Alba se rebela contra el ‘súper’
Las horas posteriores a la intensa gala del martes no fueron menos intensas. Dejé pendiente ayer más detalles y ya los tengo. Si me pongo serio digo que Alba debería recibir cuando menos uno de esos avisos que en ocasiones se hacen a un concursante durante la gala porque ciertos actos de desprecio y desobediencia a los responsables del programa son intolerables. Si me lo tomo a broma, opción mucho más conveniente, digo que Alba es castigadora y al ‘súper’ le ha tocado soportar una de sus rabietas. “Alba, por favor, al confesionario”, le dijo el ‘súper’. A lo que Alba respondió: “Una mierda voy a ir al confesionario. Si es para sacarme de aquí voy, si no, no me muevo”.
Imagine el lector que un jefe le dice que se pase por su despacho y contesta: “Una mierda voy a ir a tu despacho”. ¿A que no hay arrestos? Pues la señorita Alba los tiene. A todo esto, en ese momento Alba no tenía puesto el micro. Ese que un rato antes había indicado a la dirección del programa que se lo podía meter por cierto agujero. Si me leyera mi madre diría que no hable mal, pero es que es complicado evitar los improperios y andar siempre con eufemismos cansa. Alba se quiere marchar del programa, da igual el momento en que leas esto. Yo la dejaría unas semanas más, a ver cuántas veces lo repite.
Las rabietas de Alba me han dejado de hacer gracia porque convierten este programa en una suerte de GH KIDS. Ese es el nivel de sus argumentos, creo que porque no tiene otros. El castigo máximo que se le ocurre es no invitarte a su cumpleaños. Supongo que lo siguiente es invitarte y no dejarte probar las chuches. En medio de tanto infantilismo se le escapan cosas que reflejan parte de su personalidad. Cuando alguien dice “no me interesa tu amistad” está dejando claro el extraño concepto que tiene de la amistad, algo tan ligado al desinterés. No hay buenas intenciones si se finge amistad por conveniencia. Lo leí en una taza de Mr. Wonderful, por lo que no puede ser mentira: “La verdadera amistad nace cuando desaparece el interés”.
Irene sigue dejándose pisar por Alba, creo que también por interés. Alba descargó en ella su rabia porque no dijo lo que esperaba. Aunque más le molestó que Kiko se llevase en esta ocasión el aplauso del público en plató. “No quiero saber nada de esta mierda de concurso. Ya les he dicho que me piro”, anunció poco después. Hombre, no se puede decir que ella esté haciendo esfuerzos por enriquecer el concurso, pero ni siquiera así logra que sea tan malo como dice. Por suerte, otros concursantes están arriesgando, aun a costa de poner en peligro su permanencia en el juego.
Kiko ha sido de los concursantes que han arriesgado. Lo ha hecho principalmente después de descubrir que había estado atrapado por sus errores. Supongo que lo debió vivir como una revelación. Empezó apoyando a Mila porque ambos tenían un enemigo en común, llamado Hugo. Ese fue su error en esa primera etapa. Luego vio que las cosas no eran como parecía y eso le hizo mejor concursante. Como en la película ‘Smallfoot’, donde los habitantes de un lugar piensan que viven en una isla suspendida en el aire por las nubes hasta que se dan cuenta de que no es cierto: están en lo alto de una montaña nevada. Como un castillo de naipes se derrumbó toda la realidad que los poderosos les habían hecho creer. Habían dado por bueno algo falso y conocer la realidad les hizo libres. No cuento como sigue la película por no hacer más spoiler, aunque no acaba del todo bien. También en eso va a ser parecida la historia de Kiko, que muy probablemente saldrá de la casa esta noche.
Si se cumple mi previsión analizaré mañana el porqué de la expulsión de Kiko, aunque está claro que le ha perjudicado su relación con Estela y, sobre todo, estar pendiente de lo que eso supondría fuera de la casa. Una lástima porque ha sabido reaccionar a tiempo. También es cierto que a veces ser el “malo” en la historia de alguien nos permite ser el “bueno” en la nuestra. El lobo siempre será malo si solo escuchamos a Caperucita. Al tiempo que Kiko estaba pendiente de lo de fuera, vivía de forma libre y desinhibida lo de dentro. Mal por lo primero y bien por lo segundo.
Kiko ha dado una cara y la contraria. De un lado lo podemos ver como el chico humilde con poca formación que es. De otro, con 27 años tiene casa propia y coche, además de haber demostrado que es bastante más inteligente de lo que podía parecer. Si algo me ha llamado la atención es su capacidad para comunicar, lo cual no se aprende en las universidades, ni siquiera en la calle. Es algo innato, se tiene o no se tiene. El Kiko chulo y malhumorado ha dado paso a uno mucho más amable. También más interesante. A pesar de las muchas dudas que me generan sus intenciones con Estela, tengo cierto convencimiento de que ella algo ha tenido que ver en ese cambio.
No es extraño ver a alguien de una forma y de la contraria en momentos diferentes. Y es sabido que en Gran Hermano el tiempo pasa más deprisa. Esto le sucedió a Leonardo da Vinci, aunque en un plazo de tiempo mucho más largo. La anécdota que voy a relatar a continuación se cuenta que sucedió mientras pintaba ‘La última cena’, que le llevó seis años de trabajo. Al parecer, las imágenes de los doce apóstoles y Jesucristo son retratos de personas reales. El pintor hizo una especie de casting para ir eligiendo los modelos. Primero seleccionó a su Jesucristo, para quien buscaba alguien con una personalidad inocente y pacífica, al tiempo que bien parecido. Quería que fuese un rostro libre de los duros rasgos que deja la vida intranquila y en pecado.
