Cristian hace la supervivencia más extrema que las tormentas
Cuando nos dijeron que sería la edición más extrema bien podrían haberse referido a que entre el grupo de náufragos estaría Cristian. Y, aún más, que podría alcanzar rango divino. Cristian dios es un peligro para la supervivencia. Unas cuantas semanas más con este dios y se va todo al garete mientras él se toca sus partes a dos manos (es textual). Ya lo dije tras la primera noche y mucho me extraña que no se hayan dado cuenta hasta ahora. A Ana María no se le ha escapado el detalle: “Está todo el día tocándose las pelotas” (repito que es textual). Luego le pidió que reprodujera su particular estilo haciéndolo con ambas manos a la vez. “Y lo hace delante de las mujeres”, añadía Ana María escandalizada. Entre esto y lo de las aplicaciones de ligoteo, la mujer de Ortega Cano no levanta cabeza.
Mientras los siervos limpian de algas la poca playa que les ha quedado tras las tormentas, Cristian sugiere que hagan algo (pescar, por ejemplo) y come alcachofas de un frasco tamaño familiar. Al menos parece que no hace como su hermana y come con la boca cerrada. Esto ya es suficiente para que sus compañeros se hagan ateos y renieguen de la fe en ese ser supremo que tuvo la enorme habilidad anoche de enfadar a siervos y mortales a la vez. Por si fuera poco, mañana conocerá la sanción que le impone el programa por robar un ascua de fuego a los mortales para dársela a los siervos a cambio de una lata de comida. Le dieron la lata que no querían y encima ahora tendrá que asumir su culpa por saltarse las normas, al igual que paso anoche con los dos grupos, sancionados con la pena que Cristian dios decidió por haberse saltado la norma de no hablar entre grupos.
Podía elegir Cristian la sanción para siervos y mortales entre unas cuantas posibilidades que Lara Álvarez le fue enseñando anotadas en tablillas de madera. Después de leerlas todas se interesó Cristian por si las sanciones eran definitivas o temporales, a lo que Lara le explicó con claridad meridiana que todas eran para siempre menos la de tener prohibida la pesca, que era solamente para los dos días siguientes. Además, estaba bien especificado en el propio rótulo de la tablilla. Pues bien, Cristian dios se decidió por dos sanciones definitivas: quitarles la lona a los siervos, y que los mortales pierdan un saco y una manta. “Ya nos encontraremos”, decía Ana María en tono amenazante.
Cristian no dejó contento a nadie. Según Fani, debió elegir la prohibición de pescar porque duraba solo hasta el jueves y las condiciones del tiempo les están impidiendo pescar al estar el mar muy revuelto. Todos estaban de acuerdo con esto, además de que lo de la lona parece el castigo más duro, especialmente si sigue lloviendo. No entendería la repentina crisis de fe entre los robinsones de cayos Cochinos de no ser porque cualquiera hubiera elegido antes quedarse sin dos esterillas que sin lona para cubrirse. Bueno, cualquiera menos Cristian, claro está. Pero él es dios y decide lo que le sale del antiguo testamento. Ya se lo dijo el otro día a Bea: “Yo hago lo que quiero porque soy dios”. Diría que a alguien se le está subiendo un poco a la cabeza el puesto. Si queremos diversión debemos desear que vuelva a ser dios Cristian este jueves, aunque no muchas más veces porque las consecuencias pueden ser peores que las de un tsunami.
La sanción a siervos y mortales no fue culpa exclusivamente de Hugo e Ivana. La valla que separa los dos lados de la playa es tentadora, como confesó anoche en plató Fabio Colloricchio. Estar separados por esa valla pone mogollón y atrae a los dos tortolitos para darse mimos. También es momento para que Ivana le diga a Hugo el tatuaje que debe hacerse cuando salgan. A esta chica parece que le gusta dejar huella, a ser posible grabada con tinta en la piel. La norma permite que Hugo ponga su mano en las posaderas de Ivana mientras se besan con pasión, pero no que hablen entre ellos porque son de grupos diferentes. En otro momento Ivana habló para pedir que le transmitieran a Hugo el siguiente mensaje: “Dile que le quiero”. Le falto añadir “que me está matando esta melancolía”, a lo David Civera. Me decían una y otra vez los talifanes de Hugo que nadie (salvo yo, al parecer) había hablado de amor, que tan solo era un apretón. Extraño apretón ese que lleva aparejado decir tan pronto un “le quiero”.
También hablaron de playa a playa otros concursantes, aunque Elena se lo negase a Ana María. Es como cuando a un adolescente le pilla su madre fumando, que retóricamente pregunta: “¿Estás fumando?”. Y el pobre lo niega aunque haya sido pillado in fraganti. Deberían haberles metido una mega sanción por incumplir doblemente las normas cuando los siervos preguntan a los mortales si le pueden dar a dios un ascua para hacer fuego. Ni podían hablarles ni dios pasar nada de un lado a otro. Y, ya puestos, otra sanción por ser tontos y confiar en Cristian, que les pasó un ascua inservible. Menos mal que al final Pavón volvió a hacer fuego por fricción (me ha salido un pareado). También Barranco lo hizo en el otro grupo para no gastar una cerilla. En este caso utilizó la técnica de Nacho Vidal, con una rama convertida en arco. De momento van Pavón 2 – Barranco 1.
