Imagine el lector dos concursantes de Gran Hermano que se enteran, con enorme sorpresa, de que se está viendo lo que hablan en la casa. No es una escena de comedia ni el argumento de una parodia del programa que hace 20 años cambió la historia de la televisión. Se trata de algo sucedido en la gala de anoche, que ya advirtió Jorge Javier sobre su excepcionalidad. No sé si al final fue la más bonita de la historia, pero sí una de las más desopilantes.
Mi momento preferido de la noche fue cuando Joao y Adara aguardaban en el ‘confe’ tras la expulsión de Gianmarco y el súper les dice: “No soy Jorge Javier, pero enigmáticamente os digo: al salón”. Continuando la gran extrañeza en la pareja, Joao dice: “¿Al salón?”. Y Adara pregunta: “¿Enigmáticamente qué es?”. Les había pillado hablando de lo enigmático que estaba siendo todo: que se hubiera visto lo que hablan, que Jorge Javier no estuviera allí… Para incrementar la intriga les mandaban al salón. Madre mía, que enigmático todo. A esas alturas ya me dolían las costillas de tanto reír.
Gianmarco originó todo este lío. No es por buscar culpables, pero diría que su disparatada despedida de Adara en la sala de expulsiones hizo que todo se torciera después. Aunque fue precisamente porque se torció que en lugar de una gala monotemática centrada solo en la carpeta que pudo ser y no fue entre Gianmarco y Adara terminaba siendo la gala donde se teníamos las pruebas definitivas de todo aquello que he ido diciendo estos últimos días. Algo le tenemos que agradecer al italiano.
Aunque muchos nunca terminaran de creerlo, anoche vi confirmarse algunas de mis sospechas o convicciones. A saber: Gianmarco es un profesional de la seducción que estando ya fuera seguiría manteniendo que con Adara solo ha tenido una amistad, Adara y Joao estaban convencidos de que sus charlas en un rincón del ‘confe’ no se estaban grabando y el resto de casa no podía imaginar que entre Gianmarco y Adara hubiera ninguna atracción amorosa, especialmente de ella hacia él. ¿No es todo maravilloso?
Tal fue la sorpresa y extrañeza de Adara por la despedida de Gianmarco que no vertió ni una sola lágrima. Luego, ya en plató, el italiano miraba a su hermano Luca tras cada pregunta de Jorge Javier. Ya avisé de que seguiría diciendo que solo han sido amigos, lo cual siguió manteniendo obstinadamente anoche. Después de haber aguantado un rato la presión de forma admirable le hacía Helena, madre de Adara, una vez más la pregunta clave: “¿Estás enamorado de mi hija?”. Gianmarco mira a Luca. Este dice a viva voz: “Di la verdad”. Mientras que dice eso parece afirmar con la cabeza. Incluso diría que hace un gesto de aprobación con la mano tipo pulgar hacia arriba o similar. Parecía estar indicando a su hermano que respondiera afirmativamente y, efectivamente, solo entonces dijo Gianmarco un sí rotundo.
Creo que con ese “sí” pretendían zanjar el tema los hermanos. Gianmarco no se vale por sí mismo y necesita que le apunte siempre alguien lo que debe hacer. En la casa fue Joao el que ha ido guiando sus pasos, y una vez fuera parece ocupar ese lugar su hermano. Luego vino el numerito de Luca levantándose y corriendo a proteger a Gianmarco como si fuera un niño de primaria. Pidió respeto para él y cuando Jorge Javier le conminó a que se sentase o se vería obligado a expulsarlo del plató Gianmarco estallaba: “Si se va él me voy yo también”. Por un momento pensé que Luca se iba a llevar a Gianmarco fuera del plató, como hizo la madre de Noemí Merino (GH 12+1). Hubiera estado bien. Y que luego el otro viera también las galas con el italiano en La Muralla.
Un minuto antes de esto que acabo de relatar Gianmarco estaba haciendo pucheros y resoplando como un mulo. Lo mismo le vimos hacer en la sala de expulsiones mientras le ponían esos vídeos donde Adara cuenta que quiere separarse de su pareja y quiere iniciar una nueva vida. Parecía estar temiendo la que se le venía encima. En los vídeos pudo ver el momento de esa misma tarde en que Joao forzaba a Adara a aclarar si estaba enamorada de él. Adara respondía al oído a Gianmarco y curiosamente también lo hacía de forma escueta, con un simple sí. Momento ideal para que, en clara correspondencia, respondiera que él también. Sin embargo, Gianmarco tiraba también ahí balones fuera y se limitaba a sonreír.
