Aprovecho que no hay mucho que contar para sacarme una espina que llevo clavada desde hace casi tres meses. Será este escrito un pliego de descargo o, si lo prefieren, un ‘el gato responde’ en su integridad. Me van a permitir que para ello me cite a mí mismo, lo cual no me gusta nada. Todo sea por ponerme las cosas más fáciles, sin que ello suponga un exceso de complacencia. Me miraré hoy un poco más el ombligo que de costumbre, por tanto. Y es que el día 26 de febrero escribía unas líneas que provocaron la virulenta respuesta de los seguidores de Hugo, esa legión de la que tanto habla, dispuesta a convertir en preso de su guerra a este humilde juntaletras. Todo por un escrito cuya frase principal decía lo siguiente: “No tenía (Hugo) ninguna necesidad de entrar en el que parece ser el juego de Ivana. Mucho menos de hacerlo con tanta premura”.
La respuesta, que he llamado “virulenta” por ser benigno, negaba el error de Hugo defendiendo a su repentina pareja en el concurso. Pero, sobre todo, mantenía la idea de que ambos tan solo tenían una relación circunstancial, el desahogo oportuno para pasar mejor la vida de náufragos que apenas había empezado para ellos. No olvidemos que a esas alturas llevaban tan solo cinco días de edición y ya habían dado la campanada formando la primera carpeta, además de ser la única hasta el momento. Esa rapidez también era analizada en aquel escrito, dejando abierta la duda sobre si entre ambos había un verdadero amor o, por el momento, tan solo un “hamor berdadero”, lo cual todos nuestros seguidores saben lo que significa.
De forma masiva se me decía que ellos no habían hablado nunca de amor, cosa que poco tardaron en hacer y han seguido manteniendo hasta el final. No en vano, la víspera de la ruptura Hugo le dijo “te amo” a Ivana. Pero mi preocupación iba por otro lado, como así lo expresé entonces: “Que Hugo e Ivana anden de tonteos, arrumacos y besos bajo el poderoso influjo de la luna significa que han preferido que hablemos de ellos por su repentino romance en lugar de hablar de supervivencia (…) Que asuma semejante protagonismo el “hamor berdadero” entre estos dos concursantes no puede hacer sino perjudicarles. Sobre todo a Hugo”. A quien no viera que velaba por el uruguayo le cegaba su pasión por este concursante. Pese a la reacción en contra de sus seguidores me estaba preocupando en realidad porque le pudiera perjudicar esa relación, cosa que hoy puedo confirmar que ha sucedido.
En cuanto a lo rápido que habían congeniado, señalé entonces lo siguiente: “Ni siquiera estuvieron en el mismo grupo durante los días de la preconvivencia (...) ‘Conocerse es el relámpago’, dice en un poema Pedro Salinas. El problema es que este rayo pueda dejarles petrificados a los dos”. Tanto como petrificados no sé, pero es innegable que algo chamuscados han terminado. Especialmente Hugo, gran perjudicado de la relación con vistas al concurso. Cierto que el principal inconveniente ha sido su decisión de dejarlo, pero también es una opción a contemplar, algo que podía suceder y sucede en un alto porcentaje de parejas. Además, lo que se fragua con premura a menudo tarda poco en romper.
No quiero insistir mucho en las consecuencias de lo escrito entonces. Tan solo señalaré que el hermano de Hugo me bloqueó en Twitter, cosa curiosa si tenemos en cuenta que no lo seguía. Ni siquiera me había preocupado por tener su perfil localizado. Sí nos seguíamos mutuamente Hugo y yo, aunque no habíamos interactuado nunca hasta que llegó GH VIP 7, donde se produjo su ruptura con la madre de su hijo. Entonces se dirigió a mí en privado para agradecerme el apoyo en su edición de Gran Hermano, lo cual agradezco siempre en la misma medida que no espero (y en muchas ocasiones no sucede). Si escribiera para recibir el reconocimiento de los concursantes estaría profundamente frustrado. Meses después de esto que cuento me había ganado la animadversión de los seguidores de este concursante, empezando por su hermano y defensor en el programa.