En la prueba de recompensa luchaban anoche por un flan tamaño familiar que consiguieron los mortales y dios, quien había apostado por ellos. La complicada mecánica de la prueba podía haberse sustituido por un simple salto sobre la mesa para llegar al flan, que ejecutó perfectamente Rocío. Lo de subirse a una bola suspendida por un cable ya se lo vimos a Miley Cyrus y tiene mucha menos plasticidad que ese alucinante salto. Confieso que con la excusa de sacar una buena captura para ponerla en este escrito lo he visto dos decenas de veces. Ese salto es capaz de emocionar al jurado que dio 10 puntos a Nadia Comaneci.
A Bea casi le costó pasar por debajo del palo sobre la arena tanto como a José Antonio, aunque no sé si me impresionó más esto o la cara de pena con la que miraba al otro grupo mientras comían flan a bocados y sin usar las manos. Algunos prefirieron ni mirar, por lo que se perdieron el salto olímpico de Rocío. No estoy seguro si José Antonio estaba mirando, pero es lo que le faltaba para volver a decir que quiere irse. Aquí debería suceder como en los toros, que al tercer aviso devuelven al animal a toriles. José Antonio ya ha amenazado con irse tres veces, lo cual sería motivo suficiente para subirle a un avión y adiós, muy buenas. “Me siento inútil”, dijo el periodista. Todavía no está todo perdido, lo malo es cuando reconocen serlo. Pero no es muy tranquilizador escucharle decir que no tiene fuerzas llevando el juego solo once días, de los cuales han pasado un par de ellos bajo techado en un refugio. Y las pocas fuerzas que tiene decide gastarlas en intentar hacer fuego de un modo que hasta él mismo debió darse cuenta de que no valía para nada. Pongo yo más energía al batir un huevo. Ahí tenía razón Pavón, que de esto (de hacer fuego, no de batir huevos) ha demostrado saber.
Lo de los fantasmas de Vicky tendré que tratarlo otro día. Contándoselo a Yiya decía así: “En casa de mi abuela vivía una monja y un soldado muertos”. Obsérvese la paradoja de que vivieran dos muertos. Dice que esto de ver fantasmas en su familia se transmite de generación en generación. Preferiría heredar el álbum con los mejores éxitos de la Larraz y los 20 álbumes con los peores. Yiya escuchó el relato “con las tetas encogidas”, según su propia confesión. Imposible que se hagan una idea quienes no hayan visto nunca este programa. El guionista cachondo les hizo anoche jugar a las películas eligiendo todas de un mismo género. Sí, eran pelis de terror.
El gato responde
Me preguntan si no ha sido precipitado empezar el programa en estas fechas, con un clima adverso y anocheciendo casi en medio de las galas. Pues no, más que nada porque la edición italiana (L’isola dei famosi) ha empezado en parecidas fechas unas cuantas veces. Concretamente los años 2010 (24 de febrero), 2011 (14 de febrero), 2012 (25 de enero), 2015 (2 de febrero), 2016 (9 de marzo), 2017 (31 de enero), 2018 (22 de enero) y 2019 (24 de enero). Y sí, algunas veces tuvieron que ser evacuados. O, como conté aquí el primer día, dos años (2015 y 2017) tuvieron que aplazar el estreno por las tormentas. Son cosas que pueden pasar, y no dificultan el normal desarrollo del programa. Muy al contrario, le dan una mayor emoción.
Moleskine del gato
En la ceremonia de salvación los dioses fueron anoche muy ordenados y confirmaron de derecha a izquierda (las del espectador) que siguen nominados Bea, Pavón y Rocío. Ergo, se salvó Ferre, a quien cayó agua en lugar del líquido desconocido que regó a los demás. Bueno, a todos menos Bea, que se apartó porque la cosa parece no ir con ella. Se lo dijo bien clarito Lara Álvarez: “Estamos haciendo televisión”. Parece mentira que deban aclarárselo.
Si Lara estuvo acertada en su aclaración a Bea no lo estuvo menos Carlos Sobera cuando intentaba poner orden entre Oriana, Sofía y Gahona diciendo lo siguiente: “Luego a las dos y cuarto os llevo a un bar y os sacudís si os da la gana”. Más de uno debió pensar: eso, eso que se sacudan. Luego aclaró que era de broma porque algunos no entienden bien las bromas, como ya expliqué detenidamente ayer.
Harta de no pescar nada recibió Vicky la siguiente sugerencia de Yiya: “Coge piedras puntiagudas y nos liamos a pedradas con los peces”. En realidad, Yiya lleva queriendo usar piedras puntiagudas desde antes de llegar a isla Desvalida, pero entonces no era para lanzárselas a los peces sino a José Antonio. Creo, eh, creo.