Momentos después de ver los vídeos Jorge Javier avisaba a Gianmarco de que se iba a encontrar con Adara para despedirse, sugiriéndole que tras lo visto abriera su corazón confesando lo que siente, aunque con la limitación de no poder decir nada sobre lo visto. La cosa era bien sencilla: debía despedirse de Adara sin decir nada de lo que había visto en los vídeos. Era una oportunidad única para decir lo que no había dicho nunca antes. ¿La aprovecharía Gianmarco? En todo momento estuve convencido de que no lo haría. Y, efectivamente, no lo hizo.
Por lo visto hubo quien albergó la esperanza de que fuera Gianmarco a decir el “yo también” negado a Adara unas horas antes. ¿Por qué iba a hacerlo una vez expulsado? Razón de más para no hacerlo. También supongo que había cierta confianza de que no iba a poner en peligro el gran secreto de la edición. En realidad es el gran secreto de este programa, guardado celosamente durante un par de décadas, y consiste en lo siguiente: los espectadores vemos lo que hablan. ¡Menudo bombazo! Y menuda sorpresa que Gianmarco lo hiciera todo al revés. Todo mal. No aprovechó la ocasión de la forma que digo y le soltó a Adara de sopetón: “Se ve todo”. Así, sin vaselina ni nada.
Tan impactada quedo Adara que ya no levantó cabeza en el resto de la gala. Su preocupación por lo que le había dicho Gianmarco era tal que no vertió ni una lágrima por su expulsión, como digo. A Joao, con quien se encontraba en el confe instantes después, fue eso lo que más le molestó. “Que no hayamos podido ni llorar a gusto. Yo que había cogido papel y todo para los dos”, se lamentaba Joao. Curiosa manera tuvo de intentar tranquilizar a Adara. “Estate tranquila, Adara. Estate tranquila, estate tranquila, estate tranquila”, repetía cada vez más atacado. “¿Qué te ha dicho?”, preguntaba Joao. “Que se han escuchado nuestras conversaciones”, respondía Adara, añadiendo: “Y luego me dice que esté tranquila. ¿Cómo voy a estar tranquila sabiendo que se ha escuchado lo que hemos dicho?”. Ahí pasé de la risa a sentir que realmente me seguían tomando el pelo de forma lamentable.
Para quien no viera la gala debo repetir que no es ninguna broma. Son diálogos reales, no inventados. Ese encuentro entre Joao y Adara tras la expulsión lo voy a guardar para verlo cuando esté de bajón porque no pude reír más. Me pareció un momento tan grotesco como cómico, ridículo y divertido a la vez. Tanto despropósito era consecuencia de una despedida que no hacía pensar en absoluto que se tratara de un par de enamorados. Lo único a lo que nos podíamos coger era eso de la promesa que recordó Adara. En su despedida Gianmarco también hizo referencia a mantener la promesa que se habían hecho. ¡Una promesa! ¡Menuda emoción! La promesa era que Adara enseñase la Navidad de Madrid a Gianmarco. Tanta promesa y se trataba de ir a ver Cortylandia. Menudo fiasco de promesa. Menudo fiasco de carpeta, amigos.
La expulsión de Gianmarco desmonta mi pretensión de lograr que el programa reacondicionara ese rinconcito del ‘confe’ donde Adara le contó a Joao todo aquello que no quiso compartir abiertamente con la audiencia. El mismo sitio donde dijo ese sencillo “sí” al oído de Gianmarco cuando Joao presionó para que se declarasen mutuo amor, pero el italiano guardó un significativo silencio. No critico a Adara porque haya hecho las cosas en el orden equivocado pues todos hemos equivocado el orden alguna vez, más tratándose de asuntos importantes donde el corazón y la razón mantienen áridas disputas. La critico porque nos ha estado vendiendo una mentira.
