Adara entró y dijo que no le gustaba el trato que le daba Cristina sabía perfectamente a lo que se refería y si se mantuvo fiel a esta concursante es exclusivamente porque le interesaba. “Estaba nominado y no quería hacer ningún movimiento raro”, afirma. De manera que Frigenti ha mantenido a la audiencia engañada, simulando su buena relación con Cristina al menos desde que entró Adara y durante todo el tiempo que ha pasado desde entonces. Según él mismo afirma, nunca habló mal de Luca y Cristina fuera. Aunque sabemos que eso no es cierto, siguiendo su propio hilo argumental estaríamos ante la gran traición a la audiencia, un engaño monumental.
Naturalmente, de lo que diga Frigenti no me creo de la misa la media. Toca revisar todo y donde dije digo ahora digo Diego. Ni siquiera creo que piense realmente todo lo dijo ayer en el aquelarre contra Cristina que formaron Sandra, Julen y él mismo. El traje que le hicieron no fue pequeño, basado en cosas tan poco consistentes como que “parece una profesora de instituto” o que “ha visto muchos programas”. Pero si hasta Frigenti llegó a decir en el cubo que Cristina tiene una voz horrible. ¿Es posible que él se queje de la voz de otros? Sí, eso ha sucedido.
El gato responde
El domingo me hice eco del verso mencionado por Julen perteneciente a una canción de Pereza para justificar su inexplicable decisión de no salvar a Sandra y una lectora hacía una puntualización tan brillante que no me resisto a traer aquí.
Efectivamente, en ‘Estrella Polar’ hay estas dos estrofas que parecen compuestas ex profeso:
“Con los pies fríos no se piensa bien
Si es un castigo, yo me lo busqué
Hoy cielo, vienes a por mí
Pero por Dios
No dejo de pensar que aquí
No hay sitio para los dos”
Es perfecta la observación.
Cambiando de tema, con el paso del tiempo estoy observando que se aplica el término ‘carpeta’ de manera errónea, y me siento en buena medida responsable de intentar evitarlo dado que fue este humilde gato quien lo introdujo al lenguaje específico de este programa. En una edición de Gran Hermano en Argentina vi que se hablaba en los foros de aquel país de las ‘carpeteras’. Resulta que había un concursante con gran éxito entre cierta parte de la audiencia. Tanto era así que bastante antes de llegar a la recta final muchos le daban ya como seguro ganador. Ese concursante había empezado una relación amorosa con una compañera dentro de la casa y el término ‘carpeteras’ hacía referencia a esa parte del público que apoyaba de manera ciega a ese concursante gracias, precisamente, a esa historia de amor.
En su textualidad el término hace referencia a las admiradoras de un famoso que llevan la carpeta del colegio llena de fotos pegadas con la imagen de su ídolo. No se recoge esta acepción en el diccionario, que solo habla del término empleado en Cuba para referirse a una recepcionista. El término me hizo gracia y lo empecé a usar en mis artículos para hablar de esa parte de la audiencia, mujeres jóvenes en su mayoría (de ahí el género femenino), que siguen este formato de reality para vivir una historia de amor ajena. Una historia en la que se sientan reflejadas o que resuma todo aquello que ellas desearían vivir en primera persona.
Para las ‘carpeteras’ de reality el resto de la experiencia da igual porque se concentran en exclusiva en aquello que es de su interés, y eso es la relación amorosa de dos concursantes. En principio, no vi inconveniente en que una parte de la audiencia viviera de este modo el concurso. De hecho, no fue hasta Gran Hermano 12 cuando me di cuenta del peligro que se avecinaba sobre el formato si terminaba dominado por esa parte de la audiencia, especialmente activa a la hora de votar para decidir las expulsiones, lo cual determina por dónde discurre el reality. En esa edición las ‘carpeteras’ mostraron su poder, y eso hizo que para algunos temblasen los cimientos del formato.
El término se extendió a otros ámbitos, aunque no es fácil encontrar referencias sobre el mismo. Por ejemplo, haciendo una búsqueda en Google he localizado una información del diario ‘El Norte de Castilla’ (lunes, 6 de septiembre de 2010) en la que se habla de las ‘carpeteras’ así: “Anoche, Valladolid vivió el retorno de las carpeteras. O su versión 2.0. Porque las niñas de ahora ya no ponen la imagen de sus ídolos en el carpesán (seguro que ni siquiera usan ya esta palabra, carpesán, que suena a antiguo), sino que suben la foto al tuenti y etiquetan a todas las amigas para que vean (buah, tía) lo bueno que está Jaime el de los Melocos…”.
Durante algún tiempo más se siguió extendiendo el uso del término ‘carpeteras’ de manera correcta hablando de Gran Hermano, pero poco a poco fue derivando en el uso de otro término: ‘carpeta’. Y aquí vuelvo al objetivo de esta aclaración. Me pareció admisible que se hablase de ‘carpeta’ para referirse a la relación amorosa seguida de forma casi religiosa por las ‘carpeteras’. Pero más recientemente veo que se utiliza de manera negativa solo para las relaciones que se quieren desprestigiar dudando de que sean reales. Cuando se cuestiona que haya amor verdadero y se sospecha que sea más bien ‘hamor berdadero’ se tiende a denominar la relación como ‘carpeta’, a diferencia de aquellas otras relaciones que no suscitan semejante nivel de duda.
Como introductor no reconocido del término quiero reivindicar que volvamos a hablar de ‘carpeteras’ y olvidemos el derivado ‘carpeta’, en cuyo uso nunca hubo consenso. Y, de no ser posible olvidar ese derivado que, al menos, se use indistintamente para relaciones nacidas en el reality (esta condición excluiría la de Sandra y Julen) independientemente de si nos lo creemos o no. Que no sirva esta terminología para deslegitimar algunas relaciones marcándolas con un sambenito para diferenciarlas de otras supuestamente más legítimas.
Moleskine del gato
Miguel Frigenti se ha cambiado de cama marchándose a la de Adara. Una pena que le hayan quitado su foto, eso evita que terminemos viéndole hacer un definitivo homenaje a Jorge Berrocal, llorando en el cubo abrazado a la foto de la última expulsada.
Dice Julen que han estado dando voces cuando él dormía con Sandra. O sea, en cualquier momento del día o de la noche.
A diferencia de lo sucedido todas las veces anteriores que hubo más de tres nominados, esta noche solo se salvará uno de ellos. Eso hará que, por primera vez, la expulsión no sea un duelo, si no cosa de tres. Cristina, Luca, Miguel o Sandra se disputarán el privilegio de no seguir en peligro y llegar tranquilos al jueves. Dado que el menor (minúsculo, diría) de los porcentajes ciegos oficiales supongo que será de Luca una vez más, la salvación de un solo nominado perjudica a Cristina. Esto deja una situación de dos contra uno, el famoso balancín, en el que por la regla de los dos tercios (más conocida como el cincuenta por ciento) concentra más votos el concursante solitario a un lado.
La salvación de un solo nominado confirma que era extremadamente peligroso para los seguidores de Cristina y Luca dividir el voto entre Sandra y Frigenti, algo que muchos han seguido haciendo o deseando hacer con la esperanza de poder ver salvada a la pareja esta noche. Eso ya sabemos que no se va a producir. Sin embargo, el riesgo crece por no haber concentrado del todo el voto.
Por lo demás, Luis hará la línea secreta de su vida, mientras Frigenti y Cristina protagonizarán el enésimo cara a cara en la sala de la verdad. También se presentará la nueva prueba semanal, consistente en rodar un vídeoclip para cierta canción por todos conocida.
Y ya no estoy.