Me resultó imposible remediar a corto plazo la animadversión de los de la legión (hablo de legión de Hugo, nada que ver con La Legión Española, fuerza militar famosa por su afición a tener como mascotas a cabras, chivos y cameros). Eso a pesar de que al día siguiente de los textos citados intenté explicarme de este modo: “En realidad, me da rabia que pueda resultar perjudicado este concursante, ya sea que se mueva por despecho o por darse una alegría al cuerpo. Y todos sabemos que este tipo de relaciones en los realities son interpretadas en clave romántica siempre”. No quisiera dármelas de clarividente, pero no me negarán que una interpretación muy extendida de la relación habida entre Ivana y Hugo es que este último se movió por despecho y, ya fuera de manera consciente o inconsciente, para devolvérsela a Adara con la misma moneda. O parecida.
Más que nunca pienso que acerté en mi análisis. Suscribo todo lo que dije y pienso que también lo haría el propio Hugo, que ahora besa lo que pesca en lugar de a Ivana, a no ser que aparezca por ahí José Antonio Avilés y monte una orgía light de chupetones dulces con trozos de tarta distribuidos sobre los concursantes. La verdad es que las imágenes de este concursante recorriendo con su boca el cuerpo de Ivana y lamiendo sus pechos no se corresponden mucho con las de una pareja que ha dejado la relación. Sería injusto acusar a Hugo de ser poco transparente porque dijo con claridad meridiana que no quería seguir teniendo una relación con Ivana, pero con cosas como esta que comento también parecen lógicas las dudas de ella.
Lo indudable es que la relación iba a terminar perjudicando a Hugo. Así fue desde el principio porque por su culpa vimos al concursante desde una óptica romántica que sepultó la óptica de la supervivencia, mucho más interesante en este concurso. Hugo se apartó del grupo en realidad mucho antes de lo que se dice. No es algo que pase cuando ha dejado a Ivana, sino que estar juntos ya los aparta en buena medida a los dos, solo sea para reclamar una necesaria parcela de privacidad. Hugo socializa poco con sus compañeros desde entonces. Que hubieran empezado la relación la primera semana de concurso me pareció otra cosa a temer. Hugo no ha llegado nunca a convencer al grueso de la audiencia de que no fue nada premeditado. Pero lo más peligroso de todo era que la relación no funcionase. Eso era lo que más podía perjudicarles. ¿Me entienden ahora por qué decía yo que esto podía perjudicar a Hugo?
Con todo, lo fundamental de lo expresado por este gato seis días después de empezar la edición está en la primera frase que he citado hoy. Hablaba entonces de lo innecesario que me resultaba ver entrar a Hugo en el juego de Ivana. Porque, efectivamente, creo que esa ha sido su gran equivocación. El juego de Ivana ha consistido al final en aprovechar la situación. Y ha tenido una ocasión inmejorable en este caso justo cuando Hugo decidió dejar la relación. A partir de ese momento comenzó la leyenda de Ivana, una pobre chica abandonada a su suerte sin conocer las razones. Un drama que ella misma se ha encargado de engordar, reservando para ello los momentos estelares en directo desde la palapa. Hugo hubiera hecho mejor camino solo. ¿Quién le mandaba meterse en este lío? No había necesidad.
Imposible que se haya escapado a sus compañeros el hecho de que Ana María haya dispuesto en días alternos de tres cocidos en ración para dos o más personas cada una y a pesar de ello no haya tenido el detalle de renunciar ningún día a su parte de arroz y lata correspondiente a la dotación del grupo. De manera que hasta duda de poder terminarse el megacocido del día y aun así sigue renunciando a ceder al grupo su parte para que toquen a más. Lo mismo se podría decir de Barranco, aunque sus pizzas me parecen algo más moderadas en cantidad de comida que los cocidos de Ana María. Imagino que si no le dicen nada es porque ya lo tienen asumido. Eso es lo que hay, amigos.
Tras dos semanas salvándose el martes Hugo esta noche pueden pasar dos cosas: que se salve por tercera vez consecutiva o se rompa su buena racha. Otra opción es que le coja el relevo Ivana. También podría salvarse Jorge, aunque me parece increíble que le recuerde la audiencia votante. Yo ya le hacía fuera de un concurso del que ha estado ausente de facto desde siempre. Si Hugo no se salva seguirá corriendo peligro. Como dije ayer, el nuevo deporte nacional parece ser denostar a este concursante. Para algunos el relato exige pintar a Ivana como la pobre chica a la que el canalla de Hugo abandonó. No hace falta que sea una historia cierta, que no lo es, para ser comprada por muchos. Tristemente, añado.