Da Vinci seleccionó para ser modelo del Jesucristo de su obra a un joven de 19 años. Años más tarde tocó el momento de seleccionar modelo para el último personaje. Se trataba de Judas Iscariote, el apóstol traidor. Buscó entonces alguien con una expresión dura y fría. Un rostro marcado por la decepción, la traición, la hipocresía y el crimen. Alguien le habló de un hombre que cumplía condena en una cárcel de Roma. Era un preso sentenciado a pena de muerte por múltiples robos y asesinatos. Vio en sus ojos rencor, odio y ruina. Era su hombre. Durante meses este preso disfrutó de un permiso para ser modelo de Leonardo en Milán. Cuando este dio la última pincelada a su obra pidió a los guardias del prisionero que lo devolvieran a la cárcel.
Del estudio de Leonardo salía el hombre que había servido de modelo para el Judas de ‘La última cena’. Entonces se zafó de los guardias que lo custodiaban para correr hacia el pintor gritándole: “¡Da Vinci! ¡Obsérveme! ¿No reconoce quién soy?”. Este le miró con el mismo detenimiento con el que llevaba haciéndolo meses y respondió: “Nunca te había visto hasta que te visité en tu celda de Roma”. El prisionero levantó los ojos al cielo, cayó de rodillas y en un hilo de voz dijo: “Mírame de nuevo: soy aquel joven cuyo rostro escogiste para representar a Jesucristo hace seis años”.
Todos podemos dar un rostro distinto en momentos diferentes. No soy el único que veo a Kiko distinto ahora, en la casa también está pasando. Adara compartía muchos ratos en la fiesta de anoche con Kiko y Estela. Coincidían en la forma de ver cómo se está desarrollando el concurso. Y yo con ellos. Tengo duda de lo que pasará cuando salga Kiko. Si Estela lo velará por mucho tiempo o renegará pronto de él por temor a haber perdido a su marido. También me apetece ver si vuelve al grupo de las ‘Spice’ o se alía a una Adara que ya no podrá despertar más sus celos. Pienso que se equivocará si hace lo primero. Adara transmite alegría y mejora a quienes están a su lado. Alba, Noemí e Irene solo pueden contagiar tristeza y hastío a Estela.
Tiene sentido lo que digo de Alba, Noemí e Irene. Ayer se metían en la cama a medianoche, antes de que comenzase la fiesta punki. Apenas salieron de allí después. Siguen viviendo el concurso como meras espectadoras, salvo cuando Alba decide volver a pisar un poco más a Irene o cuando amenaza con irse mientras dice cosas bonitas sobre el programa para el que está trabajando. Noemí ni siquiera tiene trama propia. Dice que no le gusta discutir. No aclara qué le gusta exactamente ni si cree realmente que puede aportar algo de interés en el concurso.
Antonio David y Joao también se acuestan pronto, pero el maestro al menos anima un poco el cotarro durante el día. No se puede decir lo mismo de Antonio David, que solo es resucitado en las galas para hablar de su historia personal, completamente ajena al concurso. Es como si hiciera una y otra vez la curva de la vida. Esta madrugada entraban Kiko, Adara, Estela y Pol en el dormitorio a bromear con quienes dormían mientras seguía la fiesta. Joao y Antonio David reían. Mila se levantaba amenazante e insultaba a los bromistas.
Mila tomará represalias mañana en las nominaciones, pero solo contra Adara. Casi todos volverán a darle sus tres puntos porque están seguros de que va a ganar. ¡Menuda forma de tirar la toalla! Mila dice ahora que Kiko se acerca a Adara para salvarse. Tal vez se está viendo reflejada porque ella hizo lo mismo hace una semana. Cuando las que no hacen fiesta se reúnen pueden convertir fácilmente el dormitorio en cuarto de costura porque hacen unos trajes importantes a los demás. Kiko “matón de colegio”, Adara “niñata” y Pol con “pocas luces”. En algo debían tener razón.
Corea central
Lo de Joao y Pol no aparenta ser el drama que anunciaba el maestro con su reacción del martes. Tampoco parece haber problemas entre Pol y Adara. Por su parte, Gianmarco podría competir con Joao por el título de gran dama del drama en la casa de Guadalix. Anoche lloraba con Kiko porque pensaba que la fiesta tenía aromas de despedida. Puro drama, ya digo.
Han despiojado a todos ayer. Desmiento que fuera Mónica Hoyos quien dejase en la casa los piojos.
Se jugaron con la lengua (textualmente) recuperar jacuzzi y gimnasio. Lo ganaron, pero no fue por Pol, que dijo "Love" donde debía decir "Paz". Ni una letra acertó. Ni por Antonio David, que acertó las dos primeras letras, pero fue incapaz de recordarlas.
Más que el jacuzzi les hizo feliz una bandeja de bombones que allí había. Donde esté un bombón que se quite un remojón, que rima en on.
Moleskine del gato
Alba dice que Miguel Frigenti no es nadie, pero no para de hablar de él. Da igual lo que diga: es un buen tipo. Nada más que decir sobre esto.
Los porcentajes están intratables esta semana. El expulsado acariciará el 80 %, por lo visto. Así estaba la cosa anoche: 80,5 % y 19,5 %.
Esta noche tenemos una fiesta. Con tintes de funeral. El póker de ases formado por Hugo, Dinio y Kiko fuera de la casa. Gianmarco, Noemí e Irene dentro. Lastimoso.