No es ningún secreto

telecinco.es 23/12/2021 08:00

No es ningún secreto que hoy es el gran día. Lo que vaya a pasar está en nuestras manos, y ahí radica en parte la grandeza del formato. Semana tras semana vamos decidiendo por dónde va la acción expulsando a uno de los nominados. Y al final podemos decidir a quién vemos con el rótulo de ‘Fin’ sobreimpresionado sobre su rostro. ¿Imaginas que hubiéramos podido decidir que Rick e Ilsa no se separasen al pie de aquel avión en ‘Casablanca’? ¿O que al final Bobby Duran decidiese no irse con su marido sino con Jack Weil en 'Habana'? ¿Y si no muriese Satine en 'Moulin Rouge!'? Bien mirado, no tocaría jamás ninguno de estos finales. También es cierto que en el cine no me gustan los finales felices, pero en los realties sí.

Anoche tuvieron fiesta de graduación, la última en la casa. Igual que escuchamos los últimos “oye” de Luca, hicieron los últimos cafés muntanyola y durmieron por última vez en aquellas camas. Es una auténtica verbena de sensaciones la que genera esa bendita casa de los sueños, que solo tres concursantes y cuatro personas van a poder disfrutar hasta el final. Durante el día tuvieron tiempo de probarse los modelitos para esta noche, de los que traigo una muestra a lo largo de este escrito, si no es que cambian de opinión a última hora. Parece que irán todos de negro, excepto Dani, que llevará una chaqueta roja tan oversize que parece más bien hecha para Bigote. Por cierto, ¿veremos esta noche en la final a Chimo y a Bigote? ¿O volveré a tener la sensación de que nunca fueron concursantes y son producto exclusivo de nuestra imaginación?

No habrá mucha fantasía en el outfit de los finalistas. Si acaso la blusa transparente y medio floreada de Jesús, que solo queda bien si se tiene cuello de cisne. Luca va con un elegante traje negro que luce especialmente bien en un cuerpo atlético como el suyo. Y Cristina irá de largo y con una raja en la falda del vestido de esas por las que los hermanos Muñoz se pegan piñazos en coches de fabricación nacional. Falta algo de joyería a juego con tanto lujo en el vestuario, que seguramente les facilitarán hoy. Imagino que también llegarán refuerzos para el maquillaje y peluquería, como viene siendo habitual.

Este reality de famosos termina contando en su final con un dúo de cantantes salido de un concurso televisivo de talentos que todavía anda esperando su espaldarazo definitivo. En alguna medida están ahí precisamente por eso. Luego hay un italiano conocido por defender a su hermano en realities anteriores, cuya fama en España está limitada a los seguidores de este tipo de programas. Por último, una periodista que a pesar de haber trabajado en varios canales de televisión siempre tuvo claro que era la más anónima del grupo. Ahora que se anuncia una próxima edición de Secret Story con caras nuevas en televisión, muchos pensamos si el éxito de concursantes como Cristina y Luca ha podido tener algo que ver en que se vuelva a pensar en un reality sin los de siempre.

No es ningún secreto que los concursantes no tan famosos han sido una de las claves de esta edición. Otra ha podido ser su espíritu ‘gatopardista’ o ‘lampedusiano’, lo que en política se asocia con cambiarlo todo para que todo siga igual. En la novela ‘El gatopardo’, Giuseppe Tomaci Di Lampedusa (italiano, precisamente) expone una paradoja que resumo citando expresamente un par de frases del libro: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. “¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado”.

Hemos asumido la trama de los secretos y las esferas que estos ponían en juego como un buen complemento. De igual manera que no nos ha costado hablar de ‘el cubo’ o ‘la voz’, sabiendo que, a pesar de todos estos cambios, el resultado sería el mismo de siempre. Y, como corresponde, volvimos a reclamar las mismas cosas, igual que lo mismo nos enervó o hizo disfrutar. Si ayer (por así decirlo) se reclamaba la idea de “un hombre, un voto” hoy se piden “votaciones gratuitas”. Siempre está disconforme con la forma de votar aquel que pierde la partida, especialmente si es expulsado dos veces, más aún si pasan tan solo tres semanas entre la primera y la segunda. Este Secret Story lo cambió todo para que todo siguiese igual, siendo el reality más 'gatopardista' de los conocidos.

Hace unos años pedí a los queridos amigos que nos leen y acompañan día a día que nos contasen lo que pedían al reality esperado por todos para el otoño de Telecinco. Entonces pedíais que los concursantes sientan, porque de ese modo nos harán sentir a nosotros; encontrar personas en esa casa que nos atrapen, que nos muestren nuestras miserias o que nos hagan olvidar durante horas todos los problemas que nos rodean. Pedíais gente real y ¿quién lo iba a decir? uno de esos mensajes pedía “secretos y emociones”. Pues bien, una vez más sintieron y nos hicieron sentir. Nos han atrapado, mostrado sus miserias (también las nuestras) y consiguieron que olvidásemos nuestros problemas, que no son pocos. Pero es que, además, hubo un buen puñado de secretos e innumerables emociones. Es decir, todo lo que podríamos pedir.

Que no nos venga nadie a negar lo vivido. Y que nadie nos amargue la fiesta de esta noche, que se respeten unos a otros porque nadie se merece otra cosa, ni los que salen hoy ni quienes fueron saliendo estos meses. Parece mentira que muchos no se den cuenta de que una vez fuera de la casa tienen la oportunidad de dejar un buen recuerdo en la audiencia, borrando por completo los errores que hubieran podido cometer dentro. Y, sobre todo, respetando a aquellos que nosotros, la audiencia de este programa, hemos querido llevar hasta la final. Somos todos lo suficientemente olvidadizos y generosos como para dejar que permanezcan en nuestra memoria los buenos recuerdos. Para ello, no hay nada como un buen final.

Mañana miles de sonidos e imágenes atravesarán nuestra mente, serán los recuerdos de estos últimos cuatro meses tan llenos de magia. Y de semejante modo a como los concursantes se despertarán buscando instintivamente el micro y la petaca, nosotros intentaremos abrir la ventanita que nos conectaba con la casa de los secretos y veremos que ya se apagó. No es ningún secreto que solo entonces nos daremos cuenta de que el sueño ha llegado a su fin.

Moleskine del gato

Voy a intentar no cumplimentar hoy el habitual apartado de agradecimientos porque quiero pensar que esto no ha acabado todavía y volveremos a vivir juntos muy pronto una aventura parecida. Solo agradecer, en general, a todos aquellos que llevan años acompañándome en esta singladura, y también a los nuevos que se incorporaron interesados por esta casa de los secretos. A todos ellos y a mis queridos caseros que me siguen permitiendo vivir esta aventura con idéntica pasión a la de aquellos meses entre 2008 y 2009, cuando vine por primera vez.

No es ningún secreto que la fiesta de esta noche será la más especial de todas. Jorge Javier Vázquez nos acercará al abismo de la gloria, separado por una fina línea del fracaso. Sea como sea, lo pasaremos bien, sonreiremos y, con un poco de suerte, nos emocionaremos en algún momento. Los sueños se alcanzan normalmente con esfuerzo, pero este casi nos lo regalan. ¿No es maravilloso, a pesar de todo? Vamos a disfrutarlo entonces. Mañana estaremos aquí comentando la final y el lunes que vine lo mismo con el debate del domingo. Entremedias, tengan todos una muy feliz y sana Navidad.

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