Adara en lugar de dejar la relación con Hugo Sierra y luego venir a encerrarse en la casa de Gran Hermano, ha venido primero para expresar luego su intención de romper con su pareja. Además, mientras expresaba eso contaba cosas que dañan gravemente a imagen de Hugo. Pero esto no es un tema que me interese analizar. Lo que yo censuro es que haya dicho una cosa en secreto a Joao y otra bien distinta cuando pensaba que sí estaba siendo grabada. En público, por así decirlo, su relación con Hugo era poco menos que idílica y varias veces ha dicho que quería tener otro hijo con él. Tanto es así que Gianmarco no podía imaginar nada de lo contado por Adara a Joao sobre su pareja. Adara no es Gran Hermano, porque en Gran Hermano no hay secretos.
Observatorio de nominaciones
Solo Adara, Joao, Mila y Noemí nominaron en el secreto de la sala de confesiones porque eligieron bombón de número par en la prueba para elegir nueva jefatura de la casa y solo el de Noemí era dulce, por lo que es de nuevo jefa. Así discurrieron las nominaciones:
Antonio David > Adara (1), Joao (2) y Hugo (3)
Estela > Adara (1), Antonio D. (2) y Hugo (3)
Hugo > Mila (1), Estela (2) y Antonio D. (3)
Alba > Adara (1), Hugo (2) y Antonio D. (3)
Adara > Alba (1), Mila (2) y Antonio D. (3)
Joao > Alba (1), Estela (2) y Antonio D. (3)
Mila > Antonio D. (1), Adara (2) y Hugo (3)
Noemí > Adara (1), Joao (2) y Hugo (3)
Nominados provisionales: Antonio David, Hugo y Adara. Noemí decidió salvar una vez más a Antonio David intercambiándolo por Joao porque piensa que así es más fácil que se vaya Hugo. Nominados definitivos: Joao, Hugo y Adara. Joao está convencido de que Noemí no ha cambiado nada renunciando a usar su privilegio de jefa de la casa. Veremos cómo le sienta haber sido incluido en la terna por Noemí cuando se entere el domingo.
Si Adara hubiera dado sus dos puntos a Estela, como hicieron Hugo y Joao, habría sido la cuarta nominada al empatar en puntos con ella. De esta forma, Noemí a buen seguro habría salvado a Estela dejando nominados a los tres del grupo contrario junto a uno del propio. Aunque Antonio David tampoco se pude decir que sea ya completamente miembro del grupo mayoritario dado que anoche recibió puntos de Alba (3), Estela (2) y Mila (1). Este error estratégico de Adara hace que uno de los tres de su grupo vaya a salir de la casa el jueves, aunque yo no estaría tan seguro de que va a ser Hugo. La labor de alcahueta, por no decir de mamporrero, que ha estado desempeñando Joao entre Adara y Gianmarco no le ayuda mucho, aunque se salvara el martes con un exiguo porcentaje.
Moleskine del gato
En estos últimos días se ha suscitado una duda por parte de algunos espectadores sobre por qué en la casa no se decía nada sobre la relación entre Adara y Gianmarco. Como era de esperar, las conspiranoias sobrevolaron este asunto, que tiene una sencilla explicación: no se han enterado de nada. Esta misma madrugada lo dejaban bien claro Estela y Alba en una interesantísima conversación, a la que se unió luego Adara.
Al ver la despedida de Gianmarco empezaron a atar cabos, porque entendieron que su mensaje era algo más que de un amigo. Entonces recordaron algo dicho por Kiko durante sus días de candidato a la repesca. Discutiendo con Hugo preguntó Kiko por qué le lanzaba a él indirectas sobre su relación con Estela y no le decía nada a su amiga, o sea, a Adara. Las sospechas de anoche llevaron a que Estela y Alba recordasen esta escena y entonces pensaron si no habría algo que ellas desconocían. La conclusión de ambas concursantes era que por parte de Adara no había nada seguro, pero igual Gianmarco podía tener otro tipo de sentimiento hacia ella, lo cual habría expresado a cámara y por eso Hugo y Kiko lo sabían.
De forma que misterio resuelto. Como era de imaginar, en la casa han vivido ajenos a lo sucedido entre Adara y Gianmarco. Salvo Joao, Antonio David y Hugo, nadie ha sospechado nada antes de anoche. El primero por razones obvias, el segundo porque se lo confeso Gianmarco con la mirada y el último porque estuvo semanas fuera de la casa. Ha sido la carpeta secreta, algo tan insólito como inédito.
Por cierto, triste triunfo de Alba salvándose por tercera vez de la expulsión en una gala en la que fue la gran olvidada. Sin apenas vídeos suyos y con un papel totalmente secundario poco lució su tercera salvación.